miércoles, 15 de julio de 2015

Huevos Rancheros con queso Feta

¡¡Hola de nuevo!! Después de un parón vuelvo a dejarme ver por aquí. Mi peque nació a finales de Mayo y desde entonces ha sido un no-parar con los dos. Como es típico, el mayor se ha vuelto un poco guerrero, pidiendo atención de todas las formas (ahora mismo está repitiendo "mamá, mamá, mamá, mamá" como una ametralladora detrás de mí para que vea lo que ya he visto varias veces: un peluche en el suelo. Es difícil sacar la paciencia para ese tipo de cosas cuando tienes mil asuntos pendientes por la casa, un bebé llorando, y te has levantado 5 veces en las 7 horas que has estado en la cama... Porque ahora también al mayor le ha dado por despertarse varias veces durante la noche. Aunque lo mejor fue una vez que se suponía que estaba echado la siesta en su cuna, y de pronto apareció saludando por el salón. Había saltado y andaba por ahí a su aire, así que para evitar un accidente, esa misma tarde tuvimos que convertirla en camita. Para mi sorpresa y felicidad, juega un poco por ahí, y luego se vuelve a la cama a dormir, porque yo estaba segura de que una vez lo hiciéramos cama ya nunca jamás volvería a dormir y se dedicaría a jugar y hacer loco por su habitación.

Pues el que regrese por aqui no es casualidad... es porque ayer el peque grande empezó el cole. Mis amigos se sorprenden a veces cuando digo eso porque es Julio y tiene 2 años, pero os cuento que en Estados Unidos hay muchísimos centros donde admiten a bebés tan pequeños como de unas semanas (6 semanas es muy común) y que abren todo el año sin parar por vacaciones. Estos centros suelen abrir muy temprano, a las 6.30 o 7 de la mañana muchos, y suelen estar abiertos hasta las 6 o 6.30 de la tarde. "Pobres niños tan pequeños tantas horas" pensareis, pero este tipo de guardería es vital para los padres que trabajan, ya que muchas mamás tienen que volver a sus puestos a las 6 semanas, algunas a las 8, otras a las 10 y las que menos a las 12 semanas de dar a luz. Estos centros para dejar a esos bebés tan pequeños son la manera más ecónomica, ya que una nanny es más cara, y para muchos da más confianza que sea un centro con varios profesionales y certificaciones.

El horario extendido es también fundamental porque muchos vivimos a una media hora de nuestros trabajos, eso es bastante común por aquí, y en hora punta no sabemos lo que nos vamos a encontrar, además, en Estados Unidos es normal entrar a trabajar a las 7.30 (como los profes y gente de colegios) o las 8.00 de la mañana, por lo que hay que salir de casa muy temprano y dejar a los peques en sus centros a horas intempestivas. Igualmente por la tarde, el horario de recogida es amplio para quienes entren más tarde o por si algún día surge algo que nos hace retrasarnos. A la edad de dos años yo lo llamo colegio porque tienen programa curricular con contenidos, unidades, y un horario bien estructurado -en la mayoria de los sitios, eso era algo muy importante para mí y el que hemos elegido organiza los meses en unidades de conocimiento y hacen proyectos de ciencias, preparación a la lectoescritura, matemática... En estos centros suelen admitirlos hasta los 5 años ya que a esa edad empieza aquí la educación reglada con el curso llamado Kindergarten, que es el primero de la Primaria, le sigue 1er curso, 2o curso... Así que hay que buscar cositas privadas para antes. Privadas y bien caras, por supuesto. El mío va de momento 2 días a la semana únicamente, para acostumbrarse, darme un respiro, un ratito con el pequeño... y nos cuesta unos $170 por esos dos dias. Es un esfuerzo para muchas familias y para muchas mamás con dos niños no salen las cuentas porque ganan poco más que lo que vale el centro, pero son muchos los beneficios de llevarlos a un buen centro con otros niños (¡principalmente el beneficio del silencio en casa!).

Pues ahora que os he contado esa curiosidad de Estados Unidos, estos centros privados llamados Child Care o Day Care, os presento una receta muy sencillita que hice ayer, unos huevos rancheros muy sencillos con un par de cosillas que tenía en la despensa y que seguro que muchos tenéis siempre, un plato de inspiración mexicana, cargado de proteína gracias a las judías y los huevos, pero vegetariano y ligero.


Raciones: 2 generosas                                                                          Tiempo: 20mins

Ingredientes:
Media cebolla picadita
1 lata de judías escurridas y enjuagadas
1 lata de tomate en dados (el mío traía orégano y ajo)
1/2 cucharada de chili en polvo
1/2 cucharada de comino en polvo
sal, pimienta, aceite de oliva, perejil o cilantro
4 huevos
Queso feta

1. Ponemos un chorrito de aceite de oliva en una sartén grande (yo lo hice en la mía de hierro pensando en meterlo en el horno al final, podría haberlo hecho para los huevos, pero lo dejé en la vitro y salió muy bien, así que la sartén que sea funciona) y lo calentamos con la cebolla. La doramos a fuego medio unos minutos hasta que esté blandita y dorada, entonces añadimos las especias y removemos un minuto.

2. Añadimos el tomate y las judías y lo dejamos cocer suave 5 minutos, añadimos el perejil o cilantro picado. Después echamos los huevos encima y lo cubrimos dejando que los huevos se hagan a nuestro gusto, unos 10 minutos más a fuego bajito.

3. Cuando los huevos estén hechos, repartirmos un poco de queso feta por encima y tapamos, retirando del fuego un par de minutos para que se atempere el queso (el queso feta no funde como otros quesos pero se vuelve blandito). Servimos con tostaditas.

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