Hoy os traigo una receta de origen mexicano, pero que es a mi parecer el plato mexicano más extendido y adoptado en Estados Unidos. Se trata del chili, una sopa que lo único que necesita en este país para ser considerado "chili" es una base de tomate y la presencia de judías y especias como el comino. A partir de esa idea básica, uno puede hacer un chili con lo que más le guste, con lo que tenga por casa... Es así de versatil la idea.
A mí me personalmente me gusta mucho y a mi marido también. Cada vez lo hacemos de una manera, pero como debe ser siempre lleva judías: unas veces son pintas, otras, son blancas, otras veces es mezcla de varias... Me gusta con las blancas pequeñitas que aqui se llaman cannellini, son muy suaves. Pero creo que es más típico poner las pintas rosadas. Me gusta también ponerle calabacín, me parece que queda muy bien porque absorve los sabores de la salsa. A veces lo sirvo sobre arroz, a veces con cornbread (un pan que se hace con semolina de maíz y que queda bastante dulzón, es ideal porque el chili puede ser picante).
Es muy común que el chili lleve carne, normalmente pavo picado, que doraríamos primero en una sartén, y lo incorporaríamos a la sopa cuando lo tengamos todo en la cacerola para que cueza junto. También se hace con ternera picada, o en daditos muy pequeños que se harían igual que el pavo. Para mí el chili suele ser una comida vegetariana, y omito las carnes, en su lugar me gusta poner quinoa, como en esta receta. La quinoa está cargada de nutrientes y aporta mucha proteína, asi que no nos perdemos nada sin la carne.
Mi marido dijo de este chili que había sido su favorito de todas las veces que hemos chili. :-) Aquí está la receta:
Tiempo: 15mins activo + 1hora cocción Raciones: 6
Ingredientes:
2 latas de judías pintas rosadas escurridas
2 latas de tomates en dados con su jugo
1 calabacín (lo cortamos a la larga y luego en medias lunas)
2 tazas de calabaza en daditos
1 cucharada de comino molido
1 cucharada de chili (se puede poner un poquito de guindilla en su lugar)
1 cucharada de orégano
1 cucharadita de cebolla seca
1 cucharadita de ajo en polvo
2 tazas de caldo vegetal
1 taza de quinoa seca
sal
1. En una cacerola grande vertemos las latas de judías y tomates con su jugo, el calabacín cortadito en medios discos, la calabaza en daditos, el comino, el chili, el orégano, la cebolla (si no teneis la cebolla así como en polvo, podeis poner un cuarto de cebolla picada, es más normal, pero a mí no me gusta), el ajo y el caldo. Lo removemos todo bien, si hace falta más líquido podemos poner agua o caldo, tiene que cubrir los ingredientes.
2. Lo llevamos a una cocción suave y tapamos. Cocerá durante una hora aproximadamente. En los últimos 20minutos incorporamos la quinoa y lo volvemos a tapar hasta que la quinoa esté hecha.
Para servir se suele poner un poquito de crema agria, que en España he visto en Mercadona las tarrinas cerca de la mantequilla y pone "nata fresca", esto sabe prácticamente igual y tiene la misma textura, os servirá perfectamente. También es de rigor ponerle un poquito de queso rallado por encima.
NOTA: la quinoa es un grano estupendo, se cocina como el arroz, dos medidas de líquido por una de quinoa seca, y se deja tapado a fuego bajo hasta que lo ha absorvido y está blandita, pero a diferencia del arroz, suele estar lista en unos 15-20minutos. Y creo que es muy difícil que se "pase" como el arroz. Nunca he comido quinoa demasiado blanda. Para prepararla es mejor ponerla en un colador fino y pasarla por el chorro de agua fria, removiendo con la mano. Así se le quita una película natural que puede resultar un poco amarga. Lo dejamos en el colador escurriendo hasta que la usemos.
Aporta mucha energía y proteína y tiene un sabor que recuerda a los cereales, a campo, y una textura muy divertida porque siempre le queda un puntito para masticar. En chili es como más la uso, pero está muy de moda por aquí, así que si os haceis con un paquete, encontrareis muchas recetas de ensaladas o sopas.
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