martes, 10 de febrero de 2015

Pizza blanca de espinacas y tomates

Hoy una idea para una pizza un poco diferente al llevar la crema "blanca". Lo que más conocemos es la salsa de tomate especiada como base de cualquier pizza, pero aquí en todos los sitios donde hay pizzas siempre hay una "blanca". Esa crema blanca varía, pero suele ser cremosa, y con sabor a orégano, albahaca y mucho ajo. A mí no me suele gustar tanto como la de tomate de siempre, pero esta receta usa mi salsa de pasta favorita: la salsa Alfredo. Ya os hablé de esta salsa hace tiempo, es una crema a base de nata y queso, con un toque de pimienta negra. Es muy sencilla de hacer, pero a mí me gusta la comprada. Si no tenéis salsa Alfredo en el super, como yo nunca lo ví en España (¡20 años de mi vida perdidos sin saber que tal delicia existía!) podéis substituir por una carbonara comprada. Lo bueno, es que sólo necesita media tacita de salsa, así que tenemos para hacer una pasta después, así que comprad una que os guste.



Como la mayoría de las recetas, y sobretodo de pizza, esto puede ser una idea sobre la que hagais vuestras combinaciones favoritas, pero os aseguro que tal cual la hicimos nosotros ayer estaba absolutamente deliciosa. De hecho, nos la comimos entera y verdadera para cenar entre mi marido y yo (bueno, y el peque se comía mis bordes ;-)

Tiempo: 30 mins (incluídos 15 de horno)      Raciones: una pizza

Ingredientes:
1 masa preparada de pizza
1/2 taza de salsa Alfredo
2 tomates picados finos
2 tazas de espinacas frescas cortadas
2 tazas de queso rallado (una mezcla de mozzarella y parmesano es ideal)

1. Precalentamos el horno a 230ºC (o lo que nos diga la masa) y engrasamos ligeramente una bandeja de hornear de su tamaño con aceite de oliva. Extendemos la masa hacíendola tan fina como queramos. Cubrimos con la salsa homegéneamente y distribuimos las espinacas. Con las espinacas ya sabéis lo que pasa: empiezan muy grandes y terminan diminutas, os animo a cubrir la pizza por completo con las hojas frescas. A continuación esparcimos los trocitos de tomate por toda la superficie, y terminamos con el queso que pondremos por toda la pizza.

2. Lo horneamos durante unos 15 minutos, según nos pida la masa, hasta que veamos los bordes dorados y crujientes y el queso derretido y dorado.

Buon Apetitto!


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