Esta semana hemos decidido limpiarnos un poquito, ya que la semana pasada comimos carne todos los días, y además el fin de semana nos fuimos a la casa de la playa y comimos pizza para llevar, perritos calientes... Está delicioso y es parte de lo divertido de ir a la playa, pero no nos apetecía comer más carne, así que esta semana hemos hecho tortilla de espinacas y champiñones para desayunar, la sopa minestrone que os compartí, bocadillos de vegetales con mozarrella, y estas pizzas deliciosas con verduritas. Lo bueno de las pizzas es que cada uno puede ponerse lo que quiera encima, pero a mí me encantan con verduras porque las hago al horno primero y puedo jugar con las hierbecitas que les pongo para darles toques diferentes.
Esta vez me atreví a comprar salsa blanca para la pizza, y no fue un acierto muy grande la verdad... No creo que lo vuelva a comprar. Me encanta con su salsa de tomate y orégano con calabacín y tomate, pero no me gustó mucho la salsa blanca porque sabía mucho a ajo y enmascaraba los sabores suaves de lo demás (y odio el ajo cual vampiro). Aprendida la lección, aquí os dejo la foto pero recomiendo usar salsa de "la normal".
Para hacer las verduras que elijamos, las debemos cortar en láminas finas pero con substancia, como de 3-4mm de grosor. Recomiendo calabacines, berenjenas, tomates, pimientos, cebollas, champiñones... Todos se pueden cortar en láminas. Lo metemos en el horno a unos 200ºC durante unos 10-15 minutos, depende de la verdura. Me encantan las espinacas en la pizza, si las ponemos frescas, tendremos en cuenta que encogen muchísimo, así que tenemos que ser muy generosos al ponerlas para no quedarnos sin nada luego. Estas láminas las extendemos en una bandeja de hornear, rociamos con aceite de oliva y le podemos poner orégano, tomillo, romero, pimienta... cualquier especia que nos guste
Cuando vivía en Brooklyn (capital americana de la pizza finita auténtica) se convirtió en mi favorita la pizza con pegotitos de espinacas rehogadas y anchoas. Que explosión de sabores :-) ahora lo que hago es descongelar un bloque de espinacas y poner puñaditos (en Mercadona venden espinacas en cubitos congeladas en una bolsa, esto sería ideal).
Esta pizza lleva una masa integral, salsa blanca, calabacín verde y amarillo, dos tomates y mozzarella de bola rallada en el momento. El tomate no se puede meter en el horno antes de hacer la pizza porque se nos quedaría en la bandeja.
En esta, hecha con masa normal y salsa de tomate, pusimos nuestros favoritos: mi parte lleva champiñones y espinacas con chorizo vegano, y la parte de mi marido lleva pimientos, calabacín amarillo, albahaca y chorizo vegano. Pusimos sobre la salsa de tomate rodajas de mozzarella. (¿Os acordais del chorizo vegano? pincha aquí para verlo. Esta noche huevos rotos con chorizo... ¡vegano!)
Las pizzas siempre son interesantes porque admiten cualquier variacion y siempre quedan bien.
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