En Estados Unidos, los ingleses en la zona noreste de Nueva Inglaterra empezaron a celebrar también un dia de agradecimiento anual justo después de las cosechas. No están todos de acuerdo en quién lo instauró inicialmente, pues desde principio de los años 1600, hay registros de tanto los Pilgrims (los primeros colonos) como los Puritanos celebrando este tipo de fiestas, y en 1623 el gobernador de Massachusetts lo hizo oficial en el calendario de ese año. Pero no fue hasta los 1660s cuando se estableció como una tradición anual para todos, y en los 1680s empezó a tener una base religiosa.
Con las diferentes batallas revolucionarias, los distintos gobernadores empezaron a nombrar sus propios dias de celebración en agradecimiento por sus victorias. Como vemos, esta idea se ha ido tiñendo de connotaciones de todo tipo hasta llegar a ser lo que es hoy. Lo que sí podemos saber es que fue el presidente George Washington quien declaró por primera vez una fiesta a nivel nacional para dar gracias, el 26 de Noviembre de 1789, diciendo que fuera un día en el que todos demos las gracias a Dios por su generosidad y bondad. Pero no fue hasta 1941 cuando el presidente Franklin Delano Roosevelt dictaminó que se celebrara a nivel federal el último jueves de Noviembre. Dos años más tarde, sin embargó, cambió de idea y decidió que fuera siempre el cuarto jueves del mes, ya que esto haría que la gente gastara más dinero entre esta celebración y las Navidades. Supongo que así llegamos a la locura del Black Friday, por el que cada año hay más polémica, pues ya no sólo es el heco de que algunos supermercados permanecen abiertos todo el jueves, obligando a los trabajadores a perderse esta fecha con la familia, si no que este año las ofertas en tiendas y grandes superficies empezaban tan pronto como las 4 o las 5 de la tarde del jueves. En pocos años hemos pasado de abrir a las 4 de la mañana del viernes (que resultaba una tradición divertida para algunos) a abrir a las 4 de la tarde el jueves, suscitando polémica por el derecho de los trabajadores a disfrutrar de la fiesta.
Yo por mi parte me niego a ir de compras el jueves. Thanksgiving se ha convertido en mi fiesta favorita, me parece una idea muy bonita el por lo menos una vez al año verdaderamente sentarnos a pensar las cosas que ese año nos ha traído, y celebrar todo lo bueno que tenemos. Es una tarde para pasarla en familia, disfrutar de una cena muy especial y relajarnos. Hasta este año era también el dia de irse a dormir pronto, porque me gustaba ir a hacer cola nevando cuando abrían las tiendas a las 4 de la mañana. El año pasado, ya me molestó ir a las 10 de la noche a por la impresora de oferta en el Walmart, pero este año me he unido a la gente que se ha negado a participar de lo que algunos llaman el Black Thursday. Lo que sí espero hacer es participar hoy en el "Small Business Saturday", es decir, comprar en pequeño negocio.
Y ahora os presento todo lo que hemos preparado este año, que es el segundo que celebramos en casa con la familia (otro año antes lo hicimos sólo mi marido y yo, cuando aún no estábamos casados, me hizo un pavo tan rico, que oficialmente él se encarga siempre ya del pavo!) Lo que hemos preparado es lo más tradicional americano, y por eso os lo quiero mostrar, esta vez no hemos incorporado nada español, ni hemos dejado nada típico fuera del menú. Para 6 adultos y el peque, había:
- 1 pavo de 8 kilos RECETA aparte
- 1 fuente de relleno de pan (y otra que compró mi suegra, por si no había bastante, al final sobró fuente y media) RECETA aparte
- Maíz (3 latas)
- Cranberry Sauce y Cranberry Jelly. Esto es muy típico, muy curioso y me encanta. Cranberry es el arándano rojo bastante ácido que no se puede comer crudo por que es duro. Lo tradicional es la Salsa, que lleva el arándano entero y es casi como una mermelada, se puede comprar, o se puede hacer muy fácilmente en una cacerolita, con un poco de zumo de naranja, un poco de brandy, un poco de azúcar, hay gente que le pone una hojita de laurel... Y la Jelly o gelatina, es un invento de una marca de zumos y mermeladas que usa la fruta entera para hacer una gelatina que se derrite en la boca, igualmente a medio camino entre ácido y dulce. Me encanta la Jelly, pero va en gustos, asi que compramos una lata de cada.
- Green Bean Casserole, que es una fuente de judías verdes con crema de pollo o de champiñones. Yo la hice con crema Campbells de pollo, puse en la slow cooker 2 latas de crema, 1 kilo de judías verdes congeladas, lo removí, y espolvoreé por encima cebolla frita. Muy tradicional, era la primera vez que lo hacía, y no me gustó, no sé porqué, pero comparado con todo lo demás, eso me sobraba.
- Mashed Potatoes, son patatas hervidas y machacadas a mano. Hicimos 1 kilo de patatas, mezclamos 2 tazas de nata, sal, pimienta, 2 cucharadas de savia fresca picada, 2 cucharadas de perejil fresco picado, y 2 cucharadas de eneldo fresco picado. Incorporamos también media taza de queso parmesano, rallamos un poquito más por encima para presentar, y también picamos un par de lonchas de bacon crujiente por encima. Quedaron deliciosas.
- Panecillos que compré para dejar levar en casa y luego hornearlos.
- Salsa del pavo RECETA aparte
Aquí este tipo de celebración se suele presentar en tipo buffet, y así cada uno se sirve el plato como más le guste. Me encanta esta idea, porque me da juego para decorarlo y organizarme muy bien, y me gusta que cada cual se ponga más o menos de lo que quiera. A mí me gusta muchísimo la Cranberry Jelly, y me gusta poner salsa por encima de todo, mientras que el relleno de pan no me va mucho y solo me pongo un poquito para comer aparte.
Este es el cuenco que le preparamos al peque, pero sólo se comió el maíz porque había sido el que más comió en los aperitivos :) Saqué una tabla con 4 quesos diferentes, habia dos dips para mojar crackers y colines, y horneé (en casa del vecino, pues mi horno estaba ocupadísimo con el pavo) unos palitos de mozarella y unas mini quiche.
Me dió rabia darme cuenta 2 minutos demasiado tarde... No hice foto a la mesa de postres... Retiramos el pavo de la isla en la cocina, y ahí pusimos una fuente con pastelitos tipo napolitanas, otra fuente con galletitas surtidas, y mi suegro trajo una tarta de manzana y una de calabaza, que servimos con nata montada y con helado de vainilla. Nos pusimos como el kiko! Además aquí se suele hacer un poquito de sobremesa entre la comida y los postres, así que recogimos un poco la mesa, el peque nos estuvo entreteniendo con sus cosas, saqué unos bombones, mi suegra trajo sidra española que había encontrado en el super, y ya después nos servimos los dulces. En total una comilona de 5.5 horas desde los aperitivos hasta los postres y el café. Ahora entendeis que nos juntemos a cenar a las 4 de la tarde? :-D
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