martes, 27 de enero de 2015

Mac and Cheese deluxe

Otro de los platos más americanos, y también más conocidos como tal a nivel mundial, son los famosos mac and cheese. Macarrones con queso, vaya. Este es otro de los platos que primero nos vienen a la cabeza cuando pensamos en "comfort food", esa comida que nos hace sentir en casa. A pesar de ser el plato abanderado de USA viene de Inglaterra donde los macarrones con queso se llevan horneando varios siglos.

Lo que no se imaginaban los ingleses del medievo era que después del año 2000 iba a nacer en Estados Unidos una tendencia a encumbrar esta sencilla guarnición al nivel de primer plato, plato incluso elegante, ya que se puede hacer con ingredientes tan sofisticados como unos que me comí hace unas semanas en un restaurante de Baltimore que llevaban langosta y aceite de trufa blanca. Una delicia que poco o nada tenia que ver con los mac n cheese de la cajita azul (Kraft, para los que no los conozcais, es la marca de mac and cheese de caja por excelencia, ¡se venden mas de 7 millones de cajas a la semana en el mundo!). En la mayoria de restaurantes hoy en dia podemos encontrar su versión gourmet de este plato, en los restaurantes de carnes los tenemos con bacon, con chorizo, con carne a la bbq, en los restaurantes de comida rápida los tenemos como acompañante en una salsa pastosa con poco sabor, en los restaurantes más enfocados al producto natural tenemos mac and cheese con los vegetales de temporada como puede ser la calabaza...

Aquí os traigo la versión que he hecho basada en una receta del programa de TV "The Chew" donde cocineros famosos presentan un espacio entretenido todos los días donde cocinan en torno a un tema, se habla de nutrición, de tendencias culinarias, se hacen decoraciones de mesa, y tienen invitados famosos que también cocinan sus platos favoritos. Es mi programa favorito porque no tengo más canales que los 5 básicos (nos negamos a pagar $100 al mes por satélite, asi que no pagamos nada por ningún otro paquete y ya está...) y este es el único programa de cocina que puedo ver.

Hice estos mac and cheese anoche y esta mañana cuando hemos visto la bandeja en la nevera nos hemos llevado una alegria al recordar que tenemos sobras para comer! Llenos de sabor, y podemos decir que hasta nutritivos gracias al Kale :-) La receta original incorpora también una calabaza de cacahuete -butternut squash- en daditos, pero la mía estaba mala asi que sin ella, y ha quedado excelente.

Tiempo: 20-30 mins.   Raciones: 4 grandecitas

Ingredientes:
500gr de pasta (puede ser macarrones, coditos, tirabuzones... nada parecido a los spaguetti)
500gr de bacon crudo cortado en trocitos
3 cucharadas de mantequilla
media cebolla cortada muy fina
2 tazas de kale quitado el tallo y troceado
1 cucharadita de ajo en polvo
3 cucharadas de harina
3 tazas de leche
1/3 taza de nata
1.5 tazas de cheddar or grouyere rallado
1 cucharadita de nuez moscada
1/2 taza de queso crema (algo menos de la mitad del bloque le puse yo)
1 cucharadita de cayena o red pepper flakes o chipotle seco
1 taza de pan rallado
sal y pimienta
perejil picado

1. Cocemos la pasta hasta que esté al dente, porque se puede cocinar un poquito más al meterlo en el horno, así que mejor que quede un pelín duro. En una cacerola grande ponemos el bacon a cocinar a fuego medio-alto, hasta que esté crujiente. Cuando esté listo mezclamos con el bacon y su grasita las 3 cucharadas de mantequilla (no es algo que vayamos a comer todos los dias :). Agregamos la cebolla y el kale y lo pochamos con el ajo en polvo. Unos 4-5 minutos a fuego medio. Cuando la cebolla esté traslúcida y el kale blandito removemos las 3 cucharadas de harina para hacer un roux, la base de una bechamel. Una vez dorarito, unos 3-4 minutos removiendo, añadimos la leche poco a poco mientras removemos sin parar. Añadimos la nata también, y a continuación el queso, removiendo.

2. Una vez derretido el queso añadimos el queso crema y la nuez moscada, ahora notareis que se vuelve mucho más espeso mientras hierve muy suave a fuego medio y removemos. Salpimentamos y añadimos el toque picante con la cayena o el chipotle.

3. Incorporamos la pasta escurrida y removemos bien para que mezclarlo completamente. Lo vertemos en una bandeja de hornear y espolvoreamos el pan rallado por encima. Lo metemos al horno con el grill de arriba únicamente para que el pan forme una costra crujiente. Tenemos que vigilarlo, cada horno es diferente y estas cosas pasan de poco hechas a quemadas en un abrir y cerrar de ojos. En el mio 3-5 minutos es suficiente. Al sacarlo ponemos un poquito de perejil picado por encima si queremos decorarlo.

Están deliciosos, y queda un plato perfecto para servir un dia especial.





domingo, 25 de enero de 2015

Chili

Hoy os traigo una receta de origen mexicano, pero que es a mi parecer el plato mexicano más extendido y adoptado en Estados Unidos. Se trata del chili, una sopa que lo único que necesita en este país para ser considerado "chili" es una base de tomate y la presencia de judías y especias como el comino. A partir de esa idea básica, uno puede hacer un chili con lo que más le guste, con lo que tenga por casa... Es así de versatil la idea.

A mí me personalmente me gusta mucho y a mi marido también. Cada vez lo hacemos de una manera, pero como debe ser siempre lleva judías: unas veces son pintas, otras, son blancas, otras veces es mezcla de varias... Me gusta con las blancas pequeñitas que aqui se llaman cannellini, son muy suaves. Pero creo que es más típico poner las pintas rosadas. Me gusta también ponerle calabacín, me parece que queda muy bien porque absorve los sabores de la salsa. A veces lo sirvo sobre arroz, a veces con cornbread (un pan que se hace con semolina de maíz y que queda bastante dulzón, es ideal porque el chili puede ser picante).

Es muy común que el chili lleve carne, normalmente pavo picado, que doraríamos primero en una sartén, y lo incorporaríamos a la sopa cuando lo tengamos todo en la cacerola para que cueza junto. También se hace con ternera picada, o en daditos muy pequeños que se harían igual que el pavo. Para mí el chili suele ser una comida vegetariana, y omito las carnes, en su lugar me gusta poner quinoa, como en esta receta. La quinoa está cargada de nutrientes y aporta mucha proteína, asi que no nos perdemos nada sin la carne.



Mi marido dijo de este chili que había sido su favorito de todas las veces que hemos chili. :-) Aquí está la receta:

Tiempo: 15mins activo + 1hora cocción            Raciones: 6

Ingredientes:
2 latas de judías pintas rosadas escurridas
2 latas de tomates en dados con su jugo
1 calabacín (lo cortamos a la larga y luego en medias lunas)
2 tazas de calabaza en daditos
1 cucharada de comino molido
1 cucharada de chili (se puede poner un poquito de guindilla en su lugar)
1 cucharada de orégano
1 cucharadita de cebolla seca
1 cucharadita de ajo en polvo
2 tazas de caldo vegetal
1 taza de quinoa seca
sal

1. En una cacerola grande vertemos las latas de judías y tomates con su jugo, el calabacín cortadito en medios discos, la calabaza en daditos, el comino, el chili, el orégano, la cebolla (si no teneis la cebolla así como en polvo, podeis poner un cuarto de cebolla picada, es más normal, pero a mí no me gusta), el ajo y el caldo. Lo removemos todo bien, si hace falta más líquido podemos poner agua o caldo, tiene que cubrir los ingredientes.

2. Lo llevamos a una cocción suave y tapamos. Cocerá durante una hora aproximadamente. En los últimos 20minutos incorporamos la quinoa y lo volvemos a tapar hasta que la quinoa esté hecha.

Para servir se suele poner un poquito de crema agria, que en España he visto en Mercadona las tarrinas cerca de la mantequilla y pone "nata fresca", esto sabe prácticamente igual y tiene la misma textura, os servirá perfectamente. También es de rigor ponerle un poquito de queso rallado por encima. 

NOTA: la quinoa es un grano estupendo, se cocina como el arroz, dos medidas de líquido por una de quinoa seca, y se deja tapado a fuego bajo hasta que lo ha absorvido y está blandita, pero a diferencia del arroz, suele estar lista en unos 15-20minutos. Y creo que es muy difícil que se "pase" como el arroz. Nunca he comido quinoa demasiado blanda. Para prepararla es mejor ponerla en un colador fino y pasarla por el chorro de agua fria, removiendo con la mano. Así se le quita una película natural que puede resultar un poco amarga. Lo dejamos en el colador escurriendo hasta que la usemos.
Aporta mucha energía y proteína y tiene un sabor que recuerda a los cereales, a campo, y una textura muy divertida porque siempre le queda un puntito para masticar. En chili es como más la uso, pero está muy de moda por aquí, así que si os haceis con un paquete, encontrareis muchas recetas de ensaladas o sopas.

Pasta con Albóndigas de pollo -para preparar por adelantado

Os he dado ideas ya de platos que se pueden hacer para tener en el congelador y meterlos al horno el día que queramos sin esfuerzo. Pues este puede ser uno de ellos. El viernes sabía que íbamos a ir de compras cuando mi marido llegara de trabajar y no iba a tener tiempo de hacer la cena, así que aquí la idea super fácil que preparé mientras el peque se echaba la siesta, y que estuvo en la nevera hasta la hora de la cena que la calenté en el horno. Se puede meter en el congelador también si la queremos para dentro de varios días.

Es una receta que da mucho pie a versiones, como todos estos platos italianos de pasta. Yo tenía pollo picado que queria usar ya, así que hice las albóndigas de pollo, pero podemos hacerlas como queramos, a mi de pollo o pavo me gustan más que de ternera porque quedan más jugosas cuando van así en seco. Y también podemos poner la salsa de tomate que más nos guste. En este caso usamos Arrabiata, me sentía yo con ganas de picante :-)




Vamos con la receta que es muy sencilla:

Tiempo: 30 mins (más horno) Raciones: 6

Ingredientes:
500gr de pasta (yo use rottini, o tirabuzones)

750gr de pollo picado
1 taza de pan rallado (yo usé con especias italianas, podemos echar un poquito de orégano, de tomillo...)
1 huevo
1/2 taza de leche
sal y pimienta
aceite vegetal o de girasol

1 bote de salsa de tomate
queso rallado (yo usé mozzarella)

1. Cocemos la pasta sólo hasta que esté medio hecha, que aún tenga un poquito duro al probar una. La mitad del tiempo que recomienden está bien. Porque se terminará de hacer en el horno con la salsa.

2. Para las albóndigas mezclamos bien el pollo con el pan rallado, el huevo entero, la leche y salpimentamos al gusto. También le podemos poner alguna especia más que nos guste como el orégano o si usamos una salsa suave podemos poner un pellizco de cayena...

3. En una sartén grande ponemos un dedo de aceite y calentamos a fuego medio-alto. Cuando esté muy caliente vamos haciendo las bolitas de pollo y poniéndolas en el aceite a fuego vivo. Tapamos y las damos la vuelta cuando estén hechas por abajo. Las vamos reservando sobre papel de cocina. Se trata de que se doren más que nada, porque se terminarán de hacer en el horno si no están hechas, que con la tapa seguramente se hagan. Unos 3-4 minutos por lado.

4. En una fuente de horneas ponemos toda la pasta escurrida y mezclamos la salsa de tomate bien. Sobre ello colocamos las albóndigas y espolvoreamos el queso por encima. Lo cubrimos con film transparente.

- Si lo queremos congelar debemos esperar a que esté frio para cubrirlo y meterlo en el congelador. Lo sacaremos la noche de antes a la nevera y lo pondremos en el horno a 200ºC durante media hora.
- Si lo queremos en la nevera lo podemos meter sin enfriar del todo. Y lo hornearemos igualmente a 200ºC durante media hora.

Buon Apetito!

jueves, 22 de enero de 2015

Petit de Plátano

Hace ya muchos posts os dejé una receta fantástica de cómo hcaer petit suisse en casa, con cositas muy sencillas y fruta natural, que nos harán sentir bien al comerlos o dárselos a los peques. Hoy os traigo la receta para hacerlos con plátano, porque así como la fresa es un sabor fácil de encontrar en gelatina, el plátano no lo es tanto, y lo intenté simplemente con plátano y gelatina natural y no sabían a mucho. Así que aquí va mi versión mejorada.



Si no podeis encontrar ningún sobrecito de crema de plátano, pudding de plátano, o quizá esencia de plátano, os aconsejo que pongais dos plátanos muy maduros y unas gotitas de vainilla.

Tiempo: 10mins (más 5-8 horas de frio) Raciones: 8

Ingredientes:
500ml de leche
225ml de nata
80gr de azúcar
1 bloque de queso crema 
1 sobre de gelatina natural (este pesa solo 30gr pero es más potente que los de sabores)
1 sobre de pudding de plátano
1 plátano

1. En la batidora ponemos 250ml de leche, la nata, el azúcar y el queso crema. Lo batimos y añadimos el plátano. Lo batimos bien.

2. En un cacito calentamos a fuego medio los otros 250ml de leche y cuando esté a punto de hervir ponemos la gelatina y el pudding. Lo removemos vigorosamente un minutito y retiramos del fuego. Lo vertemos en la batidora y lo batimos unos 4-5 minutos.

3. Ya sólo nos queda echarlo en las tacitas o recipientes donde los queramos comer, cubrirlos y refrigerarlos por lo menos 5 horas, 8 horas según algunas gelatinas.

Me volví loca y cuando había puesto la mitad del batido en tacitas añadí unos 50gr de arándanos al resto, lo batí muy bien, y entonces salieron 4 porciones de plátano y 4 de plátano y arándanos :-) ¡Un postre o una merienda natural y que a todos gusta!

Clam Chowder, Sopa de almejas

Para empezar decir que hay dos tipos de "Clam Chowder", está la de Nueva Inglaterra (toda esa esquina superior de la coste este que va de Connecticut hasta Canadá) y está la Manhattan Clam Chowder. Ya sabéis que me creo neoyorkina, y mi corazón se quedó en Brooklyn, y todo eso, pero.... A decir verdad uno de mis platos favoritos del mundo entero es la New England Clam Chowder. Quizá sea porque mi periplo estadounidense comenzó en Boston, pero la diferencia entre las dos sopas es abismal: la de Manhattan es una sopa ligerita, con un toque picantito, y una base de tomate, con verduritas y almejas. Algo que podría pasar por italiano, y que seguramente tenga en los italianos de la zona su origen. La de Nueva Inglaterra sin embargo, es un plato de invierno, una sopa espesa, cremosa, con patatas y almejas y muy poquitas cosas más. Lo que aquí se llama "comfort food" en estado puro, esos platos que apetecen cuando está lloviendo, o cuando estamos malos, o tristes, o los que decimos "no lo hay como el de ami abuela"...

Por ser un plato tan tradicional y popular hay infinidad de recetas. Es difícil quedarse con una cuando nos ponemos a explorar opciones, yo alguna vez la he hecho en la famosa slow cooker, que tarda todo el dia en hacer la sopa, pero hace un par de días me apetecía hacerla en olla normal. No sé por que. Igual que me apetecía hacerla sin seguir ninguna receta (normalmente cogería ideas y cantidades de un par de ellas adaptándola a mi gusto, que me gusta espesa y suave de sabor).


Como siempre digo, los platos se pueden ajustar al gusto de cada uno. Mi receta sacada de la manga se ajustó al mío perfectamente: espesa, poquita cebolla, poquito apio, muchas patatas, muchas almejas y un toque suave de tomillo y pimienta. Esos son básicamente los ingredientes con los que se juega.

Joseph Lincoln (1870-1944), autor de 47 libros y obras de teatro acerca de Cape Cod -un sitio natural idílico en Massachusetts, cerca de Boston, escribió estas palabras sobre la New England Clam Chowder:

"Una New England clam chowder, hecha como debe ser, es un plato digno de predicar, de alabar, de cantar himnos y de quemar incienso. Un plato por el que pelear. [...] Es tan americano como las Barras y Estrellas, tan patriotico como el himno nacional."


 Y con eso dicho, muy bien dicho, os pongo la receta como la hice yo.

Tiempo: 30-40 mins Raciones: 4

Ingredientes:
1/2 cebolla cortada fina
2 ramitas de apio cortado fino
3 patatas grandes en cubitos pequeños
4 latas de almejas al natural (NOTA)
6 lonchas de bacon
3-4 cucharadas de harina
2 tazas de agua (algunas recetas ponen caldo de pollo y agua)
1 cucharadita de tomillo
1 cucharadita de pimienta negra
1 cucharada de perejil picado
1 taza de nata de cocinar (half and half usé yo)
pizca de sal

1. Si las almejas bien enteras, debemos cortarlas en trocitos. Reservando el jugo de dos latas, unos 225-250ml.

2. En una cacerola grande a fuego medio-alto hacemos el bacon hasta que esté crujiente. Mientras podemos ir cortando las patatas, cebolla, apio, perejil... Cuando el bacon esté listo, lo sacamos y reservamos. En esa grasita a fuego medio-bajo pochamos la cebolla y el apio hasta que esté muy blandito, unos 5-7 minutos. En un vaso removemos la harina con parte del agua, aunque tenga grumitos no importa mientras que esté todo mojado. Picamos dos lonchas de bacon muy finas.

3. Incorporamos las patatas y ponemos un poquito de sal, las removemos bien un minuto. Vertemos el agua y el harina, removemos muy bien con una espátula, y dejamos cocer unos 5 minutos. Echamos las almejas y el jugo de almejas, y las 2 lonchas de bacon picadas (y más agua si no cubre justo las patatas). Ponemos el tomillo y la pimienta y lo removemos. Dejamos cocer otros 10 minutos. Removemos el perejil. Ahora lo podemos retirar del fuego y esperar hasta que sea hora de comerlo.

4. Cuando vayamos a comer la sopa incorporamos la nata, removemos y calentamos a fuego bajo. Para servir pondremos trocitos de bacon por encima en cada plato y si queremos un poquito de perejil.

NOTA: aquí las latas traen exactamente 4oz de almejas y 4oz de jugo. 4oz es 118ml. Yo usé 2 latas enteras y 2 escurridas. En total: 236 de jugo, y las almejas de 4 latas. Recomiendo esa proporción, comprad 4 latas, escurrid dos para usar sólo las almejas, y usad las otras dos enteras con almejas y jugo.

miércoles, 21 de enero de 2015

Nutrición en los diferentes tipos de "leche"

Hoy os traigo una entrada de las que abren los ojos a ideas que quizá no sabemos. Hace unos años estuve mala varios meses y estuve probando diferentes dietas para intentar ver qué era lo que hacía tanto daño a mi proceso digestivo. Una de las primeras dietas que el médico me recomendó seguir fue la dieta sin lactosa. No funcionó, pues seguí mala, pero aprendí muchísimo de los diferentes tipos de leche que hay en el mercado que no vienen de animales. Aquí es fantástico porque hay tanta tendencia a lo vegetariano y vegano que la oferta es casi infinita, pero en todas partes podemos encontrar opciones (cada vez más) como la leche de soja, la de almendra... 

Desde esas semanas de dieta me aficioné a la leche de almendras. Es mi leche favorita: me gusta su textura, me encanta su sabor, me gusta cocinar con ella -la original para salado, y la de vainilla para dulces-, pero lo que más me apasiona es su valor nutricional. Hace que el hecho de tomar leche de vaca por el calcio sea casi un mito. Si no os lo creeis, mirad las fotos que he hecho a los envases que tengo en casa ahora mismo. La leche de almendras, de todas las que he mirado es la que más variedad de nutrientes aporta, y en muy buenas cantidades. Esta leche de almendras es de la marca del supermercado, sale aun más cara que la de vaca, pero porque la de vaca tiene muchas subvenciones del gobierno... Suele haber la versión original, azucarada con vainilla, y vainilla sin azúcar. Esta es vainilla sin azúcar. Las azucaradas tienen lógicamente más calorias. Pero aún así no se acercaría a las calorías de la leche de vaca.
Fijaos: NO TIENE COLESTEROL. Tiene 30 calorias por vaso. APORTA EL 45% DEL CALCIO DIARIO. Tiene Vitamina D de manera natural, Vitamina E, hierro, potasio... Lo único, es que casi no tiene proteína que la de vaca sí tiene.


Hoy he encontrado algo de lo que había oido hablar: la leche de anacardos. Me he vuelto loca al verla porque los anacardos son los frutos secos que más me gustan. Además, al encontrarla en un supermercado muy barato (un SuperWalmart) era más barata que la de almendras del super al que suelo ir. ¡Fenomenal! Es cremosa, es dulzona, pero como los anacardos, un sabor suave y como a nata, no como a azúcar. Estoy deseando cocinar con ella, va a hacer unos bizcochos estupendos y creo :-) Y de nuevo, fijaos que valor nutricional, y las calorías y la grasa nada que ver con la leche de vaca que os muestro abajo.
Tiene menos nutrientes que la de almendras, pero aún así TIENE EL 45% DEL CALCIO DIARIO, y minerales que la de vaca no tiene como el Zinc, el Magnesio, tiene vitamina D natural, TIENE EL 50% DE VITAMINA E Y B12 DIARIAS. Pero de nuevo, casi no tiene proteína.
En este caso la marca es Silk, la marca líder en leche de soja, y elegí el sabor original.


La leche de soja no me gusta mucho personalmente. Me sabe a papel... Me gusta mucho la de chocolate y esa tomaba cuando no podía tomar la de vaca, pero entonces le quitas la gracia de ser más baja en calorias, porque las de chocolate suelen ir cargadas de ingredientes y azúcares que aportan el doble de calorías que la leche en sí. Como bebida está muy buena, y nadie puede negar que tiene nutrientes importantes, pero es bueno valorar el tema de las calorías si queremos usar de la sabores en lugar de cualquier otra leche.
Yo no tengo nunca leche de soja en casa, pero esta imagen de la leche de soja de chocolate viene de la página web: https://www.whitewavefoodservice.com/wellness-beverages/silk-soymilk-singles

Y esta es la leche de soja original, de la propia página de la marca Silk, como vemos tiene casi el DOBLE de calorías que la leche de anacardos, y casi CUATRO VECES las calorías de la leche de almendras. Aporta, eso sí el 45% DEL CALCIO DIARIO, vitamina C, hierro, ácido fólico -es la única-, riboflavina, magnesio.... Es una leche rica en nutrientes con propiedades beneficiosas para las mujeres como cualquier producto de soja, además esta leche al provenir de la soja es muy RICA EN PROTEÍNA.


Veamos ahora las etiquetas de las dos leches de vaca que tengo en casa.  La primera es la leche semidesnatada, con un 2% de grasa. Es semidescremada y aún así supera en 20 calorías a la leche de soja, y en 100 a la leche de almendras. (¡Sorpresa! Las almendras tienen menos grasa que la leche semi...) Y en cuanto a nutrientes, terminamos la lista enseguida: 30% DE CALCIO DIARIO, 4% DE VITAMINA C, 8G DE PROTEÍNA. Esta es enriquecida con vitamina A y D y gracias a eso tiene un triste 10% de A, y un 25% de la D....


Esta es la etiqueta de la leche entera que tengo para el peque, igualmente enriquecida con vitaminas A y D. Vemos que tiene 150 calorías, con 8 GR DE GRASA, TANTOS COMO DE PROTEÍNA (echo de menos el emoticono del móvil que tiene cara de pánico, porque lo pondría aquí), tiene el 35gr de colesterol en toda esa grasa saturada, y aun no llega a aportar más que el 30% del calcio diario recomendado...


También he probado la leche de avellanas, de avena y de arroz, pero ninguna me gusta tanto como la de almendras, y ahora la de anacardos.

No es por abogar por marcas ni por ideas, pero... ¿por qué seguimos comprando leche de vaca? ¿por qué no se promociona más el hecho de como alimentos fundamentales, las leches derivadas de frutos secos son muchísimo más ricas nutricionalmente? y si me quiero poner conspiratoria.... ¿serán esas mismas ayudas del gobierno a la ganadería vacuna lo que influye en la percepción de los productos lácteos como indispensables? Eso me lo pregunto yo, quizá vosotros tenéis otras preguntas. Pero viendo las etiquetas,  cada vez estoy más segura de que aunque salga más cara, me quiero quedar con la leche no-animal, porque lo que pago, lo pago en nutrientes.

¿Qué pensais?

lunes, 19 de enero de 2015

Ideas para adelantar trabajo en la cocina -Fiesta de preparación de Recetas

Hoy os traigo una idea que por aquí está muy de moda, especialmente entre las futuras mamás: preparar diferentes comidas para congelarlas y tenerlo listo para cocinarlas cuando queremos. No se trata de la idea tradicional de cocinar durante el fin de semana para encontrárnoslo hecho (que también está muy bien) se trata de simplemente preparar los platos para que sean cocinados el dia que queramos. Aquí la mayoría de las familias, y especialmente las mamás trabajadoras, tienen una slow cooker, que es una olla lenta que ya os presenté anteriormente. La slow cooker lo que hace es que cocina a una temperatura constante, una temperatura bajita, una cocción suave que hace que todo salga muy blandito, y las carnes estén muy impregnadas de los sabores de la salsa; suelen tener dos modos: una temperatura más alta que cocina los platos en una 4 horas, y una baja que lo cocina en unas 8 horas. Lo fantástico del invento es que lo pones todo por la mañana, te vas a trabajar, y cuando llegas lo tienes hecho porque te lo mantiene templadito hasta que lo usas.

Pero, ¿quién se pone a cortar cebolla, apio, hacer un sofrito, medir caldos, abrir latas de tomates, trocear la carne... a las 6 de la mañana? Aquí viene el invento de esta moda, lo que haces es la preparación de todo lo que irá a la slow cooker esa mañana. Que lo mismo puede ser un dia ajetreado, que un dia de fin de semana, lo pones, y disfrutar del dolce fare niente. O si estais en casa con peques como yo, una cosa menos que preparar el día que tienes que hacer colada de camas y toallas y además devolver las cosas de la biblioteca y hacer compra...

La fiesta culinaria de este mes con mis amigas no ha sido preparar una cena y comérnosla charlando como otros meses. Nos hemos juntado para preparar 9 recetas deliciosas para la slow cooker. 3 de nosotras 4 estamos embarazadas, la primera tendrá su nena dentro de mes y medio así que empieza a preparar cositas que la hagan las primeras semanas más fáciles. Os animo a proponerlo a alguna amiga, o por lo menos hacerlo con la familia, porque se hace más llevadero preparar tantas recetas si el trabajo se reparte y hace en línea, y si estamos conversando y quizá tomando algo con gente. Nosotras lo pasamos muy bien, lloramos mucho mientras dos de ellas cortaban la cebolla, pero nos reímos cuando casi sale la cocina ardiendo porque puse una botella de cristal con aceite encima de la vitro caliente :-)




Aún si no tenemos una slow cooker hay mil cosas que podemos dejar preparadas para meter en el horno, que también se hace solo o para poner en una cacerola a hacerse lento.

Lasaña/Canelones: en una bandeja podemos dejar las hojas de lasaña ya colocadas, con los pisos de carne y tomate, o las verduras que queramos simplemente todo troceado, mezclado... Podemos ponerle al bechamel y el queso por encima. Cuando lo queramos, solo tenemos que descongelarlo por la noche en la nevera y meter al horno su tiempo normal, quedará como recién hecho.

Pollo: el pollo ya sabemos que congela muy bien, pero es importante que no sea pollo ya descongelado o se quedará seco al congelarlo una segunda vez. Podemos preparar nuestra receta favorita, ¿que tal una pechugas de pollo en las que ponemos jamón cocido y queso, y las liamos en rollitos sujetos con palillos? o una pechugas empanadas sin más también se pueden congelar, igual que si queremos preparar una bandeja con los trocitos del pollo con alguna salsa que nos guste. Podemos poner patatas y verduritas en la misma bandeja y así lo descongelamos y lo horneamos todo al mismo tiempo. Para mi marido yo le dejaría unas pechugas empanadas, que pondría sobre una base de salsa de tomate, y colocaría lonchas de queso por encima, así tiene su plato favorito ya listo en su bandeja para hornear.

Pescado: nos encanta el pescado, y se congela fácilmente, qué más queremos: podemos coger los filetes de pescado fresco, prepararlos como más nos gusta y congelarlo en bolsitas. Yo haría filetes de salmón, los untaría de mantequilla con hierbecitas y un chorrito de limón, y los congelaría así. O las truchas, ya limpitas las rellenamos de jamón, las pasamos por harina y las congelamos, así el día que las queramos no tenemos que hacer ni eso.

Carnes: podemos dejar un lomo de cerdo en una bolsita donde metemos la salsa que más nos guste, y así lo tenemos listo para, una vez descongelado, echarlo en una cacerola y hacerlo, o una bandeja y hornearlo. Podemos meterle también unas patatas ya cortadas y tenemos el plato completo. Podemos dejar un guiso de ternera ya preparado en una bolsa individual, el día que lo preparemos será el día de cortar la cebolla, el ajo, la carne, hacer el sofrito... Pero lo dejamos sin hervir ni cocinar de ningún modo. Vertemos el sofrito enfriado en la bolsita y lo juntamos con todo lo demás. Una vez descongelado, a la cacerola y cocción tradicional. El sofrito siempre puede venir bien hacer mucho un día y congelarlo en cubiteras, luego sacamos los cubitos a una bolsa y los mantemos en el congelador hasta que los vayamos a usar.  Cualquier carne que normalmente asemos, se puede meter en una bolsa o bandeja con todos los ingredientes y congelarlo hasta el dia que lo usemos. La idea es dejarlo todo perfectamente listo para no tener que hacer nada ese dia.

Una buena idea es comprar verdura fresca en cantidad cuando está barata (yo a veces hago eso o lo compro en supermercados al por mayor donde compras bolsas enormes de lo mismo) y la preparamos en bolsitas con la cantidad que solamos usar de guarnicion para nuestra familia. Es una buena idea con cosas como las coles de bruselas que se tardan un poquito en preparar, las limpiamos, las cortamos, y las metemos en bolsitas. O cuando tenemos una receta que nos gusta, como el maíz con queso filadelfia y especias que va horneado, lo puedo dejar en una bandejita pequeña ya listo.

Como veis, es sólo una idea fantástica es preparar las cosas con anterioridad pero sin tener que gastar el tiempo de cocinarlas. El horno o la cocción en ese caso serán nuestro aliado porque no necesitan que nosotros estemos haciendo nada mientras se cocina.

Aquí voy a compartir un par de esas recetas facilonas que hemos metido en bolsitas, y al congelador.

Lomo de cerdo al mango:
1 lomo de cerdo de alrededor de un kilo
500 gr de mango (congelado o lo cortamos en trozos nosotros)
2 cucharadas de azucar moreno
1 cucharadita de sazón italiana (o mezclamos un poquito de orégano, pimienta, tomillo, romero, ajo en polvo...)
1/2 cucharadita de pimienta negra
1/2 cucharadita de sal
3 cucharadas de maicena o almidón de maíz
2 cucharadas de salsa de soja
1/2 taza de zumo de manzana

Para congelarlo lo ponemos todo en una bolsa y lo mezclamos bien. Lo congelamos y durará unos 3 meses.
Para hacerlo ponemos el cerdo en la slow cooker, mezclamos todo menos el mango en un bowl, lo echamos por encima, y sobre ello echamos el mango.
O bien, descongelamos la bolsa la noche anterior, y lo vertemos todo en la slow cooker ese dia.
Para hacerlo en una cacerola necesitaremos añadir medio vaso de agua y dejalo una cocción suave hasta que el cerdo esté tierno, una hora y media con cuidado que no se seque la salsa.

Pollo Bourbon (tradición sureña)
6-8 contramuslos pelados y deshuesados o 4-5 pechugas de pollo
sal y pimienta
1/2 taza de cebolla troceada
1 taza de miel
1/2 taza de salsa de soja
1/4 taza de ketchup
1 cucharada de aceite de oliva
1 cucharadita de ajo picado
1/4 cucharada de cayena picada
2 cucharadas de maicena o almidón de maíz
1 cucharada de agua

Para congelarlo lo mezclamos todo en una bolsita y lo congelamos. Durará unos 3 meses.
Para hacerlo lo mezclamos todo en la slow cooker 8 horas en low.
O bien, lo debemos descongelar la noche de antes, y simplemente ponerlo en la slow cooker.
Sin slow cooker se puede poner en una cacerola con media taza de agua o caldo de pollo, y cocinar a fuego bajo una hora hasta que el pollo esté bien hecho.


Espero que os haya gusta la idea, nosotras terminamos la noche con 9 recetas cada una, y nos harán varios días más fáciles al estar todo preparadito.

sábado, 17 de enero de 2015

Nudos de Ajo y Hierbas

Esta entrada os la traigo gracias a una amiga del grupo de cocinillas de Facebook, me pareció fácil y resultona, y cuando la hice vi que en verdad es simplemente una idea genial que podemos personalizar con lo que más nos guste. A mí el ajo no me gusta, así que hice la mitad con ajo para mi marido, la mitad con orégano, romero, tomillo y parmesano para mí. Sed generosos al untar la mantequilla ;-)

Aquí Lidia os cuenta cómo una sevillana terminó inventando estos nudos de ajo y hierbas en Carolina del Norte:



Hola! Mi nombre es Lidia, y soy una Sevillana de 26 años afincada en Carolina del Norte desde agosto del 2013. Conocí a quien ahora es mi marido en Rota (Cádiz), el trabaja para las fuerzas aéreas de USA, y estuvo destinado en España por 5 años. Allí nos casamos, tuvimos a nuestro pequeñín que ahora tiene 2 años y medio, y llegó el día que nos tocó decir adiós para empezar una nueva etapa en nuestras vidas.

La afición por la cocina me viene desde pequeñita, ya que mi madre es una magnífica cocinera, y a mi siempre me gustaba verla cocinar, échale una mano y aprender a preparar cositas. No fue hasta que me mudé a vivir con mi marido cuando comencé a "profundizar" en la cocina, me gustaba investigar en internet como preparar comidas de su país, y me pasaba las horas mirando recetas y haciendo "comidas raras" como mi familia las llamaba, jaja. Con el tiempo he aprendido bastante y siempre que tengo un ratito me gusta meterme a la cocina a hacer cosillas o hornear algún dulce, feliz porque siempre tengo alguien que va por su silla y la pone justo al lado de mamá a mirar lo que está haciendo e intentar ayudar, mi pequeño futuro chef!!

Pues los "garlic knots" (nudos de ajo) los descubrí en una pizzería Italiana a la que mi marido y yo solíamos ir en Rota, nos gustaban tanto que tuve que buscar la forma de hacerlos yo misma. Yo los hago muy a menudo y se acaban en un momento! Es el complemento ideal para cualquier plato de pasta, o hasta de aperitivo con salsa marinara! Os recomiendo que los probéis porque son facilísimos de hacer y os garantizo que una vez que los probéis lo vais a seguir haciendo una y otra vez!!

Tiempo: 15 minutos
Raciones: 16 nudos (si usamos los Grands americanos, pero una vez tenemos la idea podemos hacer cuantos queramos con la masa que tengamos a mano)

Ingredientes:
1 lata de biscuits tipo Grands, si no tenéis esto, puede ser alguna masa de pan
1/2 taza de mantequilla derretida
2 cucharadas de queso parmesano rallado
1 cucharadita de ajo en polvo
1/2 cucharadita de orégano
1/2 cuchradita de perejil
1/4 cucharadita de sal


1. Precalentamos el horno a 180ºC. Dividimos la masa en pequeñas porciones, si usamos los grands, los cortaremos a la mitad. Esa masa la estiramos y con ella hacemos un nudito. Los vamos colocando sobre una bandeja de horno untada con un poquito de mantequilla para que no se nos peguen.

2. Los horenamos unos 10 minutos hasta que estén doraditos y listo!

Quedarán fenomenal para una cena con gente en casa, o como Lidia recomienda con cualquier plato de pasta.
En casa triunfaron :-)

viernes, 16 de enero de 2015

Salmorejo cordobés

El salmorejo es uno de mis platos preferidos. Es lo más simple y humilde, pero para mí es un sabor de toda la vida, un sabor de verano, un sabor de esos que de vez en cuando me apetecen muchísimo, y ahora que estoy embarazada, es genial, lo puedo llamar antojo de verdad, y hacer un salmorejo fresquito en pleno invierno. Los ingredientes como digo son tan humildes que los hay en cualquier parte del mundo, pero viene del sur de España donde tanto gustan estas cosas fresquitas. A mí el gazpacho no me gusta porque básicamente es triturar los pocos ingredientes que no me gustan... Sin embargo el salmorejo al no llevar la cebolla y el pimiento crudos me encanta, además, con el pan queda una textura cremosa que entra bien a cualquier hora (¡por lo menos para mi!)



Aquí va la receta, que en cuanto la hagais dos veces veréis que no hace falta medir nada, ni pesar nada... Y es una receta en la que no se puede medir cuánto poner de los elementos de sabor, pues va en gustos, vosotros corregirla como queráis una vez esté triturado (tened en cuenta que al día siguiente estará un pelín más fuerte de sabor). Así es como lo hice yo ayer:

Tiempo: 10mins (y unas horas de frio en la nevera antes de servir)
Raciones: 4

Ingredientes:
1kg de tomates rojitos
1/2 barra de pan duro
un chorrito de aceite de oliva, como 3 cucharadas
un chorrito de vinagre de vino tinto, pero de manzana vale, como 2 cucharadas
un poquito de ajo en polvo, como 1 cucharadita, pero se suele poner un diente crudo
una cucharadita de sal

1. Yo uso la batidora de vaso pero se puede hacer en un bowl grande/ensaladera. Partimos el pan en pedazos y los ponemos a remojo en agua, tendrán que estar ahí como 10 minutos hasta que haya empapado. No pasa nada porque el centro siga seco. Al cogerlo escurrimos si está muy blando todo el pan y reservamos el agua por si queremos aligerarlo un poco una vez hecho. Lo ponemos en el vaso de la batidora, junto con los tomates, lavaditos y quitada la parte dura donde estaban unidos a la mata. Añadimos los otros ingredientes, empezando por poquita cantidad.

2. Batimos hasta que esté suave y homogéneo y probamos para corregir de sabor. Si añadimos algo más, más sal o aceite, lo que queramos, lo debemos batir otro minutito. Si está muy espeso, ponemos un par de cucharadas del agua reservada y batimos. Hasta que tengamos la consistencia deseada. Lo vertemos en una ensaladera, cubrimos con film transparente y lo refrigeramos hasta comerlo, al menos un par de horas.

PARA SERVIR: se suele acompañar de huevo duro, como medio por plato, y media lonchita de jamón serrano, en mi caso lo hice primero a la plancha. 


Normalmente hago mucho más que 4 raciones, usando una barra de baguette entera y como el doble de tomates. Ya vereis que va a ojo porque a veces los tomates tienen más liquido, a veces son más carnosos... Los míos ayer estaban deliciosos, los compré el mercado Amish de Filadelfia el otro día, costaron $1 dos libras, cuando normalmente cuesta como $1.5 una sola libra... Eran muy carnosos, así que me quedó muy cremoso, pero también me gusta espesito. Antojo resuelto :-)

Rollatini de Berenjena (con salsa de tomate casera)

Siguiendo estos días más ligeros y con más verduras, he preparado un plato italiano que había comido en un restaurante antes y me encantó. He encontrado una receta de una de mis cocineras de la tele favoritas, Giada de Laurentiis. Aquí hay muchísimos programas de cocina, y en la mayoría de los programa de entretenimiento tienen como invitados todos los días a chefs famosos que comparten recetas, además de haber varios canales sólo de cocina (aunque son de pago). Giada además de tener muchos libros de cocina, tiene sus propios programas y segmentos en televisión, es la cocinera italiana de referencia. A mí me encanta porque siempre está feliz :-) es italiana, joven, y siempre está hablando de su familia, de lo que les gusta a sus hijos, de lo que echa de menos de Italia, y muchas veces el programa se desarrolla en alguna casa que tienen en el típico campo italiano que nos viene a la mente cuando oimos la palabra "Toscana". Giada me hace sentir en verano.

Este plato me hace sentir más cerca del mediterráneo también con el uso de la berenjena a la plancha en aceite de oliva, el sabor del albahaca fresco, y esa salsa de tomate con laurel y sofrito... Delicioso aunque se tarda un poquito en hacer. Un buen plato para un fin de semana.



Yo hice la salsa de tomate porque estaba por casa y ¿por qué no?, pero podeis usar perfectamente algún frasco de salsa de tomate para pasta que os guste. Ya que os ahorrais trabajo (y materia prima) os recomiendo comprar una salsa buena, porque es el contraste de sabor con lo suave del relleno de queso. Necesitaremos como medio litro o 700ml.

La berenjena no es conocida por nada en especial en cuanto a nutritientes, pero su textura carnosa y esponjosa en verdad nos aporta una buena cantidad de la fibra que necesitamos, tiene un 7% del cobre necesario, así como de vitamina b, y en menor cantidad tiene otras vitaminas y minerales como la b3, b6, magnesio... tiene incluso un poco de vitamina C, y muy poquitas calorías. Este plato es muy completo al llevar tantos tipos de verduras, el tomate, tan rico en licopeno que parece prevenir el cancer, las zanahorias que van ocultas en la salsa añaden sus vitaminas que nos mantienen la visión sana, y con todo el queso que llevan no nos quedaremos cortos en proteína ni calcio. Si no encotráis ricotta, el requesón es prácticamente igual.

Tiempo: 40mins (más 10mins prep, 1 hora cocción para la salsa)
Raciones: 6

Ingredientes:
3 berenjenas
sal

3 tazas de ricotta
1 taza de mozzarella rallada
8 cucharadas de parmesano rallado
2 huevos
3 cucharadas de albahaca fresco picado
3 cucharadas de piñones tostados

Aceite de oliva, sal y pimienta

1. Cortamos las berenjenas: primero les quitamos la parte de arriba y de abajo, y después sacamos láminas largas de medio centímetro de grosor. Las vamos colocando sobre una rejilla puesta sobre una bandeja de horno (a mí no me cabían todas en las rejillas y algunas las dejé en el mostrador extendidas), las espolvoreamos con sal, que si es gorda es mejor, para que les salga jugo y se les quite el amargor. Esperamos unos 15 minutos.

2. En ese tiempo, vamos preparando el relleno: en un bowl grande batimos los dos huevos bien y mezclamos el ricotta, la mozzarella y 3 cucharadas de parmesano. Salpimentamos muy ligeramente. Incorporamos los piñones, lo mezclamos, y añadimos el albahaca, removiendo lo justo para que esté incorporado.

3. Vamos también calentando una o dos sartenes grandes con un pelín de aceite de oliva. Cuando ha pasado el tiempo, pasamos las láminas de berenjena por el chorro de agua fria rápidamente para quitarles el exceso de sal y las vamos devolviendo a la rejilla para que escurran. Empezando por las primeras que limpiamos, las vamos poniendo a fuego bajo-medio en la sartén, dándoles las vuelta una vez. En total estarán unos 4 minutos, dependiendo del grosor y el calor, queremos que estén blanditas y quizá un poco morenitas, pero no completamente hechas. Las vamos devolviendo a la rejilla.

4. Precalentamos el horno a 180ºC.

5. Mientras las láminas se van haciendo a la plancha, podemos empezar con las que ya estén listas. Untamos de aceite una bandeja de hornear de unos 30x20cm (13inchx9inch es lo standard aquí de ese tamaño). Extendemos una lámina de berenjena, y en un extremo ponemos una buena cucharada de ricotta. Lo enrollamos y lo colocamos en la bandeja haciendo dos filas de rollitos, dejando la junta hacia abajo para que no se abran.

6. Cuando los tengamos todos en la bandeja vertemos la salsa de tomate por encima cubriéndolo todo bien. Espolvoreamos las otras 5 cucharadas de parmesano por encima (yo también rallé un poco más de mozzarella) y lo metemos al horno 15 minutos.


Para la salsa de tomate casera necesitamos:
1 cebolla pequeña picada
1 diente de ajo
1kg de tomates picados o 2 latas de 16oz de tomates triturados
2 zanahorias, peladas y en trozos pequeños
2 ramas de apio cortadas finas
2 hojas de laurel
3 cucharadas aceite de oliva
sal

En una sartén grande o una cacerola mediana ponemos el aceite a fuego medio e incorporamos la cebolla para pocharla hasta que esté blanda y traslúcida. A mitad de ese tiempo (5mins) añadimos el ajo y removemos de vez en cuando para que no quemen. Cuando las dos cosas estén listas (otros 3-5mins) añadimos la zanahoria y el apio y removemos sofriéndolo unos 7-10 minutos. Ponemos el tomate y el laurel, salpimentamos y removemos para mezclarlo todo, y lo dejamos cocer a fuego medio-bajo una hora hasta que haya reducido un poco y esté todo muy blandito.

Ahora va en gustos, yo lo puse todo en la batidora e hice un puré espeso, pero la receta pide poner solo la mitad y luego mezclarlo con lo demás dejándolo más espeso aún. Seguramente no lo queráis dejar con los trozos de tomate enteros, pero cuánto de pasado lo quereis lo podeis hacer con la batidora al gusto.


miércoles, 14 de enero de 2015

Paquetitos de aguacate y pollo

Después de estas fiestas, ya os dije que estamos haciendo una semana vegetal en casa, esta receta puede ser tan vegana o tan "normal" como querais, ya que tiene muy pocos ingredientes: aguacate, pollo, queso, y cilantro. Yo tenía pollo vegano, que me gusta mucho, porque tiene una textura muy similar a la de una pechuga de pollo a la placha (la pechuga de por sí es un poco seca igual que la pechuga vegana), así que lo hice con este pollo pero con queso mozarella normal porque también lo tenía en la nevera ya, pero se puede substituir por queso rallado vegano, que funde bastante bien también.

Esta receta la encontré en internet, pero me resultó un poco seca tal cual, recomiendo poner tomate picado dentro junto con los demás ingredientes. Nosotros terminamos poniendo los que puse de acompañamiento. La clave para un buen sabor y textura será que el aguacate esté en su perfecto momento de madurez, que esté blandito, pero no demasiado. 

Se puede hacer con tortillas de maiz tipo burrito o fajita, que enrollaríamos con un burrito, o se puede hacer con nuestros paquetitos de pan de sandwich favoritos, como hicimos nosotros, un pan muy finito integral. Seguro que en pan de pita también queda bien. Y en último caso, se puede hacer un sandwich de toda la vida :-)

Súper fácil, rápido, y cargado de nutrientes gracias al agucate, la proteína del pollo y el queso, su calcio, y los carbohidratos del pan. ¡Una comida redonda con poquitos ingredientes!

Tiempo: 20 mins si tenemos que hacer las pechugas
Raciones: 2

Ingredientes:
2 pechugas de pollo
1 aguacate maduro
1 taza de queso mozzarella
1 puñado de cilantro
sal y pimienta
(recomiendo también unos tomates troceados)
 2 cucharadas de mantequilla

1. Hacemos las pechugas a la plancha, y las cortamos en trozos muy pequeños. También el aguacate lo cortamos en daditos (lo mejor es siempre hacer un corte a la larga que llegue hasta el hueso, entonces podemos separar las dos mitades el aguacate, exponiendo el hueso en un lado, cortamos la carne de la mitad sin hueso en dados y los vamos pelando con ayuda del cuchillo. Para la parte con el hueso pelaremos primero, y después cortaremos los dados y los separaremos del hueso a cuchillo).

2. Calentamos la mantequilla en una sartén. En un bowl mezclamos todos los ingredientes ya cortaditos, salpimentamos, y rellenamos nuestros paquetitos. Los ponemos en la sartén a fuego bajito, tapados, durante unos 5 minutos para que se derrita el queso y están listos para servir.


Rogan Josh -Plato indio de cordero

Uno de mis últimos libros de cocina es una maravilla de 500 paginas, de gran formato, y con varias fotos por receta, unas ilustrativas de la cultura de la que viene, y una a toda página del plato terminado. Es un libro con recetas de todo Asia, que sabéis que me encanta, y ahora que estoy desatada atreviéndome a cualquier receta porque puedo comprar especias en pequeñas cantidades, no paro de ver cositas que quiero hacer. Una de ellas era este plato de cordero que viene de la India, en concreto de Kashmir or Cachemira.

Esta receta para mí tenía que ser una cena especial, porque el cordero aquí es bastante caro, y quería hacerla con cordero en vez de substituirlo por vacuno. Estuve de suerte porque encontré que la paletilla de cordero troceada era sólo un pelín más cara que los taquitos de guisar de ternera en ese preciso momento... aquí los precios fluctúan mucho. En España encontrar cordero es más fácil que aquí, ya que no en todos los supermerdados lo hay, y sin duda las opciones de corte suelen ser limitadas a dos o tres contando cordero picado... Además, yo estoy acostumbrada al cordero español, que es mucho más joven que el que se come aquí o en las islas británicas donde recuerdo que tenía demasiado sabor para mi gusto. Pero bueno, como es un plato con muchas especias, le iba bien un sabor más intenso.



Para las especias ya os comenté que el garam masala es en realidad una mezcla de especias bastante asequibles. Seguramente no quede igual que si encontráis la mezcla ya hecha, pero como siempre digo, es mejor atrevernos con una adaptación, o incluso a dejar algo fuera de la lista de ingredientes, a no probarlo porque no va a quedar tan auténtico. El garam masala, como ya os comenté en la receta del pollo tikka masala, lleva pimienta blanca y negra, canela, clavo de olor, nuez moscada, laurel y cardamomo. Lo podemos poner todo en un mortero y hacer una mezcla finita y homogénea con ello.

Este plato tarda un poco en hacerse pero no es difícil, no tiene ninguna técnica más que dejarlo cocer y reducir varias veces para infusionar la carne con los aromas de las especias. Además, hay que dejarlo macerar entre 2y 12 horas. Por lo que recomiendo empezarlo un día y terminar el siguiente.

Tiempo: 1 hora 20minutos (más maceración)
Raciones: 4

Ingredientes:
8 dientes de ajo picados finos
6cm de gengibre fresco, rallado
2 cucharaditas de comino molido
1 cucharadita de chili o guindilla
2 cucharaditas de pimentón
2 cuchaditas de hinojo molido
1kg de paletilla o pierna de cordero, deshuesada y cortada en dados
5 cucharadas de aceite
1 cebolla cortada fina
6 cardamomos
4 clavos de olor (o una cucharadita de ello molido)
2 hojas de laurel
1 palito de canela grande
3/4 taza de yogur natural
4 hebras de azafrán puestas en 2 cucharadas de leche
sal
1/4 cucharadita de garam masala

1. En un bowl grande mezclamos el ajo, el gengibre, el comino, el chili o guindilla, el pimentón y el hinojo molido. Añadimos la carne y la cubrimos bien, removiendo para que las especias lo impregnen todo. Lo tapamos con film transparente y lo refrigeramos entre 2 y 12 horas.

2. Cuando lo vayamos a hacer: calentamos el aceite en una sartén o cacerola a fuego bajo. Añadimos la cebolla y la pochamos unos 10 minutos, hasta que esté un poco marrón. La retiramos de la sartén. Añadimos el cardamomo, los clavos de olor, las hojas de laurel, y el palito de canela a la sartén. Lo freímos a fuego bajo 1 minuto, removiendo. Subimos el fuego y añadimos la carne y la cebolla, lo removemos bien para que se mezclen los sabores, y lo freimos 2 minutos. Bajamos el fuego a bajito otra vez y lo dejamos reducir tapado unos 15 minutos.

3. Destapamos y subimos el fuego para que se fría durante 3 minutos, hasta que esté bastante sequito el líquido. Añadimos entonces 1/2 taza de agua, tapamos y dejamos cocer y reducir de nuevo 5-7 minutos hasta que el agua esté evaporada. Una vez esté sequito lo dejamos freir otro minuto o dos. Entonces añadimos 1 taza de agua. Lo tapamos y lo dejamos cocer y reducir una última vez, unos 45 minutos a fuego medio-bajo.

4. La carne estará blandita, la salsa más concentrada, y los sabores tendrán más cuerpo. Para terminar mezclamos el yogur en la sartén con todo, añadimos la leche con el azafrán, echamos un pelín de sal y lo mezclamos todos bien. Retiramos del fuego, espolvoreamos el garam masala por encima y listo.

Como veis necesita su tiempo de cocción y reducción, pero no es complicado. Mientras podemos hacer un arroz blanco para compañarlo, o preparamos una ensalada de frutas de postre para complementar los sabores tan característicos de este plato especiado.