La salsa alfredo no es muy popular en otros países para acompañar pasta pero en Estados Unidos es casi tan usada como la de tomate. Es mi preferida y normalmente la compro ya preparada, pero como sé que no es fácil encontrar pero sí es fácil de hacer, aquí os dejo la receta muy muy fácil de cómo hacer esta cremosa salsa de queso.
Como ideas alternativas os diré que hay alfredos con champiñones, con ajo asado, con tomate seco, con prosciutto (parecido al jamón serrano)... La revolución ha llegado cuando han empezado a salir recetas que substituyen parte de la crema y el queso por coliflor cocida y pasada a puré, para hacer un plato más ligero y cargado de verduras, lo cierto es que está delicioso también! A mí me gusta como base para inventar platos de pasta y pronto compartiré uno de mis favoritos.
Os animo a hacerla y os gustará tanto que os inspirará para crear vuestros propios platos.
Tiempo: 8 mins
Raciones: 4
Ingredientes:
3 cucharadas de mantequilla
1 taza de nata para montar
1.5 tazas de queso parmesano rallado
1 diente de ajo -opcional (recomiendo abrir una cabeza de ajos levantando como una tapa de la parte de arriba, echar un chorrito de aceite de oliva, cerrarlo, envolverlo en papel de aluminio y asar en el horno a unos 200ºC durante una media hora, 40 minutos, ese ajo lo podemos usar en muchos otros platos y el sabor es más suave y dulzón)
pimienta molida -opcional
1. En una sartén derretimos la mantequilla y salteamos el ajo picado fino, si usamos, a fuego bajo durante un minuto. Añadimos la nata y removiendo incorporamos el queso rallado hasta que se derrita y espese. Si queremos añadimos pimienta negra al gusto, o perejil picado.
Un blog donde encontrarás recetas de una española en Estados Unidos, explorando cocinas del mundo, aptas para varias dietas y también recetas para peques
martes, 30 de septiembre de 2014
Ensalada de patata asada
Hoy comparto una receta muy fácil y muy sabrosa para un acompañamiento frío. Esta ensalada la hago muchas veces cuando hacemos barbacoa, o para llevar a alguna fiesta donde debamos llevar algo de comida. Se puede hacer el día de antes y poner la salsa en el último momento.
Este fin de semana los vecinos compraron tres costillares y los hicimos en casa a la barbacoa, yo hice un par de ensaladas, los niños hicieron brownie... ¡Hay que apurar los últimos días de buen tiempo! Lo hacemos muchas veces durante el verano y lo pasamos muy bien, así que se trata de hacer cosas fáciles pero que gustan a todos. Mi ensalada de patata asada siempre gusta porque recreo la idea de una "loaded potato", que es una patata asada, abierta a la mitad y rellena de cosas como bacon, queso, cebollino y crema agria. Es muy fácil de hacer y es la versión fresquita de esta tradicional patata rellena.
Tiempo: 10mins de cocción, 10 mins de preparación. Enfriar.
Raciones: 10
Ingredientes:
8 patatas grandecitas
7 lonchas de bacon
1.5 tazas de queso rallado tipo cheddar, con sabor
2 cucharadas de cebollino (al gusto, a mí me gusta más el seco porque el fresco me resulta muy fuerte)
sal y pimienta
4 cucharadas de mayonesa
2 cucharadas de crema agria (se puede hacer sin ella si no la encontráis, pero resalta mucho los sabores, en Mercadona lo llaman Nata Fresca y está cerca del queso crema)
1. Pelamos y cortamos las patatas en daditos pequeños, como para ensaladilla. Lo ponemos a cocer en una cacerola con abundante agua con sal y pimientas. No hace falta que cueza muy fuerte, o la patata se puede romper. Para probar si están hechas, sacamos un dadito y lo pinchamos con el tenedor, unos 10 minutos me bastan a mí, pero depende del tipo de patata que usemos.
2. Mientras se hace la patata, ponemos las lonchas de bacon en una sartén y las freímos hasta que estén crujientes, alternativamente se pueden poner en el microondas, unos 5-6 minutos por unas 5 lonchas. (Debe estar bastante crujiente para que no se quede demasiado blando con la mayonesa). Lo cortamos en trocitos muy pequeños y reservamos.
3. Mezclamos la patata escurrida con el bacon, el queso rallado y el cebollino. Ahora lo podemos meter en la nevera a enfríar hasta que lo vayamos a usar.
4. Mezclamos la mayonesa con la crema agria y lo incorporamos suavemente con la ensalada de patata.
Este fin de semana los vecinos compraron tres costillares y los hicimos en casa a la barbacoa, yo hice un par de ensaladas, los niños hicieron brownie... ¡Hay que apurar los últimos días de buen tiempo! Lo hacemos muchas veces durante el verano y lo pasamos muy bien, así que se trata de hacer cosas fáciles pero que gustan a todos. Mi ensalada de patata asada siempre gusta porque recreo la idea de una "loaded potato", que es una patata asada, abierta a la mitad y rellena de cosas como bacon, queso, cebollino y crema agria. Es muy fácil de hacer y es la versión fresquita de esta tradicional patata rellena.
Tiempo: 10mins de cocción, 10 mins de preparación. Enfriar.
Raciones: 10
Ingredientes:
8 patatas grandecitas
7 lonchas de bacon
1.5 tazas de queso rallado tipo cheddar, con sabor
2 cucharadas de cebollino (al gusto, a mí me gusta más el seco porque el fresco me resulta muy fuerte)
sal y pimienta
4 cucharadas de mayonesa
2 cucharadas de crema agria (se puede hacer sin ella si no la encontráis, pero resalta mucho los sabores, en Mercadona lo llaman Nata Fresca y está cerca del queso crema)
1. Pelamos y cortamos las patatas en daditos pequeños, como para ensaladilla. Lo ponemos a cocer en una cacerola con abundante agua con sal y pimientas. No hace falta que cueza muy fuerte, o la patata se puede romper. Para probar si están hechas, sacamos un dadito y lo pinchamos con el tenedor, unos 10 minutos me bastan a mí, pero depende del tipo de patata que usemos.
2. Mientras se hace la patata, ponemos las lonchas de bacon en una sartén y las freímos hasta que estén crujientes, alternativamente se pueden poner en el microondas, unos 5-6 minutos por unas 5 lonchas. (Debe estar bastante crujiente para que no se quede demasiado blando con la mayonesa). Lo cortamos en trocitos muy pequeños y reservamos.
3. Mezclamos la patata escurrida con el bacon, el queso rallado y el cebollino. Ahora lo podemos meter en la nevera a enfríar hasta que lo vayamos a usar.
4. Mezclamos la mayonesa con la crema agria y lo incorporamos suavemente con la ensalada de patata.
miércoles, 24 de septiembre de 2014
Plumcot -injerto de albaricoque y ciruela
Hoy os quiero mostrar una nueva fruta que ha aparecido por aquí este verano. Se trata del plumcot, que viene de apricot y plum, apricot siginifica albaricoque y plum es la ciruela. Como hay varios tipos de ciruela, hemos tenido varios tipos de plumcots, pero este ha sido mi favorito. Cada vez hay más y más injertos de frutas, especialmente de este tipo, he visto nectarinas con melocotones, melocotones con ciruelas... No sé si me parece bien o me parece mal, de momento y sin filosofar me parece curioso y siempre compro un par de ellos para probarlos.
La piel del plumcot era muy suave, no tenía pelito como la del albaricoque pero no era brillante como la de la ciruela verde (que es la ciruela que mezclaron este plumcot en particular)
Por dentro estaba blandito, y de nuevo a medio camino entre las dos texturas origincales, me resultó muy agradable de comer y estaba dulce como el caramelo. ¡Nos encantó!
La piel del plumcot era muy suave, no tenía pelito como la del albaricoque pero no era brillante como la de la ciruela verde (que es la ciruela que mezclaron este plumcot en particular)
Por dentro estaba blandito, y de nuevo a medio camino entre las dos texturas origincales, me resultó muy agradable de comer y estaba dulce como el caramelo. ¡Nos encantó!
Frutas y Verduras cargadas de Vitamina C
Nos estamos adentrando poco a poco en el otoño (al menos en este hemisferio norte) y pronto comenzará la época de los resfriados y las gripes. Muchas veces se dice que la vitamina C te ayuda a curar un resfriado cuando está empezando, o te ayuda a prevenirlo en esta temporada en la que a veces vamos menos abrigados de lo que deberíamos, o tenemos la garganta irritada y tememos pillar algún virus... Aquí en Estados Unidos se venden mucho unos paquetitos de pura Vitamina C en grandes dosis. Por ejemplo esta imagen de su propia página web:
Vemos que contiene 1.000mg de vitamina C, cuando la cantidad diaria recomendada para los varones adultos es 90mg y para las mujeres 75mg. A mí personalmente no me gusta tomarme estos sobrecitos (y no sólo porque saben a rayos) porque me parece una desproporción tremenda la dosis que aportan con la necesaria. Lo que sí me gusta hacer llegado el otoño y el invierno es asegurarme de que las cantidades básicas necesarias están cubiertas de manera consistente, ya que está probado que un continuo abastecimiento de vitamina C ayuda a mantener un sistema inmunológico en buena forma. Mi marido es farmacéutico y le encanta tomarse estos sobrecitos, así como diferentes suplementos para todas las cosas imaginables. Yo por mi parte me aseguro de que todos en casa tomamos una dieta equilibrada y llena de vitaminas y minerales procedentes de la naturaleza.
Aquí comparto los alimentos que mayor cantidad de vitamina C contienen. Empiezo por aquellos de origen vegetal, ya sabéis que me gusta seguir una dieta bastante vegetariana y en muchísimas frutas y verduras encontramos grandes cantidades. En otra entrada haré una lista después de comidas "preparadas" muy ricas en vit C. Espero que empecemos la temporada de resfriados tomando nota de esta información para mantenernos lo más saludables posible!
Acerola: En un vaso de zumo de acerola encontramos nada más y nada menos que 3872mg de vitamina C, o el 6454% de la CDR (Cantidad Diaria Recomendada). No es fácil encontrar estas frutas parecidas a las cerezas, pero sí vemos muchos zumos comerciales que bajo la etiqueta de antioxidantes llevan, entre otras, esta fruta. A parte de vitamina C no tiene mucho de nada más, sólo el 25% de vitamina A, y un 2% de calcio.
Guava: Una pequeña guava nos aporta más del 200% de la CDR de vitamina C. A mí no me gusta comerlas crudas, ya que tienen muchas pipas pequeñitas pero duras que no me resultan agradables. Me encanta el jugo de guava, la pasta de guava... Y estos alimentos están también cargados de vitaminas, ya que una taza de pasta de guava contiene el 581% de la CDR de vitamina C. En algunos paises este dulce no es fácil de encontrar, pero si vemos algún zumo comercial que contiene guava, podemos mirar la etiqueta y veremos que tiene un alto contenido en vitamina C.
Arándanos: Otra fruta que solemos encontrar en esos preparados comerciales con poderes antioxidantes, es también una fruta cargada de vitamina C. Los arándanos son ricos en varias vitaminas y minerales, pero sobretodo, una taza (unos 110gr) aporta el 338% de la CDR de vitamina C. Deliciosos cuando están de temporada en verano, fáciles de comer como snack, para hacer batidos, tartaletas, y fáciles de encontrar en zumos de frutos rojos.
Kiwi: Un kiwi gordito (unos 90gr) nos aporta el 141% de CDR de vitamina C. Ahora es fácil encontrarlos durante todo el año a precios más y más asquibles ya que no hace falta importarlos de Nueva Zelanda como hace unos años, ahora hay buena producción de kiwi en Sudámerica, Norteámerica y Europa. Aportan además un poquito de varias vitaminas, especialmente la vitamina K (conocida como la vitamina de la coagulación, ya que ayuda en esta función de la sangre), con un 46% de la CDR.
Lichi (o litchee): ¿quién pensaría que podemos ir a un restaurante chino a comer algo sano y natural? pues sí, esta fruta que es típica de estos restaurantes (aunque cada vez más se puede encontrar enlatado en grandes supermercados), estña cargada de vitaminas y minerales, especialmente la vitamina C, ya que 100gr de lichis contienen el 120% de la CDR de esta vitamina. Además tienen riboflavina, hierro, fóforo, potasio y cobre, y mucha fibra. (Si encontramos lichis secos, éstos contienen 305% de la CDR de vitamina C en 100gr)
Papaya: Esta fruta es famosa por su alto contenido en vitamina A, pero sólo aporta el 22% en 100gr de producto, sin embargo, en los mismos 100gr encontramos el 105% de la CDR de vitamina C. Aporta además el 10% del ácido fólico recomendado.
Naranjas: Todas las madres saben que el zumo de naranja es rico en vitamina C, y por eso todos nosotros lo sabemos. 100gr de carne de naranja aporta el 99% de la CDR de esta vitamina, lo que hace que una naranja normal entera (unos 140gr) aporte el 138% de la CDR. Lo bueno de la naranja es que podemos hacer zumo con ella, y si nos tomamos un vaso de jugo recién exprimido, estaremos tomando mas del 200%. No está mal, pero viendo las otras frutas, no impresiona, la verdad, es sólo muy fácil de conseguir, y fácil de empacar toda esa vitamina C en una sola porción. Además aporta ácido fólico, potasio y tiamina.
Fresas (o frutillas): Estas frutas rojas están a la altura de las famosas naranjas, ya que 100gr de fresas contienen el 98% de la CDR de vitamina C. Una taza de fresas cortadas a la mitad aporta el 150% de la CDR. Y si queremos hacer un batido y añadimos una taza de fresas en pure, estaremos aportando el 227%. Además aportan un poquito de otras muchas vitaminas, son ricas en potasio y manganeso y también aportan algo de ácido fólico, tan importante en el embarazo.
Piña: 100gr de piña contiene el 94% de la CDR de vitamina C, así que una taza de pedazos de piña cortada aporta el 155%. En muchos lugares la piña sólo está disponible fresca durante los meses de verano, pero es muy fácil encontrarla enlatada, en zumo.... Y aunque ya sabemos que no hay nada mejor que la fruta fresca para obtener nuestros nutrientes, estos productos comerciales siempre son una opción muy versátil.
Limón: Un limón entero nos aporta nada más y nada menos que el 130% de la CDR de Vitamina C. Pero como no solemos usarlos así, os diré que el jugo extraido de un limón ronda el 40%. Así que podemos ser generosos con ese chorrito de limón en los arroces, los pescados, el guacamole... y le estaremos añadiendo una buena dosis de vitamina C (aunque absolutamente nada más).
Pomelo: Medio pomelo rojo (entero) nos aporta el 78% de la CDR de vitamina C, además de un poquito de otras vitaminas como un 6% de vitamina A. Si tomamos el jugo del pomelo, tomaremos el 156% en una taza. El pomelo blanco aporta la misma cantidad de calcio, hierro y vitamina C pero nada de vit A.
Albaricoque: Mientras que una taza de albaricoques pelados nos aporta sólo el 27% de la CDR de vitamina C, un vaso de puré de esta fruta, con ácido ascórbico añadido (una forma artificial de vitamina C), nos aporta el 228%. Hay que tener cuidado con estos jugos y con los albaricoques secos, ya que usan este ácido para mantener el color y la frescura, pero no siempre lo podemos tomar, ya que es muy perjudicial durante el embarazo ya que elimina toda la progesterona presente en el útero y causa abortos.
Kakis: Yo soy alérgica a esta fruta, pero si además de encontrarla podéis comerla, un sólo kaki aporta el 27% de la CDR de vitamina C. Aunque no aporta absolutamente nada más. (Me alegra saber que no me pierdo gran cosa...)
Pimiento Amarillo: Quién hubiera dicho que el pimiento es el vegetal que más vitamina C contiene, ¿verdad? Pues el amarillo es el que más aporta con 306% de CDR en 100gr de producto (un pimiento normal pesa unos 180gr). Después el ROJO con un 213% y después el VERDE con 134% en 100gr. Todo eso en crudo, pero al saltearlos en aceite de oliva, estamos añadiendo vitaminas, y estamos haciendo que 100gr de producto cocinado contenga mucha más nutrición al haber "encogido", así 100gr de pimiento verde salteado aporta casi el 300% de la CDR de vitamina C. Además los pimientos tienen otras vitaminas en buenas dosis, como la vitamina A o la B6, así como ácido fólico y minerales.
Cebollino: 100gr de cebollino seco nos aportan el 1100% de la vitamina C necesaria en un día. El problema es comerse esa cantidad de cebollino.... Pero está curioso saber que aparte de mucho sabor, estamos enriqueciendo el plato al ponerle un poquito. (Probad las patatas asadas rellenas estilo americano, con un poquito de mantequilla, crema agria, queso rallado y cebollino).
Jalapeño: Un jalapeño nos aporta el 182% de vitamina C. Así que hay que ser valientes y comerlos, que en invierno nos hacen entrar en calor y nos ayudan a prevenir resfriados! (Probad a hacer salsa mexicana en casa: dos tomates, un cuarto de cebolla, un diente de ajo, un puñado de cilantro y un poco de jalapeño, o bien lo trituramos todo hasta que quede una salsa muy espesa con grumitos, o lo picamos todo muy fino y dejamos macerar para que los sabores se mezclen. Cargado de sabor y vitaminas) (el puñado de cilantro nos aportará otro 13% de vitamina C)
Perejil: El perejil contiene muchas vitaminas, pero sobretodo la vitamina C. Una taza de perejil (unos 60gr) aporta el 133% de la CDR de vit C, el 1230% de vitamina K y el 101% de vitamina A, además el 21% de hierro y el 23% de ácido fólico, entre otros muchos nutrientes en menor medida.
Guindilla: Una sola guindilla nos aporta más del 100% de la CDR de vitamina C, además de otras muchas vitaminas y minerales. Lo dicho, hay que ser valientes y ponerle un poquito de picante de vez en cuando.
Kale: Esta especie de lechuga da para una entrada en sí misma. Es la verdura de moda en Estados Unidos por estar cargada de nutrientes, se mantiene muy bien en la nevera (sin exagerar puedo asegurar que unas hojas frescas de kale aguantan un mes largo hasta que se empiezan a poner amarillas, así que si lo encontráis pero viene en una bolsa o paquete grande, no hay preocupación). 100gr aportan el 217% de vitamina C, el 62% de A, el 11% de B6, y otras en menos cantidad, también el 20% de calcio, el 17% de hierro, el 22% de magnesio... y podríamos seguir. Os animo a probarlo, está muy rico en ensalada y si le quereis quitar un poquito de sabor y hacerlo un poco más suave, se puede lavar con agua, como siempre, y después frotar un poco las hojas con aceite antes de aliñarlo (recomiendo con semillas de sésamo, un pelin de ajo en polvo y un poquito de salsa de soja, le van fenomenal los sabores fuertes)
Tomate seco: Al estilo italiano o español, cuando los secan al sol, los tomates conservan sus vitaminas y al estar tan concentrados, además de aportar mucho sabor, usamos más gramos de producto que si usamos tomate natural que contiene tanto agua. 100gr de tomate seco nos aporta el 170% de la CDR de vitamina C, el 26% de vit A, el 23% de Riboflavina, el 15% de hierro, casi 2000mg de Omega-6 y muchísimos otros minerales en buenas proporciones. Os animo a buscarlos en el supermercado, suelen venir en tarritos en aceite, y menos común es encontrarlos en seco en paquetitos como de frutos secos. Quedan buenísimos en cualquier receta italiana.
Brócoli: Una taza de brócoli son solo 70gr de "arbolitos" limpios, pero aporta el 110% de la vitamina C necesaria y el 43% de la vitamina A, además de ácido fólico, otras vitaminas y varios minerales. Recomiendo hacerlo al vapor durante unos 4-5 minutos y no más para que esté crujiente y aún lleno de vitaminas (cuando lo hervimos el agua se vuelve muy verde y yo siempre pienso que en ese agua que tiramos por el desagüe se van muchas cosas buenas, si sólo podemos hervirlo, bastará con unos 3-4 minutos).
Coles de Bruselas: 100gr de esta verdura contiene el 142% de la vitamina C que necesitamos en un día, además del 221% de vitamina K (como dijimos es muy importante para la salud de la sangre, ya que ayuda a coagular), aporta vitamina A, ácido fólico, potasio, hierro... Si no nos gustan mucho recomiendo darles otra oportunidad limpiándolas bien, cortándolas a la mitad, repartiéndolas en una bandeja de hornear, regándolas con aceite de oliva, sal y pimienta, y dejando en el horno durante 20-25 mins a unos 180ºC (es bueno darles una vuelta a medio tiempo para que se doren por igual). Quedan dulces y deliciosas, probad también espolvoreando queso parmesano, son una guarnición favorita en casa, hasta al peque le gustan.
Coliflor: La hermana del brócoli contiene menos vitamina C, pero aún 100gr de esta hortaliza una vez cocida nos aporta el 75% de la CDR, así como vitamina K, ácido fólico... Me encanta cortarla en daditos, verter salsa de champiñones, espolvorear queso rallado y hornearlo durante unos 20mins a 180ºC.
Raíz de loto: Ya que os comentaba que en Barcelona se puede encontrar raíz de loto, os digo también que esta delicia exótica aporta el 73% de la CDR de vitamina C en 100gr de producto, asi como algunos minerales. A parte de en esa tienda asiática de Barcelona y en un supermercado koreano que está a unos 45mins de mi casa, la verdad es que no sé dónde más se puede encontrar... Pero si lo sabéis, os invito a compartirlo en los comentarios. Me encantaría tenerlo a mano cuando hago algún curry, o para freir chips y experimentar presentaciones...
Hojas de amaranto: Aunque yo no lo he consumido nunca (sí el amaranto como semilla o grano, pero no las hojas), creo que es más popular en Latino América. 100gr nos dan el 72% de vitamina C, el 58% de A, y el 1425% de K, además de muchos minerales.
Vemos que contiene 1.000mg de vitamina C, cuando la cantidad diaria recomendada para los varones adultos es 90mg y para las mujeres 75mg. A mí personalmente no me gusta tomarme estos sobrecitos (y no sólo porque saben a rayos) porque me parece una desproporción tremenda la dosis que aportan con la necesaria. Lo que sí me gusta hacer llegado el otoño y el invierno es asegurarme de que las cantidades básicas necesarias están cubiertas de manera consistente, ya que está probado que un continuo abastecimiento de vitamina C ayuda a mantener un sistema inmunológico en buena forma. Mi marido es farmacéutico y le encanta tomarse estos sobrecitos, así como diferentes suplementos para todas las cosas imaginables. Yo por mi parte me aseguro de que todos en casa tomamos una dieta equilibrada y llena de vitaminas y minerales procedentes de la naturaleza.
Aquí comparto los alimentos que mayor cantidad de vitamina C contienen. Empiezo por aquellos de origen vegetal, ya sabéis que me gusta seguir una dieta bastante vegetariana y en muchísimas frutas y verduras encontramos grandes cantidades. En otra entrada haré una lista después de comidas "preparadas" muy ricas en vit C. Espero que empecemos la temporada de resfriados tomando nota de esta información para mantenernos lo más saludables posible!
FRUTA
Acerola: En un vaso de zumo de acerola encontramos nada más y nada menos que 3872mg de vitamina C, o el 6454% de la CDR (Cantidad Diaria Recomendada). No es fácil encontrar estas frutas parecidas a las cerezas, pero sí vemos muchos zumos comerciales que bajo la etiqueta de antioxidantes llevan, entre otras, esta fruta. A parte de vitamina C no tiene mucho de nada más, sólo el 25% de vitamina A, y un 2% de calcio.
Guava: Una pequeña guava nos aporta más del 200% de la CDR de vitamina C. A mí no me gusta comerlas crudas, ya que tienen muchas pipas pequeñitas pero duras que no me resultan agradables. Me encanta el jugo de guava, la pasta de guava... Y estos alimentos están también cargados de vitaminas, ya que una taza de pasta de guava contiene el 581% de la CDR de vitamina C. En algunos paises este dulce no es fácil de encontrar, pero si vemos algún zumo comercial que contiene guava, podemos mirar la etiqueta y veremos que tiene un alto contenido en vitamina C.
Arándanos: Otra fruta que solemos encontrar en esos preparados comerciales con poderes antioxidantes, es también una fruta cargada de vitamina C. Los arándanos son ricos en varias vitaminas y minerales, pero sobretodo, una taza (unos 110gr) aporta el 338% de la CDR de vitamina C. Deliciosos cuando están de temporada en verano, fáciles de comer como snack, para hacer batidos, tartaletas, y fáciles de encontrar en zumos de frutos rojos.
Kiwi: Un kiwi gordito (unos 90gr) nos aporta el 141% de CDR de vitamina C. Ahora es fácil encontrarlos durante todo el año a precios más y más asquibles ya que no hace falta importarlos de Nueva Zelanda como hace unos años, ahora hay buena producción de kiwi en Sudámerica, Norteámerica y Europa. Aportan además un poquito de varias vitaminas, especialmente la vitamina K (conocida como la vitamina de la coagulación, ya que ayuda en esta función de la sangre), con un 46% de la CDR.
Lichi (o litchee): ¿quién pensaría que podemos ir a un restaurante chino a comer algo sano y natural? pues sí, esta fruta que es típica de estos restaurantes (aunque cada vez más se puede encontrar enlatado en grandes supermercados), estña cargada de vitaminas y minerales, especialmente la vitamina C, ya que 100gr de lichis contienen el 120% de la CDR de esta vitamina. Además tienen riboflavina, hierro, fóforo, potasio y cobre, y mucha fibra. (Si encontramos lichis secos, éstos contienen 305% de la CDR de vitamina C en 100gr)
Papaya: Esta fruta es famosa por su alto contenido en vitamina A, pero sólo aporta el 22% en 100gr de producto, sin embargo, en los mismos 100gr encontramos el 105% de la CDR de vitamina C. Aporta además el 10% del ácido fólico recomendado.
Naranjas: Todas las madres saben que el zumo de naranja es rico en vitamina C, y por eso todos nosotros lo sabemos. 100gr de carne de naranja aporta el 99% de la CDR de esta vitamina, lo que hace que una naranja normal entera (unos 140gr) aporte el 138% de la CDR. Lo bueno de la naranja es que podemos hacer zumo con ella, y si nos tomamos un vaso de jugo recién exprimido, estaremos tomando mas del 200%. No está mal, pero viendo las otras frutas, no impresiona, la verdad, es sólo muy fácil de conseguir, y fácil de empacar toda esa vitamina C en una sola porción. Además aporta ácido fólico, potasio y tiamina.
Fresas (o frutillas): Estas frutas rojas están a la altura de las famosas naranjas, ya que 100gr de fresas contienen el 98% de la CDR de vitamina C. Una taza de fresas cortadas a la mitad aporta el 150% de la CDR. Y si queremos hacer un batido y añadimos una taza de fresas en pure, estaremos aportando el 227%. Además aportan un poquito de otras muchas vitaminas, son ricas en potasio y manganeso y también aportan algo de ácido fólico, tan importante en el embarazo.
Piña: 100gr de piña contiene el 94% de la CDR de vitamina C, así que una taza de pedazos de piña cortada aporta el 155%. En muchos lugares la piña sólo está disponible fresca durante los meses de verano, pero es muy fácil encontrarla enlatada, en zumo.... Y aunque ya sabemos que no hay nada mejor que la fruta fresca para obtener nuestros nutrientes, estos productos comerciales siempre son una opción muy versátil.
Limón: Un limón entero nos aporta nada más y nada menos que el 130% de la CDR de Vitamina C. Pero como no solemos usarlos así, os diré que el jugo extraido de un limón ronda el 40%. Así que podemos ser generosos con ese chorrito de limón en los arroces, los pescados, el guacamole... y le estaremos añadiendo una buena dosis de vitamina C (aunque absolutamente nada más).
Pomelo: Medio pomelo rojo (entero) nos aporta el 78% de la CDR de vitamina C, además de un poquito de otras vitaminas como un 6% de vitamina A. Si tomamos el jugo del pomelo, tomaremos el 156% en una taza. El pomelo blanco aporta la misma cantidad de calcio, hierro y vitamina C pero nada de vit A.
Albaricoque: Mientras que una taza de albaricoques pelados nos aporta sólo el 27% de la CDR de vitamina C, un vaso de puré de esta fruta, con ácido ascórbico añadido (una forma artificial de vitamina C), nos aporta el 228%. Hay que tener cuidado con estos jugos y con los albaricoques secos, ya que usan este ácido para mantener el color y la frescura, pero no siempre lo podemos tomar, ya que es muy perjudicial durante el embarazo ya que elimina toda la progesterona presente en el útero y causa abortos.
Kakis: Yo soy alérgica a esta fruta, pero si además de encontrarla podéis comerla, un sólo kaki aporta el 27% de la CDR de vitamina C. Aunque no aporta absolutamente nada más. (Me alegra saber que no me pierdo gran cosa...)
VERDURA
Pimiento Amarillo: Quién hubiera dicho que el pimiento es el vegetal que más vitamina C contiene, ¿verdad? Pues el amarillo es el que más aporta con 306% de CDR en 100gr de producto (un pimiento normal pesa unos 180gr). Después el ROJO con un 213% y después el VERDE con 134% en 100gr. Todo eso en crudo, pero al saltearlos en aceite de oliva, estamos añadiendo vitaminas, y estamos haciendo que 100gr de producto cocinado contenga mucha más nutrición al haber "encogido", así 100gr de pimiento verde salteado aporta casi el 300% de la CDR de vitamina C. Además los pimientos tienen otras vitaminas en buenas dosis, como la vitamina A o la B6, así como ácido fólico y minerales.
Cebollino: 100gr de cebollino seco nos aportan el 1100% de la vitamina C necesaria en un día. El problema es comerse esa cantidad de cebollino.... Pero está curioso saber que aparte de mucho sabor, estamos enriqueciendo el plato al ponerle un poquito. (Probad las patatas asadas rellenas estilo americano, con un poquito de mantequilla, crema agria, queso rallado y cebollino).
Jalapeño: Un jalapeño nos aporta el 182% de vitamina C. Así que hay que ser valientes y comerlos, que en invierno nos hacen entrar en calor y nos ayudan a prevenir resfriados! (Probad a hacer salsa mexicana en casa: dos tomates, un cuarto de cebolla, un diente de ajo, un puñado de cilantro y un poco de jalapeño, o bien lo trituramos todo hasta que quede una salsa muy espesa con grumitos, o lo picamos todo muy fino y dejamos macerar para que los sabores se mezclen. Cargado de sabor y vitaminas) (el puñado de cilantro nos aportará otro 13% de vitamina C)
Perejil: El perejil contiene muchas vitaminas, pero sobretodo la vitamina C. Una taza de perejil (unos 60gr) aporta el 133% de la CDR de vit C, el 1230% de vitamina K y el 101% de vitamina A, además el 21% de hierro y el 23% de ácido fólico, entre otros muchos nutrientes en menor medida.
Guindilla: Una sola guindilla nos aporta más del 100% de la CDR de vitamina C, además de otras muchas vitaminas y minerales. Lo dicho, hay que ser valientes y ponerle un poquito de picante de vez en cuando.
Kale: Esta especie de lechuga da para una entrada en sí misma. Es la verdura de moda en Estados Unidos por estar cargada de nutrientes, se mantiene muy bien en la nevera (sin exagerar puedo asegurar que unas hojas frescas de kale aguantan un mes largo hasta que se empiezan a poner amarillas, así que si lo encontráis pero viene en una bolsa o paquete grande, no hay preocupación). 100gr aportan el 217% de vitamina C, el 62% de A, el 11% de B6, y otras en menos cantidad, también el 20% de calcio, el 17% de hierro, el 22% de magnesio... y podríamos seguir. Os animo a probarlo, está muy rico en ensalada y si le quereis quitar un poquito de sabor y hacerlo un poco más suave, se puede lavar con agua, como siempre, y después frotar un poco las hojas con aceite antes de aliñarlo (recomiendo con semillas de sésamo, un pelin de ajo en polvo y un poquito de salsa de soja, le van fenomenal los sabores fuertes)
Tomate seco: Al estilo italiano o español, cuando los secan al sol, los tomates conservan sus vitaminas y al estar tan concentrados, además de aportar mucho sabor, usamos más gramos de producto que si usamos tomate natural que contiene tanto agua. 100gr de tomate seco nos aporta el 170% de la CDR de vitamina C, el 26% de vit A, el 23% de Riboflavina, el 15% de hierro, casi 2000mg de Omega-6 y muchísimos otros minerales en buenas proporciones. Os animo a buscarlos en el supermercado, suelen venir en tarritos en aceite, y menos común es encontrarlos en seco en paquetitos como de frutos secos. Quedan buenísimos en cualquier receta italiana.
Brócoli: Una taza de brócoli son solo 70gr de "arbolitos" limpios, pero aporta el 110% de la vitamina C necesaria y el 43% de la vitamina A, además de ácido fólico, otras vitaminas y varios minerales. Recomiendo hacerlo al vapor durante unos 4-5 minutos y no más para que esté crujiente y aún lleno de vitaminas (cuando lo hervimos el agua se vuelve muy verde y yo siempre pienso que en ese agua que tiramos por el desagüe se van muchas cosas buenas, si sólo podemos hervirlo, bastará con unos 3-4 minutos).
Coles de Bruselas: 100gr de esta verdura contiene el 142% de la vitamina C que necesitamos en un día, además del 221% de vitamina K (como dijimos es muy importante para la salud de la sangre, ya que ayuda a coagular), aporta vitamina A, ácido fólico, potasio, hierro... Si no nos gustan mucho recomiendo darles otra oportunidad limpiándolas bien, cortándolas a la mitad, repartiéndolas en una bandeja de hornear, regándolas con aceite de oliva, sal y pimienta, y dejando en el horno durante 20-25 mins a unos 180ºC (es bueno darles una vuelta a medio tiempo para que se doren por igual). Quedan dulces y deliciosas, probad también espolvoreando queso parmesano, son una guarnición favorita en casa, hasta al peque le gustan.
Coliflor: La hermana del brócoli contiene menos vitamina C, pero aún 100gr de esta hortaliza una vez cocida nos aporta el 75% de la CDR, así como vitamina K, ácido fólico... Me encanta cortarla en daditos, verter salsa de champiñones, espolvorear queso rallado y hornearlo durante unos 20mins a 180ºC.
Raíz de loto: Ya que os comentaba que en Barcelona se puede encontrar raíz de loto, os digo también que esta delicia exótica aporta el 73% de la CDR de vitamina C en 100gr de producto, asi como algunos minerales. A parte de en esa tienda asiática de Barcelona y en un supermercado koreano que está a unos 45mins de mi casa, la verdad es que no sé dónde más se puede encontrar... Pero si lo sabéis, os invito a compartirlo en los comentarios. Me encantaría tenerlo a mano cuando hago algún curry, o para freir chips y experimentar presentaciones...
Hojas de amaranto: Aunque yo no lo he consumido nunca (sí el amaranto como semilla o grano, pero no las hojas), creo que es más popular en Latino América. 100gr nos dan el 72% de vitamina C, el 58% de A, y el 1425% de K, además de muchos minerales.
martes, 23 de septiembre de 2014
Pigs in blankets (salchichas en hojaldre)
Pigs in blankets se puede traducir como cerditos arropados (pig es cerdo y blanket manta o cobija), aunque en ese caso yo lo hice vegetariano, soja arropadita :)
Este plato es muy americano, muy fácil, y una comida muy típica para niños o familias que trabajan y necesitan hacer algo rápidamente. Es algo que también les gusta hacer a los niños ya que lo pueden hacer solos (es así de fácil). Además es uno de mis favoritos aunque no es exáctamente alta cocina. Anoche lo hicimos con salchichas veganas, y queda muy bien porque aunque a veces, dependiendo de la marca, las salchichas veganas pueden tener una textura un poco extraña, al ir en hojaldre siempre quedan bien, os animo a los no-vegetarianos curiosos a probarlas en esta receta.
Idea para los peques: rellené dos triángulos de hojaldre con media loncha de queso y una loncha de jamón cocido enrolladito. Le gustó tanto que se cenó los dos rollitos riéndose y aplaudiendo :-)
Para liarlos el hojaldre debe estar cortado en triángulos. Extenderemos la masa de hojaldre en una superficie limpia y lisa, y cortaremos líneas a lo largo, de unos 4cm de ancho. Después haremos otro corte a la mitad, sacando rectángulos. En esos rectángulos cortaremos de esquina a esquina para hacer triángulos (es fácil, pero difícil de explicar, aquí tenéis un precioso dibujo de cómo tiene que quedar la masa):
Tiempo: 10mins (más 20 de horno)
Raciones: unas 4-5
Ingredientes:
1 lámina de masa de hojaldre
1 paquete de salchichas (depende cuánto de grande sea el hojaldre saldrán más triángulos para más salchichas, aquí venden una masa parecida al hojaldre que viene ya perforada para sacar 8 triángulos, creo que 8 será un número aproximado si compráis una masa y la cortais en casa)
1. Una vez hemos cortado los triángulos de hojaldre lo único que tenemos que hacer es poner una salchicha en el lado del triángulo y enrollarla en el hojaldre de manera que quede casi como un croissant. Los vamos colocando en una bandeja de hornear untada con un poquito de mantequilla.
2. Horneamos a unos 170ºC durante unos 20 minutos (en el paquete de la masa de hojaldre pondrá la temperatura y el tiempo recomendados). Recomiendo servir con ketchup y acompañado de ensalada o alguna guarnición de verduras.
pigs in blankets de jamón y queso |
domingo, 21 de septiembre de 2014
Arancini (bolitas de arroz)
Los arancini son unas bolitas de arroz típicas de la cocina italiana. En muchos restaurantes las encontramos como aperitivo y pueden ser de hasta unos 5cm de diámetro, con un centro muy cremoso de arroz y queso mientras que la cubierta está crujiente. Yo las he hecho muy pequeñitas para mi peque, al que le encanta el queso. Es un poco entretenido liarlas en bolitas, pero el resultado ha sido estupendo, no sólo han quedado bonitas, han quedado muy sabrosas y un niño de un año de ha comido 4 en menos de 10 minutos aplaudiendo :-) Como no le gusta mucho la carne, he picado jamón cocido y le he rellenado las bolitas con ello. A veces he visto arancini rellenos de ragú de champiñones, de salsa de tomate... Es algo con lo que nos podemos poner creativos, ya que muchas cosas van bien con el queso y al estar un poco solificado al manipularlo, es bastante fácil de rellenar.
Aquí tenéis la receta para vuestros peques, para una comida, una cena, un aperitivo...
Tiempo: 50 minutos (incluidos 20 de cocción y 10 de congelador)
Raciones: unas 20-22 bolitas de 2cm de diametro
Ingredientes:
1 cucharada de mantequilla
1/2 cucharadita de ajo en polvo
1/2 taza de arroz crudo
2 tazas de caldo de pollo
1/3 taza de queso rallado, tipo cheddar
1/4 taza de mozzarella rallada
3 cucharadas de parmesano rallado
1/2 taza de pan rallado
1/2 taza de harina
1 huevo batido
1 pizca de pimentón
sal y pimienta
aceite vegetal
Jamón cocido opcional
1. En una cacerolita derretimos la mantequilla y añadimos el ajo y el arroz, removemos a fuego medio unos 3 minutos. A continuación añadimos 1.5 tazas de caldo (mejor que esté caliente) y llevamos a ebullición, reduciendo entonces el fuego, tapando y dejando que el arroz cueza y absorva el caldo. Lo miraremos de vez en cuando, y añadiremos un poquito más de caldo si hace falta. El arroz tardará unos 20-25 minutos en estar listo.
2. Cuando el arroz esté blandito y tenga aún algo de caldo meloso en él, retiramos del fuego y añadimos los quesos y removemos bien. Vertemos la mezcla en un recipiente con mucha superficie y metemos en el congelador unos 10 minutos para que se enfríe rápidamente y sea fácil de manipular. En un cuenco batimos el huevo, en otro ponemos el pan rallado con el pimentón, sal y pimienta, y en un platito ponemos el harina. En una fuente colocamos papel de hornear o film transparente, y cubrimos un plato o fuente con papel de cocina.
3. Pasados unos 10 minutos sacamos el arroz y con la ayuda de una cucharita sacamos porciones de la mezcla y formamos una bolita. (Yo rellené las bolitas con jamón cocido picado muy fino; una vez formada la bolita, hacía un pocito con un dedo en el centro, rellenaba con jamón, y cerraba la bolita de nuevo). Una vez formada la bolita la pasamos por la harina, después por el huevo y después por el pan rallado. Después la colocamos en la fuente, y seguimos haciendo bolitas pasándolas por la harina, el huevo y el pan rallado.
4. En una sartén pequeña ponemos aceite vegetal hasta que cubra media bolita, calentamos hasta que esté muy caliente, de manera que al echar las bolitas se frían de immediato y no absorban demasiado aceite. Necesitarán unos 3 minutos antes de darles la vuelta y freir otros 2-3 minutos. Las retiramos y ponemos sobre un plato con papel de cocina para que absorva el aceite.
Se pueden servir acompañadas de salsa de tomate, que es muy fácil hacer casera con un poquito de cebolla y una lata de tomate triturado o troceado, calentamos aceite de oliva en una sartén para pochar la cebolla, añadimos el tomate, un poquito de orégano y albahaca, salpimentamos al gusto y listo en unos 10 minutos de cocción suave.
Aquí tenéis la receta para vuestros peques, para una comida, una cena, un aperitivo...
Tiempo: 50 minutos (incluidos 20 de cocción y 10 de congelador)
Raciones: unas 20-22 bolitas de 2cm de diametro
Ingredientes:
1 cucharada de mantequilla
1/2 cucharadita de ajo en polvo
1/2 taza de arroz crudo
2 tazas de caldo de pollo
1/3 taza de queso rallado, tipo cheddar
1/4 taza de mozzarella rallada
3 cucharadas de parmesano rallado
1/2 taza de pan rallado
1/2 taza de harina
1 huevo batido
1 pizca de pimentón
sal y pimienta
aceite vegetal
Jamón cocido opcional
1. En una cacerolita derretimos la mantequilla y añadimos el ajo y el arroz, removemos a fuego medio unos 3 minutos. A continuación añadimos 1.5 tazas de caldo (mejor que esté caliente) y llevamos a ebullición, reduciendo entonces el fuego, tapando y dejando que el arroz cueza y absorva el caldo. Lo miraremos de vez en cuando, y añadiremos un poquito más de caldo si hace falta. El arroz tardará unos 20-25 minutos en estar listo.
2. Cuando el arroz esté blandito y tenga aún algo de caldo meloso en él, retiramos del fuego y añadimos los quesos y removemos bien. Vertemos la mezcla en un recipiente con mucha superficie y metemos en el congelador unos 10 minutos para que se enfríe rápidamente y sea fácil de manipular. En un cuenco batimos el huevo, en otro ponemos el pan rallado con el pimentón, sal y pimienta, y en un platito ponemos el harina. En una fuente colocamos papel de hornear o film transparente, y cubrimos un plato o fuente con papel de cocina.
3. Pasados unos 10 minutos sacamos el arroz y con la ayuda de una cucharita sacamos porciones de la mezcla y formamos una bolita. (Yo rellené las bolitas con jamón cocido picado muy fino; una vez formada la bolita, hacía un pocito con un dedo en el centro, rellenaba con jamón, y cerraba la bolita de nuevo). Una vez formada la bolita la pasamos por la harina, después por el huevo y después por el pan rallado. Después la colocamos en la fuente, y seguimos haciendo bolitas pasándolas por la harina, el huevo y el pan rallado.
4. En una sartén pequeña ponemos aceite vegetal hasta que cubra media bolita, calentamos hasta que esté muy caliente, de manera que al echar las bolitas se frían de immediato y no absorban demasiado aceite. Necesitarán unos 3 minutos antes de darles la vuelta y freir otros 2-3 minutos. Las retiramos y ponemos sobre un plato con papel de cocina para que absorva el aceite.
Se pueden servir acompañadas de salsa de tomate, que es muy fácil hacer casera con un poquito de cebolla y una lata de tomate triturado o troceado, calentamos aceite de oliva en una sartén para pochar la cebolla, añadimos el tomate, un poquito de orégano y albahaca, salpimentamos al gusto y listo en unos 10 minutos de cocción suave.
Helado de tarta de manzana
A pesar de tener una heladera, cuando hago helado casero casi nunca necesito esta máquina que le da vueltas para que quede cremoso y espumoso. El truco es sencillo: darle mucho con la batidora para airear la crema. Los ingredientes para cualquier helado son básicos y basta con meterlo en el congelador en un contenedor cubierto y bien cerrado para que no absorva olores.
Aquí os presento el último que he hecho, inspirado en estos días de finales de verano cuando empezamos a mirar al otoño con ganas de comer esas delicias que marcan el inicio del frio, una de ellas es la tarta de manzana. Es una tarta muy simple que se hace con masa brisa, manzanas laminadas, azúcar y canela, pero es un sabor único que aquí se asocia siempre con septiembre y octubre, cuando los manzanos están dando los mayores frutos y es tradicional ir a recolectarlos con amigos o familia directamente de los árboles. Para el helado no nos tenemos que ir muy lejos, ya veréis que los ingredientes son fácil de encontrar en la nevera, pero el sabor definitivamente me ha llevado a recordar todos los dulces que se hacen en estas fechas con esa combinación de sabores. Necesitaremos algo para asemejar la base de la tarta, pueden ser madalenas, sobaos, valencianas, bizcocho... Aquí he usado pound cake que es una especie de bizcocho muy muy denso y que congela muy bien, pero seguro que cualquiera de esas opciones queda bien.
Tiempo: 15 mins (más 6-8 horas de congelador)
Raciones: 10 (?)
Ingredientes:
3 manzanas golden o gala o pink lady (dulces en definitiva)
2 cucharadas de mantequilla
1 cucharadita de canela
3 cucharadas de azúcar moreno
100 gr de madalenas o similar (unas 4-5)
2 tazas (475ml) de nata para montar
400 ml de leche condensada (aquí es el tamaño de una lata, un poco más o un poco menos no creo que importe)
1 cucharadita de esencia (o pasta) de vainilla
1. Preparamos las manzanas,peladas, en daditos muy pequeños, desechando el pipero. En una sartén grande derretimos la mantequilla y añadimos la manzana, el azúcar y la canela. A fuego medio dejamos que se cocina, ablandando la manzana y haciendo un caramelo más espeso con el azúcar, unos 5-7 minutos,
removiendo de vez en cuando. Mientras vamos cortando el bizcocho en daditos del mismo tamaño que la manzana y reservamos.
2. En un bol grande (o batidora de vaso) mezclamos la nata, la vainilla y la leche condensada, batiendo fuerte durante unos 4-5 minutos para airearlo bien.
3. Una vez la manzana está blandita, retiramos del fuego e incorporamos el bizcocho, removiendo sin romperlo. Añadimos esta mezcla a la mezcla de la nata, removiendo con una espátula hasta que esté incorporado. Si este recipiente no puede ser cerrado para el congelador, debemos verterlo en un recipiente con tapa para congelarlo un mínimo de 6 horas.
Aquí os presento el último que he hecho, inspirado en estos días de finales de verano cuando empezamos a mirar al otoño con ganas de comer esas delicias que marcan el inicio del frio, una de ellas es la tarta de manzana. Es una tarta muy simple que se hace con masa brisa, manzanas laminadas, azúcar y canela, pero es un sabor único que aquí se asocia siempre con septiembre y octubre, cuando los manzanos están dando los mayores frutos y es tradicional ir a recolectarlos con amigos o familia directamente de los árboles. Para el helado no nos tenemos que ir muy lejos, ya veréis que los ingredientes son fácil de encontrar en la nevera, pero el sabor definitivamente me ha llevado a recordar todos los dulces que se hacen en estas fechas con esa combinación de sabores. Necesitaremos algo para asemejar la base de la tarta, pueden ser madalenas, sobaos, valencianas, bizcocho... Aquí he usado pound cake que es una especie de bizcocho muy muy denso y que congela muy bien, pero seguro que cualquiera de esas opciones queda bien.
Tiempo: 15 mins (más 6-8 horas de congelador)
Raciones: 10 (?)
Ingredientes:
3 manzanas golden o gala o pink lady (dulces en definitiva)
2 cucharadas de mantequilla
1 cucharadita de canela
3 cucharadas de azúcar moreno
100 gr de madalenas o similar (unas 4-5)
2 tazas (475ml) de nata para montar
400 ml de leche condensada (aquí es el tamaño de una lata, un poco más o un poco menos no creo que importe)
1 cucharadita de esencia (o pasta) de vainilla
1. Preparamos las manzanas,peladas, en daditos muy pequeños, desechando el pipero. En una sartén grande derretimos la mantequilla y añadimos la manzana, el azúcar y la canela. A fuego medio dejamos que se cocina, ablandando la manzana y haciendo un caramelo más espeso con el azúcar, unos 5-7 minutos,
removiendo de vez en cuando. Mientras vamos cortando el bizcocho en daditos del mismo tamaño que la manzana y reservamos.
2. En un bol grande (o batidora de vaso) mezclamos la nata, la vainilla y la leche condensada, batiendo fuerte durante unos 4-5 minutos para airearlo bien.
3. Una vez la manzana está blandita, retiramos del fuego e incorporamos el bizcocho, removiendo sin romperlo. Añadimos esta mezcla a la mezcla de la nata, removiendo con una espátula hasta que esté incorporado. Si este recipiente no puede ser cerrado para el congelador, debemos verterlo en un recipiente con tapa para congelarlo un mínimo de 6 horas.
Sorprendentes fuentes de proteínas de origen vegetal
Hoy voy a compartir algo que me parece muy interesante: los alimentos de origen no-animal con más proteína. Algunos de ellos son proteínas completas, lo que significa que tiene los 9 aminoácidos esenciales y se metabolizan al 100%. Ya sabemos que la proteína nos aporta no sólo la materia para construir músculo, si no también una fuente de energía mucho más duradera que los carbohidratos. Esa ciencia es lo que tradicionalmente ha estado detrás de los desayunos de estos países donde el huevo es la estrella. El huevo contiene proteína más pura que la carne de vacuno, es una proteína completa con sus 9 aminoácidos, y al ir complementado con la yema (aunque ya sabemos que tiene colesterol) se absorve mejor gracias a su grasa, y también aporta omega-3 y otros nutrientres. El huevo es sin duda un superalimento. Pero, ¿la proteína sólo está en los huevos y la carne? Aquí os dejo 10 fuentes totalmente veganas de proteína -si haceis click en cada título, os llevará en otra ventana a una web que me encanta donde podemos encontrar la información más detallada sobre cada alimento, está en inglés pero las vitaminas, minerales y mayoría de nutrientes tienen nombres prácticamente universales, os animo a mirarlo.
Espinacas:
Las espinacas son famosas por su alto contenido en hierro, pero seguro que aprender que además son muy ricas en proteína y en calcio os sorprende. La mayoría de las verduras de hojas oscuras son ricas en hierro y calcio, pensamos en las acelgas, el kale... Las espinacas son un super alimento, por una taza de espinacas cocidas y escurridas (unos 180gr) tenemos 5gr de proteína, 41 calorias, 0 grasas, el 377% de la vitamina A recomendado en un día (muy importante para la vista), el 24% del calcio, el 29% de la vitamina C, y el 36% del hierro recomendado. Tienen Omega-3, Omega-6, el 39% de magnesio, el 84% de manganeso, aportan el 66% del ácido fólico recomendado (tan importante en el embarazo). Como alimento, se estima que es completo al 93%, ya que aporta la mayoría vitaminas y minerales. Viendo esos números, uno se pregunta porqué son sólo famosas por el hierro...
Frutos secos:
Las almendras, los cacahuetes, los anacardos, las nueces... Todos son excelentes fuentes de proteína, ya que un buen puñado nos aporta unos 20-30 gramos. Además, gracias a que contienen grasas monosaturadas y muchísima cantida de Omega-6, nos mantienen llenos, saciándonos además gracias a que contienen mucha fibra. Los frutos secos además aportan una gran variedad de minerales y vitaminas, como calcio, hierro, vitamina E... ¡Otro superalimento!
Tofu:
El tofu es la opción de proteína vegetal más popular entre los vegetarianos o veganos, se encuentra fácilmente en el supermercado, y es muy versátil (he compartido ya algunas recetas como el pad thai donde se utiliza) ya que se puede utilizar en salsa, asado, frito, se puede poner en batidos para añadir proteína... Esta pasta hecha con leche de soja tiene 16 gramos de proteína en 100 gramos de producto. Además aporta mucho calcio (68% de la cantidad diaria recomendada) es rico en minerales, y Omega-3 y Omega-6.
Hummus y pita:
El hummus normalmente se sirve con pan de pita en los restaurantes de países de donde es originario como líbano o túnez. El pan de pita está hecho con granos enteros, y al acompañar al hummus (puré de garbanzos especiado) consiguen los 9 aminoácidos que hacen que la proteína de los garbanzos se metabolicen por completo. Los garbanzos son en sí mismos una excelente fuente de proteína, pero debemos acompañarlos de algún pan de diferentes granos para conseguir sacar el máximo partido. Además, el hummus aporta hierro, muchos minerales y el 51% del ácido fólico recomendado, está delicioso y resulta muy fácil de encontrar y hacer, en internet tendréis muchas recetas si os animais a hacerlo casero.
Edamame o Soja:
Todas las legumbres son ricas en proteína, pero algunas especialmente, como es el caso de la soja, un tipo de judía muy popular en los países asiáticos y que en Estados Unidos se puede encontrar en muchos supermercados, congelado, listo para ser hervido o al vapor unos minutos. Una taza de esta judía verde contiene 17gr de proteína, En muchos restaurantes asiáticos se pueden encontrar como aperitivo, especialmente en los restaurantes japoneses. Además, la leche de soja o los yogures de soja aportan una gran cantidad de proteína comparados con los productos lácteos "normales" (un yogur griego aporta entre 15 y 20gr de proteína y cada vez hay más opciones bajas en grasa).
Garbanzos:
Media taza de garbanzos cocidos contiene 7 gramos de proteína, y además proteína completa, ya que están cargados de amino ácidos (imaginaos cuando comemos un buen plato de un cocido, ¡en realidad estamos comiendo muchísima proteína!). Aunque son un alimento muy calórico, son ricos en fibra, y también aportan minerales como hierro, magnesio, fósforo, manganeso... y son muy ricos en Omega-6.
Lentejas:
Una taza de lentejas contiene 18 gramos de proteína (no es una proteína completa, ya que no contiene todos los aminoácidos, pero en la página web que podéis abrir pinchando en el título del alimento podéis ver los alimentos que completan la lista de amino ácidos para aseguraros que sacais el máximo partido a la proteína, como por ejemplo los frutos secos). Las lentejas además son famosas por su contenido en hierro, pero también aportan diferentes minerales y vitaminas, ácido fólico, y mucha fibra.
Quinoa:
Esta semilla diminuta está muy de moda en Estados Unidos por su alto valor nutricional. Una taza de quinoa cocida tiene 8 gramos de proteína, no tiene gluten, tiene 5 gramos de fibra y además aporta hierro. Si lo encontráis no lo dejéis pasar, se cocina como el arroz, con la misma porción de quinoa que de agua, se hierve a fuego lento hasta que ha absorvido el agua y está blandita (es mejor enjuagarla bien primero en un colador fino), tiene un sabor muy fino como a cereal o arroz integral, queda genial en sopas, ensalada y para rellenar tomates o pimientos. SOS, la famosa marca de arroz española ha sacado una mezcla de arroz y quinoa, debe quedar muy bien para esas recetas, y también he visto que hay más marcas que venden quinoa o quinua en supermercados como el de el Corte Inglés.
Seitan:
Este ingrediente parecido al tofu tiene la mayor concentración de proteína, con 23gr por cada 40 gramos de producto. Resulta difícil de encontrar, pero es fundamental para aquellos que siguen dietas vegetarianas o veganas. En casa lo descubrimos cuando éramos veganos, ya que mi intención era aprender más de estas fuentes de proteína de origen vegetal para alternar con los productos animales. El seitán es básicamente gluten de trigo compactado, parece tofu pero es mucho más denso, es muy versátil en la cocina ya que se puede freir, dorar, asar, y al no tener prácticamente ningún sabor se adapta muy bien a lo que queramos usar como condimento para completar nuestros platos. Por curiosidad diré que además aporta hierro y calcio. Si alguna vez lo veis en la sección de productos naturales refrigerados os animo a probarlo.
Chia:
Mientras que la misma cantidad de carne de vacuno tiene 6gr de proteína, esta semilla contiene 8 gramos de proteína por cada 28gr de chia. Es decir, un 14% de su peso es pura proteína, algo realmente extraordinario en el mundo vegetal. Incluso aquí resulta difícil encontrar las semillas de chía por sí solas pero cada vez se ven más bebidas energéticas y naturales que la contienen, así como pudding de postres, y algunos dulces como las madalenas tipo muffin. Os recomiendo también probarlo porque tiene una textura muy curiosa y además aporta muchísimos (no muchos, muchísimos) Omega-3 y Omega-6.
Espinacas:
Las espinacas son famosas por su alto contenido en hierro, pero seguro que aprender que además son muy ricas en proteína y en calcio os sorprende. La mayoría de las verduras de hojas oscuras son ricas en hierro y calcio, pensamos en las acelgas, el kale... Las espinacas son un super alimento, por una taza de espinacas cocidas y escurridas (unos 180gr) tenemos 5gr de proteína, 41 calorias, 0 grasas, el 377% de la vitamina A recomendado en un día (muy importante para la vista), el 24% del calcio, el 29% de la vitamina C, y el 36% del hierro recomendado. Tienen Omega-3, Omega-6, el 39% de magnesio, el 84% de manganeso, aportan el 66% del ácido fólico recomendado (tan importante en el embarazo). Como alimento, se estima que es completo al 93%, ya que aporta la mayoría vitaminas y minerales. Viendo esos números, uno se pregunta porqué son sólo famosas por el hierro...
Frutos secos:
Las almendras, los cacahuetes, los anacardos, las nueces... Todos son excelentes fuentes de proteína, ya que un buen puñado nos aporta unos 20-30 gramos. Además, gracias a que contienen grasas monosaturadas y muchísima cantida de Omega-6, nos mantienen llenos, saciándonos además gracias a que contienen mucha fibra. Los frutos secos además aportan una gran variedad de minerales y vitaminas, como calcio, hierro, vitamina E... ¡Otro superalimento!
Tofu:
El tofu es la opción de proteína vegetal más popular entre los vegetarianos o veganos, se encuentra fácilmente en el supermercado, y es muy versátil (he compartido ya algunas recetas como el pad thai donde se utiliza) ya que se puede utilizar en salsa, asado, frito, se puede poner en batidos para añadir proteína... Esta pasta hecha con leche de soja tiene 16 gramos de proteína en 100 gramos de producto. Además aporta mucho calcio (68% de la cantidad diaria recomendada) es rico en minerales, y Omega-3 y Omega-6.
Hummus y pita:
El hummus normalmente se sirve con pan de pita en los restaurantes de países de donde es originario como líbano o túnez. El pan de pita está hecho con granos enteros, y al acompañar al hummus (puré de garbanzos especiado) consiguen los 9 aminoácidos que hacen que la proteína de los garbanzos se metabolicen por completo. Los garbanzos son en sí mismos una excelente fuente de proteína, pero debemos acompañarlos de algún pan de diferentes granos para conseguir sacar el máximo partido. Además, el hummus aporta hierro, muchos minerales y el 51% del ácido fólico recomendado, está delicioso y resulta muy fácil de encontrar y hacer, en internet tendréis muchas recetas si os animais a hacerlo casero.
Edamame o Soja:
Todas las legumbres son ricas en proteína, pero algunas especialmente, como es el caso de la soja, un tipo de judía muy popular en los países asiáticos y que en Estados Unidos se puede encontrar en muchos supermercados, congelado, listo para ser hervido o al vapor unos minutos. Una taza de esta judía verde contiene 17gr de proteína, En muchos restaurantes asiáticos se pueden encontrar como aperitivo, especialmente en los restaurantes japoneses. Además, la leche de soja o los yogures de soja aportan una gran cantidad de proteína comparados con los productos lácteos "normales" (un yogur griego aporta entre 15 y 20gr de proteína y cada vez hay más opciones bajas en grasa).
Garbanzos:
Media taza de garbanzos cocidos contiene 7 gramos de proteína, y además proteína completa, ya que están cargados de amino ácidos (imaginaos cuando comemos un buen plato de un cocido, ¡en realidad estamos comiendo muchísima proteína!). Aunque son un alimento muy calórico, son ricos en fibra, y también aportan minerales como hierro, magnesio, fósforo, manganeso... y son muy ricos en Omega-6.
Lentejas:
Una taza de lentejas contiene 18 gramos de proteína (no es una proteína completa, ya que no contiene todos los aminoácidos, pero en la página web que podéis abrir pinchando en el título del alimento podéis ver los alimentos que completan la lista de amino ácidos para aseguraros que sacais el máximo partido a la proteína, como por ejemplo los frutos secos). Las lentejas además son famosas por su contenido en hierro, pero también aportan diferentes minerales y vitaminas, ácido fólico, y mucha fibra.
Quinoa:
Esta semilla diminuta está muy de moda en Estados Unidos por su alto valor nutricional. Una taza de quinoa cocida tiene 8 gramos de proteína, no tiene gluten, tiene 5 gramos de fibra y además aporta hierro. Si lo encontráis no lo dejéis pasar, se cocina como el arroz, con la misma porción de quinoa que de agua, se hierve a fuego lento hasta que ha absorvido el agua y está blandita (es mejor enjuagarla bien primero en un colador fino), tiene un sabor muy fino como a cereal o arroz integral, queda genial en sopas, ensalada y para rellenar tomates o pimientos. SOS, la famosa marca de arroz española ha sacado una mezcla de arroz y quinoa, debe quedar muy bien para esas recetas, y también he visto que hay más marcas que venden quinoa o quinua en supermercados como el de el Corte Inglés.
Seitan:
Este ingrediente parecido al tofu tiene la mayor concentración de proteína, con 23gr por cada 40 gramos de producto. Resulta difícil de encontrar, pero es fundamental para aquellos que siguen dietas vegetarianas o veganas. En casa lo descubrimos cuando éramos veganos, ya que mi intención era aprender más de estas fuentes de proteína de origen vegetal para alternar con los productos animales. El seitán es básicamente gluten de trigo compactado, parece tofu pero es mucho más denso, es muy versátil en la cocina ya que se puede freir, dorar, asar, y al no tener prácticamente ningún sabor se adapta muy bien a lo que queramos usar como condimento para completar nuestros platos. Por curiosidad diré que además aporta hierro y calcio. Si alguna vez lo veis en la sección de productos naturales refrigerados os animo a probarlo.
Chia:
Mientras que la misma cantidad de carne de vacuno tiene 6gr de proteína, esta semilla contiene 8 gramos de proteína por cada 28gr de chia. Es decir, un 14% de su peso es pura proteína, algo realmente extraordinario en el mundo vegetal. Incluso aquí resulta difícil encontrar las semillas de chía por sí solas pero cada vez se ven más bebidas energéticas y naturales que la contienen, así como pudding de postres, y algunos dulces como las madalenas tipo muffin. Os recomiendo también probarlo porque tiene una textura muy curiosa y además aporta muchísimos (no muchos, muchísimos) Omega-3 y Omega-6.
jueves, 18 de septiembre de 2014
Tostada con tomate y queso feta
Una idea más que una receta de verdad. Un aperitivo que tengo muchas veces preparado para cuando mi marido viene de trabajar, ya que siempre le gusta picar algo antes de la cena. Una tostada con tomates y queso feta.
Gracias a mi mini horno esto se hace en un momentito para dos personas, pero para una fiesta o un aperitivo de fin de semana con amigos o familia, podemos hacer una cantidad más grande y meterlo al horno. Merece la pena porque es muy fácil, y queda delicioso.
Cortamos una barra de pan en rodajas de unos 2 centímetros de grosor y rociamos con un chorrito de aceite de oliva. Si tenemos queso feta, pondremos pedacitos esparcidos por el pan, yo lo he hecho con mozzarella fresca en rodajas finitas y se derrite que da gusto, también lo he hecho con queso manchego, que al calentarlo suda un poquito y se realza el sabor; lo dejo a vuestra elección. Sobre el queso colocamos tomates cherry cortados en cuartos. También en ocasiones he puesto rodajas finitas de tomate con las rodajas de mozzarella, y he espolvoreado orégano sobre ello, albahaca seguro que queda muy bien también. Otra vez he usado kumatos, esos tomates verde oscuro, junto con tomates naranjas y quedó precioso...
Para una cena italiana con amigos abrí a lo largo una barra de pan italiano (más blandito que el nuestro y sobretodo más ancho, cualquier barra más anchita sirve), rocié bien con aceite, coloqué rodajas de tomate, encima puse rodajas de mozzarella fresca, y para rematar decoré con muchas hojas de albahaca. Al horno 10 minutos a 160ºC, y el pan queda crujiente, el tomate blandito, la mozzarella derretida.... una delicia para compañar cualquier plato italiano.
Como digo, la flexibilidad es enorme ya que es una idea de inspiración mediterránea que comparto para un aperitivo fácil y muy resultón.
Gracias a mi mini horno esto se hace en un momentito para dos personas, pero para una fiesta o un aperitivo de fin de semana con amigos o familia, podemos hacer una cantidad más grande y meterlo al horno. Merece la pena porque es muy fácil, y queda delicioso.
Cortamos una barra de pan en rodajas de unos 2 centímetros de grosor y rociamos con un chorrito de aceite de oliva. Si tenemos queso feta, pondremos pedacitos esparcidos por el pan, yo lo he hecho con mozzarella fresca en rodajas finitas y se derrite que da gusto, también lo he hecho con queso manchego, que al calentarlo suda un poquito y se realza el sabor; lo dejo a vuestra elección. Sobre el queso colocamos tomates cherry cortados en cuartos. También en ocasiones he puesto rodajas finitas de tomate con las rodajas de mozzarella, y he espolvoreado orégano sobre ello, albahaca seguro que queda muy bien también. Otra vez he usado kumatos, esos tomates verde oscuro, junto con tomates naranjas y quedó precioso...
Para una cena italiana con amigos abrí a lo largo una barra de pan italiano (más blandito que el nuestro y sobretodo más ancho, cualquier barra más anchita sirve), rocié bien con aceite, coloqué rodajas de tomate, encima puse rodajas de mozzarella fresca, y para rematar decoré con muchas hojas de albahaca. Al horno 10 minutos a 160ºC, y el pan queda crujiente, el tomate blandito, la mozzarella derretida.... una delicia para compañar cualquier plato italiano.
Como digo, la flexibilidad es enorme ya que es una idea de inspiración mediterránea que comparto para un aperitivo fácil y muy resultón.
Arroz indio al limón y romero
La comida india me encanta, tiene muchos platos muy tradicionales y muy diferentes, no todo es curry. Me encanta un guiso de espinacas muy aromático que se llama saag, me encantan las cosas al tandori (que no es una salsa si no una manera de cocinarlo en una especie de grill), me encantan los curris amarillos, me encantan los garbanzos guisados..... Pero la verdad, hacer comida india en casa es muy difícil porque para la mayoría de los platos necesitamos un gran número de especias que no solemos tener en casa, y además en cantidades tan pequeñas que me hace sentir que no merece la pena. La razón por la que no me merece la pena es que en el super venden las salsas ya hechas y deliciosas. A veces a parte de ser apasionados de la cocina, hay que ser prácticos y con la comida india, yo voy a lo práctico. Lo que sí me gusta hacer es un arroz para acompañarlo. Aquí comparto uno que nos ha gustado muchísimo y es muy fácil de hacer.
Anoche fuimos a cenar a India con esta salsa deliciosa que queda de lujo con pollo troceado, la famosa Tikka Massala, que aunque no es fácil de encontrar, yo os doy el trabajo hecho: he visto que lo venden en el Corte Inglés y he leído blogs donde hablan muy bien de ella (yo conozco esa marca porque se vende aquí siendo de una familia india de Reino Unido), me parece que tiene un precio muy asequible para una cosita especial -menos de 3euros-, pincha aquí para verla, también tienen la salsa para recrear el tandoori. En la web de Iberochina tienen también algunas salsas indias como la biryani, varios curris... Ya os he comentado que me gusta usar los cuartos traseros deshuesados y pelados porque tienen más hierro que la pechuga y queda mucho más jugoso porque tiene más grasita, es prácticamente imposible que salgan secos, no importa cómo los cocinemos.
Para hacer este arroz yo he usado arroz jasmin, pero se puede hacer también con un basmati, que lo encontramos fácilmente un super como Mercadona, o cualquier arroz de grano largo, adaptando el tiempo de cocción a lo que nos sugiera el paquete -ojo con los arroces indios, que se hacen en mucho menos tiempo que el largo tradicional. Vamos con la receta del arroz que hice para acompañar mi pollo tikka massala.
Tiempo: 15 mins (depende del arroz)
Raciones: 4-5
Ingredientes:
1.5 tazas (300gr) de arroz en crudo
2 ramitas de romero fresco o 1 cucharadita de hojitas secas
2 cucharaditas de ralladura de limón
3 tazas (750ml) de agua
1/4 cucharadita de cúrcuma (o colorante alimenticio en su defecto)
1 cucharadita de sal
2.5 cucharadas de jugo de limón fresco
2 cucharadas de aceite vegetal
1.5 cucharaditas de semillas de mostaza negra (NOTA)
1 cucharadita de guindilla picada
2 palitos de canela
2 clavos de olor (si teneis clavo molido como era mi caso, yo le puse la puntita de un cuchillo y quedó muy bien, es muy aromático, mejor quedarnos cortos y corregir luego a pasarnos desde el principio)
1. En una cacerola mediana ponemos el arroz, el romero, la ralladura del limón, la cúrcuma, la sal y el agua. Lo llevamos a ebullición, bajamos el fuego y cubrimos, dejándolo cocer suave hasta que el arroz esté listo habiendo absorvido el agua. Para los arroces jasmin y basmati unos 10-12 minutos bastan. Una vez cocido, añadimos el jugo de limón, removemos y reservamos tapado.
2. En una sarten pequeña calentamos el aceite, templadito para que no se nos quemen las especias, añadimos las semillas si usamos, la guindilla, las ramitas de canela y los clavos. Removemos mientras se doran, durante un minuto hasta que esté aromático. Lo mezclamos bien con el arroz y lo servimos caliente acompañando la proteína con la salsa india que hayamos elegido.
NOTA: las semillas de mostaza negra no son fáciles de encontrar ni siquiera aquí, me imagino que son prácticamente imposibles de encontrar en cualquier parte de España o LatinoAmérica. Yo tengo la suerte de que muy cerca tengo un supermercado con cositas muy exóticas, todo es orgánico, de producción local, hay mucha variedad de productos vegetarianos y veganos... Y tienen una sección que me vuelve loca: un armario con tarros de cristal con las especias más extrañas, ahí tenemos unas bolsitas diminutas para echar la cantidad que necesitemos de especias y las pagamos al peso por precios verdaderamente ridículos (me parece que pagué 15cents por la cucharadita y media de semillas!) es genial para este tipo de cosas que son difíciles de encontrar y que necesitamos una cantidad tan pequeña. Como siempre digo, es mejor hacer una receta nueva sin un ingrediente exótico, a no hacerla y quedarnos con las ganas. Os animos a hacerla sin las semillas, porque seguro que queda igualmente delicioso.
Anoche fuimos a cenar a India con esta salsa deliciosa que queda de lujo con pollo troceado, la famosa Tikka Massala, que aunque no es fácil de encontrar, yo os doy el trabajo hecho: he visto que lo venden en el Corte Inglés y he leído blogs donde hablan muy bien de ella (yo conozco esa marca porque se vende aquí siendo de una familia india de Reino Unido), me parece que tiene un precio muy asequible para una cosita especial -menos de 3euros-, pincha aquí para verla, también tienen la salsa para recrear el tandoori. En la web de Iberochina tienen también algunas salsas indias como la biryani, varios curris... Ya os he comentado que me gusta usar los cuartos traseros deshuesados y pelados porque tienen más hierro que la pechuga y queda mucho más jugoso porque tiene más grasita, es prácticamente imposible que salgan secos, no importa cómo los cocinemos.
Para hacer este arroz yo he usado arroz jasmin, pero se puede hacer también con un basmati, que lo encontramos fácilmente un super como Mercadona, o cualquier arroz de grano largo, adaptando el tiempo de cocción a lo que nos sugiera el paquete -ojo con los arroces indios, que se hacen en mucho menos tiempo que el largo tradicional. Vamos con la receta del arroz que hice para acompañar mi pollo tikka massala.
Tiempo: 15 mins (depende del arroz)
Raciones: 4-5
Ingredientes:
1.5 tazas (300gr) de arroz en crudo
2 ramitas de romero fresco o 1 cucharadita de hojitas secas
2 cucharaditas de ralladura de limón
3 tazas (750ml) de agua
1/4 cucharadita de cúrcuma (o colorante alimenticio en su defecto)
1 cucharadita de sal
2.5 cucharadas de jugo de limón fresco
2 cucharadas de aceite vegetal
1.5 cucharaditas de semillas de mostaza negra (NOTA)
1 cucharadita de guindilla picada
2 palitos de canela
2 clavos de olor (si teneis clavo molido como era mi caso, yo le puse la puntita de un cuchillo y quedó muy bien, es muy aromático, mejor quedarnos cortos y corregir luego a pasarnos desde el principio)
1. En una cacerola mediana ponemos el arroz, el romero, la ralladura del limón, la cúrcuma, la sal y el agua. Lo llevamos a ebullición, bajamos el fuego y cubrimos, dejándolo cocer suave hasta que el arroz esté listo habiendo absorvido el agua. Para los arroces jasmin y basmati unos 10-12 minutos bastan. Una vez cocido, añadimos el jugo de limón, removemos y reservamos tapado.
2. En una sarten pequeña calentamos el aceite, templadito para que no se nos quemen las especias, añadimos las semillas si usamos, la guindilla, las ramitas de canela y los clavos. Removemos mientras se doran, durante un minuto hasta que esté aromático. Lo mezclamos bien con el arroz y lo servimos caliente acompañando la proteína con la salsa india que hayamos elegido.
¡la mejor cena en mucho tiempo! |
NOTA: las semillas de mostaza negra no son fáciles de encontrar ni siquiera aquí, me imagino que son prácticamente imposibles de encontrar en cualquier parte de España o LatinoAmérica. Yo tengo la suerte de que muy cerca tengo un supermercado con cositas muy exóticas, todo es orgánico, de producción local, hay mucha variedad de productos vegetarianos y veganos... Y tienen una sección que me vuelve loca: un armario con tarros de cristal con las especias más extrañas, ahí tenemos unas bolsitas diminutas para echar la cantidad que necesitemos de especias y las pagamos al peso por precios verdaderamente ridículos (me parece que pagué 15cents por la cucharadita y media de semillas!) es genial para este tipo de cosas que son difíciles de encontrar y que necesitamos una cantidad tan pequeña. Como siempre digo, es mejor hacer una receta nueva sin un ingrediente exótico, a no hacerla y quedarnos con las ganas. Os animos a hacerla sin las semillas, porque seguro que queda igualmente delicioso.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
Pad Thai
El pad thai es quizá el plato más famoso de la comida thai o tailandesa. Es un plato fresco, fácil, saludable y fácilmente ajustable a gustos y despensas. Aquí os presento uno bastante auténtico, con tofu y gambas. También se puede hacer con pollo y gambas, pero al ser un plato asiático, el tofu no fue una simple substitución, si no que tradicionalmente lo lleva. Para hacerlo vegano basta con no añadir otra proteína, y omitiremos el huevo, se puede jugar con varias texturas de tempeh o tofu. Es indispensable ponerle cacahuetes, muy usados en la cocina thai, y servirlo con una salsa picante que cada uno se eche al gusto.
El tofu es un alimento muy completo, que es básico en la cocina asiática como proteína, ya que contiene casi tanta como algunas carnes, además aporta diferentes vitaminas y minerales, como el ácido fólico tan importante durante el embarazo y difícil de encontrar en otros alimentos (el pescado tiene mucho, pero hay que tener cuidado con el mercurio y los parásitos), tiene mucho Omega-3, y además aporta casi tanto calcio como los productos deribados de la leche. ¿Hablamos de superalimentos?
Aquí vamos a usar algunas de esas cositas que os comentaba que son fundamentales a la hora de cocinar asiático. Si mirasteis las entradas de donde comprar, ya sabéis que la salsa de pescado es algo que no sabe especialmente a pescado pero que se usa muchísimo en diferentes cocinas asiáticas, también usaremos fideos de arroz (como en los rollitos de verano) y yo recomiendo usar la salsa Sriracha, de origen tailandés y que aporta mucho sabor y un buen toque picante. Si comprais esos productos básicos los ireis viendo en más recetas, y la salsa Sriracha se puede usar como condimento para cualquier plato o sandwich/bocadillo al que le queramos dar un toque picantillo y lleno de sabor.
Tiempo: 20mins
Raciones: 4
Ingredientes:
200gr de tofu extra firme
2 cucharadas de salsa de soja
150gr de gambas medianas
2 cucharadas de mantequilla
75gr de cacahuetes
350gr de fideos de arroz
2 cucharadas de aceite vegetal
3 huevos bien batidos
2 cucharadas de salsa de pescado
1 cucharadita de guindilla picada
1 lata o paquete de brotes de soja (unos 200gr escurridos) (opcional)
cebollino picado
1 lima
salsa Sriracha (u otra picante)
sal
1. Precalentamos el horno a 180ºC (yo uso mi mini horno y evito tener que poner el horno grande). En una cacerola calentamos agua como para cubrir los fideos, una vez esté casi hirviendo, se retira del fuego, se meten los fideos y se dejan ahí unos 4 minutos (en el paquete pondrá el tiempo necesario, pero suele ser muy poco), pasado ese tiempo, lo vertemos en un colador fino y lo dejamos escurrir sobre un cuenco o ensaladera mientras cocinamos el resto de ingredientes, así quedarán secos.
2. Cortamos el tofu en láminas de un centímetro de grosor, las ponemos en una bandeja de hornear sin solaparse y rociamos con las dos cucharadas de salsa de soja. Metemos al horno unos 6-8 minutos hasta que esté dorado y firme, con cuidado de no quemarlo, cada horno es diferente. Cuando se haya enfriado, lo cortaremos en tiras finas.
3. En una sartén grande derretimos la mantequilla y cocinamos las gambas a fuego medio durante unos 3 minutos por cada lado hasta que estén sonrosadas y firmes, poniéndoles un pellizco de sal. Reservamos. En la misma sartén calentamos el aceite a fuego medio, y en él cocinamos el huevo, removiendo de vez en cuando, ya que queremos que quede muy picado (si hacemos algo más parecido a una tortilla podemos después cortarlo en tiras muy finas). Una vez esté cocinado, volvemos a echar las gambas, añadimos el tofu, los cacahuetes y los brotes de soja, incorporamos los fideos, regamos con la salsa de pescado, espolvoreamos la guindilla y removemos bien para mezclarlo todo.
4. Para servir cortaremos el cebollino en pequeños círculos y la lima en gajos para que cada uno aderece su plato con estos ingredientes y la salsa picante.
กินข้าวให้อร่อยนะ (kin-khao-hai-a-roi-na)!! (¡buen provecho!)
Lasagna italiana
La lasagna, o lasaña, es algo que siempre gusta y que se puede hacer de mil maneras. Lleva tiempo hacer una buena lasagna desde cero, pero el resultado es siempre un éxito. En esta zona de la costa este de Estados Unidos hay una gran colonia de immigrantes italianos, sobretodo en Nueva Jersey y Nueva York. Los italianos son además un grupo muy unido de immigrantes, que prefieren casarse entre ellos y mantener su cultura bastante intacta, aunque termina siendo la cultura de los italianos americanos, la mayoría puede hablar buen italiano, y ellos pasan las recetas de generación en generación así que las recetas que la población en general usa para los platos italianos es bastante auténtica debido a ello. Aquí os presento la lasagna como se hace al estilo más italiano en esta zona, con una capa de carne con salsa casera de tomate, y otra capa de queso ricotta. Un día la hice para una amiga de N.Jersey que es italiana y le dio el visto bueno, así que podéis estar seguros de que es una buena lasagna.
A mí no me gusta complicarme en cosas que no voy a notar un resultado mejor, como es en este caso usar pasta de la que tenemos que cocer primero para ablandarla. Yo siempre uso la que viene lista para meter en el horno, pero si preferís la tradicional, adelante.
Tiempo: 30mins (más 30mins de horno)
Raciones: 6-8
Ingredientes:
Pasta de lasagna
1kg de carne picada
1kg de tomates picados
1 diente de ajo picado, o 1/2 cucharadita en polvo
1 cebolla picada fina
4 cucharadas de aceite de oliva
2 cucharaditas de sal
1/2 cucharadita de azúcar
1 cucharadita de orégano (o al gusto se puede poner un poco más)
1/2 cucharadita de tomillo
500gr de queso ricotta
200gr de queso parmesano rallado
Albahaca fresca
un buen pellizco de sal
5 cucharadas de harina
3 cucharadas de mantequilla
4 tazas de leche
1/2 cucharadita de nuez moscada
sal y pimienta
Queso parmesano o mozzarella rallado
1. Si usamos pasta tradicional hay que prepararla de antemano y reservar. Calentamos el horno a la temperatura que sugiera nuestra pasta (serán unos 180ºC). En una sartén grande calentamos el aceite de oliva e incorporamos la cebolla, removiendo a fuego medio unos 3 minutos hasta que esté blandita. Añadimos el ajo y lo doramos un minuto más. Ponemos los tomates y lo dejamos freír durante unos 10 minutos, removiendo sólo de vez en cuando. Mientras podemos ir haciendo la mezcla de los quesos:
2. En un cuenco grande mezclaremos el queso ricotta con el parmesano, cortamos fina el albahaca y lo incorporamos. Como el queso ricotta es bastante insípido recomiendo probarlo para corrergir con una pizca de sal y hacer que el sabor al queso salga, sin camuflar su suavidad y el aroma del albahaca.
3. Una vez el tomate esté bien hecho, incorporamos el azúcar, el orégano, el tomillo y la sal. Ahora ponemos la carne picada y lo removemos bien para que quede bien mezclada con la salsa de tomate. Tapamos y dejamos cocer a fuego medio unos 10 minutos más, removiendo de vez en cuando para que la carne se haga por igual. No importa que no esté hecha del todo, ya que irá al horno. Si vemos que la salsa se reduce, añadimos un poquito de agua hasta que quede jugoso. (También se puede añadir medio vasito de vino tinto y queda delicioso).
4. Para hacer la bechamel derretimos la mantequilla en una sartén grande, añadimos la harina y tostamos la masa durante unos 3 minutos, dándole vueltas con una espátula, dorándola homogéneamente. Poco a poco vamos incorporando la leche, retirando del fuego y removiendo bien cada vez. Si queda espesa, podemos añadir un poquito más de leche, de dos en dos cucharadas. Añadimos la nuez moscada y salpimentamos al gusto justo antes de retirar el fuego por última vez.
5. En una fuente de hornear grande ponemos la primera capa de pasta, y cubrimos con la mitad del relleno de carne. Cubrimos con pasta, y añadimos la mitad del relleno de queso. Repetimos, cubriendo una última vez con pasta sobre la que vamos a verter la bechamel. Espolvoreamos el queso parmesano o la mozzarella por encima y encerramos bien con papel de aluminio para que no se quede seca en el horno. Lo metemos al horno una media hora (comprobad los tiempos sugeridos por vuestra pasta), después de la cual retiramos el papel de aluminio y ponemos con el grill unos minutitos para que se dore el queso de encima.
Buon Appetito!
A mí no me gusta complicarme en cosas que no voy a notar un resultado mejor, como es en este caso usar pasta de la que tenemos que cocer primero para ablandarla. Yo siempre uso la que viene lista para meter en el horno, pero si preferís la tradicional, adelante.
Tiempo: 30mins (más 30mins de horno)
Raciones: 6-8
Ingredientes:
Pasta de lasagna
1kg de carne picada
1kg de tomates picados
1 diente de ajo picado, o 1/2 cucharadita en polvo
1 cebolla picada fina
4 cucharadas de aceite de oliva
2 cucharaditas de sal
1/2 cucharadita de azúcar
1 cucharadita de orégano (o al gusto se puede poner un poco más)
1/2 cucharadita de tomillo
500gr de queso ricotta
200gr de queso parmesano rallado
Albahaca fresca
un buen pellizco de sal
5 cucharadas de harina
3 cucharadas de mantequilla
4 tazas de leche
1/2 cucharadita de nuez moscada
sal y pimienta
Queso parmesano o mozzarella rallado
1. Si usamos pasta tradicional hay que prepararla de antemano y reservar. Calentamos el horno a la temperatura que sugiera nuestra pasta (serán unos 180ºC). En una sartén grande calentamos el aceite de oliva e incorporamos la cebolla, removiendo a fuego medio unos 3 minutos hasta que esté blandita. Añadimos el ajo y lo doramos un minuto más. Ponemos los tomates y lo dejamos freír durante unos 10 minutos, removiendo sólo de vez en cuando. Mientras podemos ir haciendo la mezcla de los quesos:
2. En un cuenco grande mezclaremos el queso ricotta con el parmesano, cortamos fina el albahaca y lo incorporamos. Como el queso ricotta es bastante insípido recomiendo probarlo para corrergir con una pizca de sal y hacer que el sabor al queso salga, sin camuflar su suavidad y el aroma del albahaca.
3. Una vez el tomate esté bien hecho, incorporamos el azúcar, el orégano, el tomillo y la sal. Ahora ponemos la carne picada y lo removemos bien para que quede bien mezclada con la salsa de tomate. Tapamos y dejamos cocer a fuego medio unos 10 minutos más, removiendo de vez en cuando para que la carne se haga por igual. No importa que no esté hecha del todo, ya que irá al horno. Si vemos que la salsa se reduce, añadimos un poquito de agua hasta que quede jugoso. (También se puede añadir medio vasito de vino tinto y queda delicioso).
4. Para hacer la bechamel derretimos la mantequilla en una sartén grande, añadimos la harina y tostamos la masa durante unos 3 minutos, dándole vueltas con una espátula, dorándola homogéneamente. Poco a poco vamos incorporando la leche, retirando del fuego y removiendo bien cada vez. Si queda espesa, podemos añadir un poquito más de leche, de dos en dos cucharadas. Añadimos la nuez moscada y salpimentamos al gusto justo antes de retirar el fuego por última vez.
5. En una fuente de hornear grande ponemos la primera capa de pasta, y cubrimos con la mitad del relleno de carne. Cubrimos con pasta, y añadimos la mitad del relleno de queso. Repetimos, cubriendo una última vez con pasta sobre la que vamos a verter la bechamel. Espolvoreamos el queso parmesano o la mozzarella por encima y encerramos bien con papel de aluminio para que no se quede seca en el horno. Lo metemos al horno una media hora (comprobad los tiempos sugeridos por vuestra pasta), después de la cual retiramos el papel de aluminio y ponemos con el grill unos minutitos para que se dore el queso de encima.
Buon Appetito!
Me gusta con tanto relleno que al emplatar pasa esto :) |
sábado, 13 de septiembre de 2014
Petit de Fresa
Esta receta os la traigo gracias a Juanfra de La Cocina de Morilands que hace unas cosas estupendas y además las presenta tan bonitas que dan ganas de hacerlas todas. Os animo a pasearos por su blog, donde encontraréis muchas cosas de repostería, que es lo que se va echando de menos por aquí... Del suyo hice hace año y medio ya la tarta de queso con limón y fruta de la pasión y aún me acuerdo de lo buena que
estaba, una sorpresa de cumpleaños para mi marido al que el único postre que le gusta es la cheesecake. La mayoría de sus recetas son con Thermomix, pero no me resulta muy difícil adaptarlas a otros aparatos como la batidora de vaso o la máquina de hacer masa.
En este caso os presento algo que he hecho ya en varias ocasiones y que a mi peque le gusta tanto como a mí: los petit de fresa. Recreando el famoso dulce de Dadone, conseguimos un postre quizá más sano y lleno de sabor que podemos personalizar a nuestro gusto. Juanfra sugiere que si queremos le podemos incorporar fruta natural, yo siempre le pongo bastante fruta natural, nada de mermelada, y queda siempre muy buena consistencia y un sabor inmejorable. Los he hecho de frambuesa y de fresa, pero me quiero atrever con otros sabores, a ver que tal. Quizá kiwi... me encanta la mermelada de kiwi, ¡os mantendré informados!
Aquí está mi receta, basada en la de La Cocina de Morilands, pero sin usar thermomix, sólo necesitamos una cacerolita y una batidora. Se puede congelar y queda como un helado esponjoso, más mousse que cuando congelábamos los de Danone, y además duran bastante tiempo congelados, por si hacemos porciones para los más peques.
Tiempo: 10 mins (más 8 horas de refrigeración)
Raciones: 8 vasitos
Ingredientes:
500ml de leche
225 ml de nata para montar
1 sobre de gelatina de fresa (el mio pesaba 85gr)
1 tarrina de queso crema (el mío pesaba 225gr)
100gr de azúcar
120gr de fresas naturales limpias
1. En una batidora de vaso, o en un recipiente grande donde sumerjamos la batidora de immersión, ponemos 250ml de leche, la nata, el queso, el azúcar y las fresas. Reservamos.
2. En una cacerolita ponemos 250ml de leche a calentar, y antes de que hierva echamos la gelatina removiendo vigorosamente. En cuanto esté incorporada (no pasa nada porque queden algunos grumitos), lo vertemos en el resto de los ingredientes y batimos durante 3-4 minutos a buena potencia (mi batidora de vaso tiene 5 velocidades, la 5ª pica hielo fácilmente, y yo lo pongo al 4) Me gusta batirlo tanto tiempo porque queda muy espumoso, y al echarlo a continuación en los vasitos o tacitas, parece una mousse. Refrigeraremos durante al menos 8 horas para que cuaje. Queda muy sabroso con las fresas y muy ligero.
NOTA: con frambuesas yo usé gelatina con sabor a frambuesa, y si me atrevo a hacer de kiwi, compraré gelatina de kiwi. Aquí la sección de gelatinas, os la mostraré en una foto que haga, porque no hay palabras para describir la enorme selección, así que nos podemos poner tan creativos como queramos. Os compartiré más sabores con los que vaya experimentando.
estaba, una sorpresa de cumpleaños para mi marido al que el único postre que le gusta es la cheesecake. La mayoría de sus recetas son con Thermomix, pero no me resulta muy difícil adaptarlas a otros aparatos como la batidora de vaso o la máquina de hacer masa.
En este caso os presento algo que he hecho ya en varias ocasiones y que a mi peque le gusta tanto como a mí: los petit de fresa. Recreando el famoso dulce de Dadone, conseguimos un postre quizá más sano y lleno de sabor que podemos personalizar a nuestro gusto. Juanfra sugiere que si queremos le podemos incorporar fruta natural, yo siempre le pongo bastante fruta natural, nada de mermelada, y queda siempre muy buena consistencia y un sabor inmejorable. Los he hecho de frambuesa y de fresa, pero me quiero atrever con otros sabores, a ver que tal. Quizá kiwi... me encanta la mermelada de kiwi, ¡os mantendré informados!
Aquí está mi receta, basada en la de La Cocina de Morilands, pero sin usar thermomix, sólo necesitamos una cacerolita y una batidora. Se puede congelar y queda como un helado esponjoso, más mousse que cuando congelábamos los de Danone, y además duran bastante tiempo congelados, por si hacemos porciones para los más peques.
Tiempo: 10 mins (más 8 horas de refrigeración)
Raciones: 8 vasitos
Ingredientes:
500ml de leche
225 ml de nata para montar
1 sobre de gelatina de fresa (el mio pesaba 85gr)
1 tarrina de queso crema (el mío pesaba 225gr)
100gr de azúcar
120gr de fresas naturales limpias
1. En una batidora de vaso, o en un recipiente grande donde sumerjamos la batidora de immersión, ponemos 250ml de leche, la nata, el queso, el azúcar y las fresas. Reservamos.
2. En una cacerolita ponemos 250ml de leche a calentar, y antes de que hierva echamos la gelatina removiendo vigorosamente. En cuanto esté incorporada (no pasa nada porque queden algunos grumitos), lo vertemos en el resto de los ingredientes y batimos durante 3-4 minutos a buena potencia (mi batidora de vaso tiene 5 velocidades, la 5ª pica hielo fácilmente, y yo lo pongo al 4) Me gusta batirlo tanto tiempo porque queda muy espumoso, y al echarlo a continuación en los vasitos o tacitas, parece una mousse. Refrigeraremos durante al menos 8 horas para que cuaje. Queda muy sabroso con las fresas y muy ligero.
NOTA: con frambuesas yo usé gelatina con sabor a frambuesa, y si me atrevo a hacer de kiwi, compraré gelatina de kiwi. Aquí la sección de gelatinas, os la mostraré en una foto que haga, porque no hay palabras para describir la enorme selección, así que nos podemos poner tan creativos como queramos. Os compartiré más sabores con los que vaya experimentando.
viernes, 12 de septiembre de 2014
Pescado y Mariscos en salsa de azafrán
Este plato lo saqué de un libro de recetas españolas escrito por una periodista americana que vivió muchos años en España. Es un gran libro con recetas muy aténticas, mucha información sobre los rincones gastronómicos de mi país, y unos platos deliciosos. Yo lo he cambiado un poco, más que nada en las proporciones porque se me hizo que había mucha salsa para poco pescado. Aunque la salsa estaba buenísima. Quizá se puede acompañar de unas patatas panaderas, o simplemente cortadas en rodajas y fritas hasta que estén blanditas. Y así hay más cuerpo para la salsa. Salió delicioso y lo volveremos a hacer seguro. Aquí comparto la receta donde lo fundamental es usar un buen pellizco de azafrán. Se le puede echar a la bechamel 3-4 cucharadas de vino de Jerez, que le da un sabor ideal a los platos de marisco.
Tiempo: 20 mins (más 15mins al horno)
Raciones: 4
Ingredientes:
1 cebolla cortada muy fina
6 cucharadas de mantequilla
1/4 taza de harina
2 1/2 tazas de leche
ralladura de un limón
un buen pellizco de hebras de azafrán
2 yemas de huevo, batidas
1/2 kilo de vieiras
750gr de gambas grandes peladas
750gr de pescado blanco (NOTA)
3 cucharadas de pan rallado
2 cucharadas de mantequilla derretida
sal y pimienta
1. Precalentamos el horno a 200ºC. En una sartén grande derretimos las 6 cucharadas de mantequilla y ahí pochamos la cebolla hasta que esté muy blanda. Añadimos la harina y removemos con una cuchara de madera durante un minuto, dorándola homogéneamente. Después echamos la leche, de poco en poco, removiendo y ligando bien la harina con ella. Es bueno quitarlo del fuego después de añadir cada poco para removerlo, se quedará más fino, y será más difícil que salgan grumos. Al final tendremos una salsa cremosa y densa, a la que añadiremos mientras está a fuego bajo la ralladura del limón, el azafrán, y salpimentaremos. Removemos de vez en cuando durante unos 10 minutos. Vertemos las yemas de huevo y removemos bien retirando del fuego cuando estén incorporadas.
2. En otra sartén con un poquito de aceite de oliva haremos las gambas y las vieiras hasta que estén coloreadas y cocinadas por igual, unos 2 minutos por cada lado. Las retiramos a una bandeja de hornear y reservamos. En la misma sartén colocaremos el pescado, espolvoreando un poco de sal por encima, y dando la vuelta sólo una vez, hasta que esté cocinado o casi cocinado (irá al horno).
3. En la fuente de hornear colocaremos el pescado (entero o en trozos grandes) y verteremos la bechamel por encima, si no lo ha cubierto todo, lo podemos mezclar con la cuchara con cuidado de no romper el pescado. Esparciremos el pan rallado por encima de la bechamel y con una cuchara añadiremos la mantequilla derretida para que se dore bien. Lo metemos al horno durante 15 minutos y terminaremos con un par de minutos de grill para que se dore.
NOTA: Se puede usar cualquier pescado blanco con carne firme como el bacalao, la merluza o el rodaballo. Yo lo hice con bacalao, quedó una textura perfecta, pero se quedó en menos de lo que esperaba.
Tiempo: 20 mins (más 15mins al horno)
Raciones: 4
Ingredientes:
1 cebolla cortada muy fina
6 cucharadas de mantequilla
1/4 taza de harina
2 1/2 tazas de leche
ralladura de un limón
un buen pellizco de hebras de azafrán
2 yemas de huevo, batidas
1/2 kilo de vieiras
750gr de gambas grandes peladas
750gr de pescado blanco (NOTA)
3 cucharadas de pan rallado
2 cucharadas de mantequilla derretida
sal y pimienta
1. Precalentamos el horno a 200ºC. En una sartén grande derretimos las 6 cucharadas de mantequilla y ahí pochamos la cebolla hasta que esté muy blanda. Añadimos la harina y removemos con una cuchara de madera durante un minuto, dorándola homogéneamente. Después echamos la leche, de poco en poco, removiendo y ligando bien la harina con ella. Es bueno quitarlo del fuego después de añadir cada poco para removerlo, se quedará más fino, y será más difícil que salgan grumos. Al final tendremos una salsa cremosa y densa, a la que añadiremos mientras está a fuego bajo la ralladura del limón, el azafrán, y salpimentaremos. Removemos de vez en cuando durante unos 10 minutos. Vertemos las yemas de huevo y removemos bien retirando del fuego cuando estén incorporadas.
2. En otra sartén con un poquito de aceite de oliva haremos las gambas y las vieiras hasta que estén coloreadas y cocinadas por igual, unos 2 minutos por cada lado. Las retiramos a una bandeja de hornear y reservamos. En la misma sartén colocaremos el pescado, espolvoreando un poco de sal por encima, y dando la vuelta sólo una vez, hasta que esté cocinado o casi cocinado (irá al horno).
3. En la fuente de hornear colocaremos el pescado (entero o en trozos grandes) y verteremos la bechamel por encima, si no lo ha cubierto todo, lo podemos mezclar con la cuchara con cuidado de no romper el pescado. Esparciremos el pan rallado por encima de la bechamel y con una cuchara añadiremos la mantequilla derretida para que se dore bien. Lo metemos al horno durante 15 minutos y terminaremos con un par de minutos de grill para que se dore.
jueves, 11 de septiembre de 2014
Gambas con costra de coco
Estas gambas son muy comunes por aquí, y muchos restaurantes las tienen en la sección de aperitivos. Me encantan las de Bahama Breeze, porque son un poco dulces, perfectamente crujientes, y la salsa de mango que las acompaña es el complemento perfecto. Siempre que las veo en un menú, las pido, y ahora se las he hecho a mi peque, porque le encantan las gambas y ya sabemos que le cuesta un poquito comer proteína... Le encantaron, pero después de comerse dos, se dió cuenta de que uno también se puede comer el rebozado y dejar la gamba, así que en total comio 2 gambas y 5 rebozados, lo consideraré un éxito. Me salieron muy ricas y es que muy difícil que salgan mal, ya que es una receta muy sencilla con ingredientes muy fáciles. Os animo a probarlas para un aperitivo, para una cena o como parte de un plato con diferentes mariscos fritos, como el calamar o el cazón adobado.
Las mías quedaron enroscadas y un poco feas, por eso os pongo la foto que viene en el libro de donde saqué la receta. Es mi libro favorito de comida de niños, se llama Top 100 Finger Foods -100 recipes for a healthy, happy child- de Annabel Karmel que es una nutricionista y mamá británica que tiene muchísimos libros publicados, además de una app para móviles con recetas e información nutricional, y una amplia gama de productos y utensilios para la elaboración de comidas para los más pequeños.
Tiempo: 20 mins
Raciones: 3-4
Ingredientes:
12 gambas grandes, peladas y limpias
2 cucharadas de harina
1 huevo
1/2 cucharadita de salsa de soja (o sal)
1/3 de taza de panko o pan rallado
2 cucharadas de coco rallado
Aceite vegetal para freír
1. Secamos las gambas con un poquito de papel de cocina para que el rebozado se adhiera mejor. En un plato pondremos la harina bien esparcida, y en otro mezclaremos el coco y el panko o pan rallado. En un cuenco batimos el huevo con la salsa de soja o sal.
2. Cogemos una gamba y la rebozamos ligeramente en harina, después lo mojamos en el huevo, y lo rebozamos con el coco y el pan o panko. Colocamos en un plato y reservamos. Repetimos estos pasos con cada gamba.
3. Calentamos el aceite en una sartén con cantidad suficiente para cubrir la gamba a la mitad. Una vez esté muy caliente, añadimos las gambas y las freímos unos 2-3 minutos por cada lado. Las retiramos de la sartén cuando estén doradas y las ponemos en un plato cubierto de papel de cocina para que absorba el aceite.
NOTA: para estas gambas se suele poner una salsa de acompañamiento. He visto salsas asiáticas (2 cucharadas de salsa picante, 2 cucharaditas de vinagre de arroz o blanco, 1 cucharadita de salsa de soja), he visto salsas caribeñas (mango con jalapeño), he visto salsas cremosas (1 cucharada de mayonesa, 1 cucharadita de salsa picante) (1 cucharada de mayonesa, 1 cucharada de aguacate batido)... Cread la vuestra y experimentad, que es lo divertido en la cocina.
Las mías quedaron enroscadas y un poco feas, por eso os pongo la foto que viene en el libro de donde saqué la receta. Es mi libro favorito de comida de niños, se llama Top 100 Finger Foods -100 recipes for a healthy, happy child- de Annabel Karmel que es una nutricionista y mamá británica que tiene muchísimos libros publicados, además de una app para móviles con recetas e información nutricional, y una amplia gama de productos y utensilios para la elaboración de comidas para los más pequeños.
Tiempo: 20 mins
Raciones: 3-4
Ingredientes:
12 gambas grandes, peladas y limpias
2 cucharadas de harina
1 huevo
1/2 cucharadita de salsa de soja (o sal)
1/3 de taza de panko o pan rallado
2 cucharadas de coco rallado
Aceite vegetal para freír
1. Secamos las gambas con un poquito de papel de cocina para que el rebozado se adhiera mejor. En un plato pondremos la harina bien esparcida, y en otro mezclaremos el coco y el panko o pan rallado. En un cuenco batimos el huevo con la salsa de soja o sal.
2. Cogemos una gamba y la rebozamos ligeramente en harina, después lo mojamos en el huevo, y lo rebozamos con el coco y el pan o panko. Colocamos en un plato y reservamos. Repetimos estos pasos con cada gamba.
3. Calentamos el aceite en una sartén con cantidad suficiente para cubrir la gamba a la mitad. Una vez esté muy caliente, añadimos las gambas y las freímos unos 2-3 minutos por cada lado. Las retiramos de la sartén cuando estén doradas y las ponemos en un plato cubierto de papel de cocina para que absorba el aceite.
NOTA: para estas gambas se suele poner una salsa de acompañamiento. He visto salsas asiáticas (2 cucharadas de salsa picante, 2 cucharaditas de vinagre de arroz o blanco, 1 cucharadita de salsa de soja), he visto salsas caribeñas (mango con jalapeño), he visto salsas cremosas (1 cucharada de mayonesa, 1 cucharadita de salsa picante) (1 cucharada de mayonesa, 1 cucharada de aguacate batido)... Cread la vuestra y experimentad, que es lo divertido en la cocina.
Café Neoyorquino
Esto más que una receta es una idea para hacer diferentes cafés y una historia de cómo es el café en la gran manzana. Había un anuncio en la televisión de un restaurante de costillas y patatas y esas cosas de barbacoa para comer con las manos, en el que salían 3 hombres haciendo una acampada en medio de un bosque; dos de ellos estaban asando piezas de carne al fuego, y tomando cerveza de una botella, el otro se hacía un café, se lo echaba en una taza muy mona, le ponía nata por encima y lo decoraba con cacao o algo así. Luego no recuerdo qué decía exactamente pero básicamente era un chiste sobre cómo tomamos el café en Nueva York comparado con como comen ellos las costillas. Me hizo gracia, pero es verdad, yo hacía el café de los fines de semana así, y cuando ví el anuncio lo hice especialmente bonito y lo puse en mi perfil social riéndome de cómo comen las costillas algunos.
En Nueva York hay un Starbucks en cada esquina, literalmente, en cada esquina de Manhattan hay uno. Te cuesta encontrar un Dunkin Donuts, y hay algún Tim Hortons (que vienen de Canadá y ahora en Maryland la gente ni sabe lo que es, ellos se lo pierden). En Brooklyn es todo diferente, y si acaso hay algún Dunkin, no hay ningún Starbucks y hay millones de cafeterías de alguien con el sueño de abrir un coffee shop con pasteles y cafés caseros. Bien, pues en todas las cafeterías de NYC el café nunca es sólo café, siempre es con el montón de nata encima, con el sirope de algún sabor de temporada...
Me encanta el café con chocolate, y también en otoño con sabor a calabaza y especias. Y siempre podemos ponerle caramelo o vainilla... delicioso. Estas son ideas para hacernos un café un poco diferente:
Café "sencillamente neoyorquino":
una taza de café, 2 cucharaditas de azúcar, nata montada (o en spray) sobre el café, y espolvoreamos con canela o cacao.
Café al caramelo:
una taza de café, un poquito de leche, 1cucharada de caramelo disuelto en el café (2 cucharadas de azúcar que hemos derretido y dorado en la sartén, y una vez está caramelizada, hemos echado una cucharada de nata), nata montada decorando sobre el café, y decoramos la nata con caramelo que dejamos escurrir de la cuchara haciendo "hilos" sobre la nata.
Café con vainilla:
una taza de café, un poquito de leche, 1 cucharada de caramelo de vainilla (2 cucharadas de azúcar que hemos derretido y dorado en una sartén con una cucharadita de aroma de vainilla) disuelto en el café, decoramos con nata montada y espolvoreamos con cacao.
Café de tarta de calabaza:
una taza de café, un poquito de leche, 1-2 cucharadas de este sirope: en una cacerolita ponemos 2 tazas de azúcar, 2 tazas de agua, 1/4 de taza de puré de calabaza, 2 palitos de canela, 1/2 cucharadita de clavo, 1/2 cucharadita de nuez moscada, lo dejamos que hierva suavemente a fuego bajo durante 10minutos, lo pasamos por un colador muy fino, y se puede mantener en el frigorífico en un recipiente cerrado hasta un mes. Sobre el café ponemos nata montada y decoramos con canela en polvo.
Enjoy!
En Nueva York hay un Starbucks en cada esquina, literalmente, en cada esquina de Manhattan hay uno. Te cuesta encontrar un Dunkin Donuts, y hay algún Tim Hortons (que vienen de Canadá y ahora en Maryland la gente ni sabe lo que es, ellos se lo pierden). En Brooklyn es todo diferente, y si acaso hay algún Dunkin, no hay ningún Starbucks y hay millones de cafeterías de alguien con el sueño de abrir un coffee shop con pasteles y cafés caseros. Bien, pues en todas las cafeterías de NYC el café nunca es sólo café, siempre es con el montón de nata encima, con el sirope de algún sabor de temporada...
Me encanta el café con chocolate, y también en otoño con sabor a calabaza y especias. Y siempre podemos ponerle caramelo o vainilla... delicioso. Estas son ideas para hacernos un café un poco diferente:
Café "sencillamente neoyorquino":
una taza de café, 2 cucharaditas de azúcar, nata montada (o en spray) sobre el café, y espolvoreamos con canela o cacao.
Café al caramelo:
una taza de café, un poquito de leche, 1cucharada de caramelo disuelto en el café (2 cucharadas de azúcar que hemos derretido y dorado en la sartén, y una vez está caramelizada, hemos echado una cucharada de nata), nata montada decorando sobre el café, y decoramos la nata con caramelo que dejamos escurrir de la cuchara haciendo "hilos" sobre la nata.
Café con vainilla:
una taza de café, un poquito de leche, 1 cucharada de caramelo de vainilla (2 cucharadas de azúcar que hemos derretido y dorado en una sartén con una cucharadita de aroma de vainilla) disuelto en el café, decoramos con nata montada y espolvoreamos con cacao.
Café de tarta de calabaza:
una taza de café, un poquito de leche, 1-2 cucharadas de este sirope: en una cacerolita ponemos 2 tazas de azúcar, 2 tazas de agua, 1/4 de taza de puré de calabaza, 2 palitos de canela, 1/2 cucharadita de clavo, 1/2 cucharadita de nuez moscada, lo dejamos que hierva suavemente a fuego bajo durante 10minutos, lo pasamos por un colador muy fino, y se puede mantener en el frigorífico en un recipiente cerrado hasta un mes. Sobre el café ponemos nata montada y decoramos con canela en polvo.
Enjoy!
miércoles, 10 de septiembre de 2014
Ravioli de pollo y ricotta
Estos raviolis son lo primero que preparé desde cero después de tener a mi bebé. Me llevó varios meses dedicarle una hora a la cena, pero una tarde de viernes que el peque estaba tranquilito, decidimos hacer una cena como las que hacíamos antes los fines de semana, con un vasito de buen vino acompañando en la cocina y después en la mesa. Yo me pasé y decidí comprar pechugas de pollo para picarlas yo. No hay necesidad, aquello fue un poco guarrete, sugiero comprar pollo picado que hace la misma función, pero me sentí más realizada al haberlo hecho casi casi todo yo.
La pasta no la hice yo, aunque es muy fácil. Compré envoltorios de wonton (¿veis como los vamos a ir usando? compradlos de alguna tienda asiática y no os arrepentiréis) que son los que siempre se usan aquí cuando vamos a hacer el relleno pero no la pasta en sí. Cuecen muy bien, y quedan suaves y blanditos... buenísimo.
Tiempo: 30 mins
Raciones: 4
Ingredientes:
1 paquete de wonton
500gr de pollo picado
1 tarrina (unos 250gr) de queso ricotta
1 puñado de hojas de albahaca (al gusto)
sal y pimienta
Salsa de tomate:
3 cucharadas de aceie de oliva
1 lata de tomates cortados en daditos
2 tomates -cortados en daditos
1/2 cebolla picada fina
1 cucharadita de ajo picado fino
1 puñado de hojas de albahaca
1 cucharadita de orégano
- Queso rallado, tipo parmesano o romano
1. Es importante cubrir los wonton con los que no estamos trabajando con un paño humedecido en agua, para que mantengan la flexibilidad. En un bol grande mezclamos bien el pollo con el queso ricotta, el albahaca y salpimentamos bien (el queso ricotta no tiene mucho sabor, es parecido al requesón, así que no tengáis miedo al echarle sal).
2. Colocamos unos 4-5 wontons en una supercie lisa y limpia y colocamos una cucharada del relleno de pollo en el centro. De los que están esperando, cogeremos otros tantos wontons y cubriremos el relleno con ellos, presionando bien los bordes con los dedos mojados en agua. (Truco: yo tengo siempre un cuenco con agua y antes de poner el wonton de encima, paso un dedo mojado por el borde del wonton que tiene el relleno, pongo el nuevo encima y presiono los bordes con los dedos mojados, así se adhiere seguro.) Así vamos rellenando los wontons hasta que se acabe el relleno.
3. En una cacerola grande con abundante agua hirviendo fuerte, vamos echando los wontons con cuidado, no más de los que quepan en la superficie de la cacerola. Tardan unos 3 minutos en cocerse nada más. Los sacamos con una espumadera y los vamos reservando hasta que estén todos hechos.
Salsa:
1. Ponemos en una sartén el aceite a calentar. Añadimos la cebolla y la pochamos y doramos, entonces añadimos el ajo y lo doramos un minuto. Vertemos la lata de tomates con su jugo, e incorporamos nuestro tomate natural también. Removemos y dejamos freír unos 5-7 minutos, removiendo de vez en cuando. Añadimos el albahaca y el orégano y cocinamos otros dos minutos.
Para servir colocaremos los raviolis en cada plato y pondremos un poco de la salsa por encima, espolvoreando el queso rallado sobre la salsa. Un plato precioso para una cena especial.
martes, 9 de septiembre de 2014
Mac and Cheese
Esta receta de pasta es 100% americana. (Mac viene de macarrones )Mac n cheese es lo que comen los niños, lo que comen los universitarios, lo que hacen las mamás cuando no las apetece hacer otra cosa.... En el super vienen en cajitas, y están deliciosos, pero son de calidad nutricional dudosa... Así que yo he encontrado el equilibrio entre las recetas de mac and cheese gourmet hechas en casa, y lo que viene en una cajita por un dolar, así mi pequeñin se lo come como loco y yo me siento bien porque es algo nutritivo. Como ya he comentado, no le gusta la carne, así que además le piqué jamón cocino muy finito y se lo mezclé con la salsa de queso.
Esta receta es fácil, sabrosa, gustará a los peques, y servirá como un acompañamiento a cualquier proteína para los mayores. Aquí no debe faltar en una barbacoa, ni en una fiesta donde ponemos comida estilo buffet.
Tiempo: 15 mins
Raciones: 4 para peques (muy fácil hacer más)
Ingredientes:
1.5 tazas de pasta cocida, como conchitas, o mini macarrones, mini espirales, o estrellitas...
1 taza de leche
1/2 taza de queso rallado
2 cucharadas de harina
1 cucharada de mantequilla
1. En una sartén grande derretimos la mantequilla e incorporamos la harina. Lo tostamos a fuego medio unos 3 minutos, removiendo la masa de vez en cuando para que se haga homogéneamente. Vertemos la leche removiendo vigorosamente para que no queden grumos (si queda demasiado espeso, podemos poner más leche, bastará con dos cucharadas bien incorporadas). Llevamos a una ebullición muy suave y lo mantemos, removiendo de vez en cuando, unos 3 minutos.
2. Retiramos del fuego, y mezclamos ahí el queso, removiendo para que se funda bien con la bechamel. Envolvemos en ello la pasta cocida, removiendo vigorosamente. Y listo para servir.
NOTA:
Esta receta es fácil, sabrosa, gustará a los peques, y servirá como un acompañamiento a cualquier proteína para los mayores. Aquí no debe faltar en una barbacoa, ni en una fiesta donde ponemos comida estilo buffet.
Tiempo: 15 mins
Raciones: 4 para peques (muy fácil hacer más)
Ingredientes:
1.5 tazas de pasta cocida, como conchitas, o mini macarrones, mini espirales, o estrellitas...
1 taza de leche
1/2 taza de queso rallado
2 cucharadas de harina
1 cucharada de mantequilla
1. En una sartén grande derretimos la mantequilla e incorporamos la harina. Lo tostamos a fuego medio unos 3 minutos, removiendo la masa de vez en cuando para que se haga homogéneamente. Vertemos la leche removiendo vigorosamente para que no queden grumos (si queda demasiado espeso, podemos poner más leche, bastará con dos cucharadas bien incorporadas). Llevamos a una ebullición muy suave y lo mantemos, removiendo de vez en cuando, unos 3 minutos.
2. Retiramos del fuego, y mezclamos ahí el queso, removiendo para que se funda bien con la bechamel. Envolvemos en ello la pasta cocida, removiendo vigorosamente. Y listo para servir.
NOTA:
- Sugiero un queso como el cheddar, con mucho sabor, quizá puede ser un emmental, pero una mozzarella dará un sabor demasiado suave.
- Si queremos hacer un plato más nutritivo podemos incorporar bacon, jamón, pavo... en trocitos del tamaño de la pasta.
- Para hacer un mac and cheese más "elegante" basta con añadir una cucharadita de mostaza, salpimentar al gusto, y podemos gratinarlo con un poquito de pan rallado y mantequilla por encima. Yo lo he hecho también con trozos de queso brie por encima y luego gratinado y quedó espectacular. También lo he hecho con trozos de salchicha italiana (que puede ser una salchicha tipo pueblo, con especias) y trocitos de pimiento verde. Una vez puse gouda ahumado, y quedó fenomenal acompañando coliflor gratinada con champiñones... ¡Da mucho juego!
Pastella Marroquí
Hoy os llevo a otro rincón del mundo con este plato marroquí delicioso. En árabe los sonidos son diferentes a los nuestros, y por eso muchas palabras que escribimos de este idioma aceptan diferentes versiones escritas, como el caso de esta delicia, que se puede llamar pastella, bastela, pastilla.... Pero como sea que lo queramos deletrear, sabe igual de rico. A mí me gusta escribirlo pastella, porque es como un gran pastel. Lo comí por primera vez en un restaurante muy aténtico en el centro de Madrid, donde hemos celebrado varios cumpleaños y el menú degustación es una maravilla. Este plato era mi favorito de todos y sólo lo había comido allí. Hasta que me atreví a hacerlo en casa. Es una receta que lleva un buen rato cocinarla, pero no es difícil de hacer, sólo necesita cocción lenta para desarrollar los sabores y conseguir una carne muy tierna. El resultado es espectacular, merece la pena totalmente.
La pastella suele ir rellena de pollo o pichón, pero el pollo es más fácil de encontrar. Lo que le da el sabor diferente son las especias que mezclan sabores que asociamos con el dulce, especialmente la Navidad y el otoño, como la canela, y la combinación de especias llamada Ras al Hanout. En árabe significa "cabeza de la tienda", por ser el aderezo fundamental en la cocina marroquí y la mezcla de las mejores especias. Como no creo que sea fácil de encontrar (y cuando encontramos especias en un bote grande, da pereza comprarlo, porque sabes que no lo vas a usar todo), aquí os pongo lo que lleva y es fácil hacerlo en casa. Es muy importante ponerle cúrcuma, porque le da sabor y también color. La usaré en más recetas, así que si viene en un botecito grande, lo podreis usar. Si no encontrais, un poquito de colorante alimenticio y por lo menos damos colorcito. En la wikipedia en inglés viene una explicación muy buena de lo que es esta mezcla y nombra muchas ingredientes, aunque estos son los únicos que yo usé:
Ras al Hanout:
1/2 cucharada de Cúrcuma
1 cucharadita de Pimienta negra
1/2 cucharadita de Clavo
1/2 cucharadita de Canela
1/4 cucharadita de Guindilla molida
1/4 cucharadita de Gengibre
1/4 cucharadita de Pimentón
1/4 cucharadita de Nuez moscada
1/4 cucharadita de Cardamomo (opcional)
Lo carácteristico visualmente es que es un pastel totalmente envuelto en una especie de hojaldre hecho con masa brick o filo/phillo, que son unas láminas finísimas que se secan enseguida. Es MUY importante que mientras las colocamos en el molde, tapemos el montoncito que está esperando con un trapito limpio y humedecido. Si las dejamos al aire mientras las ponemos una a una, pronto encontraremos que están secas y se rompen en trozos diminutos. Esta masa es fácil encontrarla, hasta Mercadona la tiene. Una vez horneado, lo decoraremos con canela y azucar glass. Es una combinación de sabores deliciosa.
Tiempo: 20mins (más 20mins de cocción) (más 30 mins de horno)
Raciones: 4-5
Ingredientes:
Masa brick
2 pechugas de pollo,
2 muslos de pollo o 2 cuartos traseros
3 cucharadas de aceite de oliva para freirlo
1 cebolla picada fina
1 cucharada de mantequilla para pocharla
1 cucharadita de ras al hanout
1 cucharada de gengibre fresco rallado
1 cucharada de azúcar
1/2 cucharada de canela
1 pellizco de azafrán
1 poquito de cilantro picado
1 poquito de perejil picado
Agua
4 huevos batidos
1 taza de almendras en láminas
3 cucharadas de agua de azahar (yo no tenía y rallé una cucharadita de piel de naranja en 3 cucharadas de agua... no es lo mismo pero le da un toque diferente)
1 pellizco de canela en polvo
2 cucharadas de azúcar
4 cucharadas de mantequilla derretida
1 yema de huevo batida
Sal y Pimienta
Azúcar glass y canela para decorar.
1. Precalentamos el horno a 180ºC. En una cacerola grande, freímos el pollo en el aceite de oliva, y una vez esté dorado, lo sacamos. En la misma sartén derretiremos la mantequilla y pochamos la cebolla a fuego medio hasta que esté muy blandita pero sin color. Entonces añadimos las especias: el ras al hanout, el gengibre, la canela y el azafrán. Lo doramos junto un poquito a fuego medio, unos 3-4 minutos. Añadimos el perejil y el cilantro y salpimentamos al gusto.
2. Volvemos a meter las piezas de pollo en la cacerola donde tenemos todo lo demás, y echamos agua hasta que cubra al pollo. Tapamos y cocemos a fuego medio unos 20 minutos. La salsa debe reducir bastante y el pollo estará muy tierno. Con unas pinzas lo sacaremos y dejaremos enfriar hasta que podamos manipularlo. (Si la salsa no está reducida a la mitad, debemos dejar cocer un poquito más sin tapa antes del siguiente paso). Mientras tanto añadimos a la salsa los 4 huevos batidos y removemos al fuego medio hasta que la salsa espese. Retiramos del fuego.
3. Una vez el pollo esté enfriado, vamos a sacar la carnde los cuartos traseros o muslitos, y junto con las pechugas, lo vamos a cortar en trocitos muy pequeños. Lo llevaremos de nuevo a la cacerola y lo mezclaremos con la salsa, que ahora deberá estar muy espesa.
4. Por otro lado debemos tostar las almendras, se puede hacer mientras el pollo cuece. Yo las puse en mi mini horno, con la bandeja forrada de papel de aluminio, pero se pueden meter en el horno precalentado vigilándolas de cerca no se nos vayan a quemar. Mezclamos las almendras tostadas con el azúcar, la canela y el agua de azahar, machacándolas en trocitos pequeños (ideal si tenemos un mortero, si no, lo podemos poner en un cuenco para mezclarlo con un tenedor y espachurrando las almendras)
5. Es hora de montar nuestra pastella. Preparamos 10 hojas de masa brick en una superficie lisa y limpia y las cubrimos con un trapito humedecido en agua. Usaremos un molde desmontable (idealmente, si no, en uno redondo que hayamos cubierto de papel de hornear) y lo pintaremos con mantequilla para que no se nos pegue la pastella. Con cada hoja que pongamos debemos pintarla también con mantequilla para que quede crujiente. Ponemos las hojas de la masa de manera que vayamos cubriendo todo el fondo y los bordes queden colgando por fuera de las paredes del molde (lo usaremos para cubrirlo). Vamos poniendo 6 hojas rotándolas para que quede homogéneo. Ahora ponemos el relleno de pollo, directo desde la cacerola.
6. Algunas recetas ponen la mezcla de las almendras sobre el pollo, a mí me gustó separarlo con una hoja más de masa brick. La puse sobre el pollo, remetiendo en los bordes y dejando el exceso colgando por fuera como las hojas de abajo. Sobre ella puse la mezcla de las almendras y entonces puse los bordes que colgaban sobre esta mezcla. Lo cubrí con el resto de las hojas, una por una y siempre pintándolas con mantqueilla, y pude remeter estos bordes entre las hojas de abajo y las paredes del molde. Si no, podemos
hacer moñitos con ello que quedarán muy crujientes y también he visto fotos y recetas que los hacen así (en un libro de recetas de pollo que tengo viene una cosilla parecida a la pastella, y lo que hacen es hacer rebujitos de masa y colocarlos por encima de una única hoja que recubre el pastel. Debe quedar muy crujiente además de bonito).
7. Horneamos nuestra pastella unos 30 minutos y cuando la saquemos la espolvoreamos con azúcar glass y canela haciendo algún diseño bonito.
Como veis es laborioso, pero no es difícil, es para un día especial que queramos comer algo diferente o sorprender a alguien con un plato exótico.
La pastella suele ir rellena de pollo o pichón, pero el pollo es más fácil de encontrar. Lo que le da el sabor diferente son las especias que mezclan sabores que asociamos con el dulce, especialmente la Navidad y el otoño, como la canela, y la combinación de especias llamada Ras al Hanout. En árabe significa "cabeza de la tienda", por ser el aderezo fundamental en la cocina marroquí y la mezcla de las mejores especias. Como no creo que sea fácil de encontrar (y cuando encontramos especias en un bote grande, da pereza comprarlo, porque sabes que no lo vas a usar todo), aquí os pongo lo que lleva y es fácil hacerlo en casa. Es muy importante ponerle cúrcuma, porque le da sabor y también color. La usaré en más recetas, así que si viene en un botecito grande, lo podreis usar. Si no encontrais, un poquito de colorante alimenticio y por lo menos damos colorcito. En la wikipedia en inglés viene una explicación muy buena de lo que es esta mezcla y nombra muchas ingredientes, aunque estos son los únicos que yo usé:
Ras al Hanout:
1/2 cucharada de Cúrcuma
1 cucharadita de Pimienta negra
1/2 cucharadita de Clavo
1/2 cucharadita de Canela
1/4 cucharadita de Guindilla molida
1/4 cucharadita de Gengibre
1/4 cucharadita de Pimentón
1/4 cucharadita de Nuez moscada
1/4 cucharadita de Cardamomo (opcional)
Lo carácteristico visualmente es que es un pastel totalmente envuelto en una especie de hojaldre hecho con masa brick o filo/phillo, que son unas láminas finísimas que se secan enseguida. Es MUY importante que mientras las colocamos en el molde, tapemos el montoncito que está esperando con un trapito limpio y humedecido. Si las dejamos al aire mientras las ponemos una a una, pronto encontraremos que están secas y se rompen en trozos diminutos. Esta masa es fácil encontrarla, hasta Mercadona la tiene. Una vez horneado, lo decoraremos con canela y azucar glass. Es una combinación de sabores deliciosa.
Tiempo: 20mins (más 20mins de cocción) (más 30 mins de horno)
Raciones: 4-5
Ingredientes:
Masa brick
2 pechugas de pollo,
2 muslos de pollo o 2 cuartos traseros
3 cucharadas de aceite de oliva para freirlo
1 cebolla picada fina
1 cucharada de mantequilla para pocharla
1 cucharadita de ras al hanout
1 cucharada de gengibre fresco rallado
1 cucharada de azúcar
1/2 cucharada de canela
1 pellizco de azafrán
1 poquito de cilantro picado
1 poquito de perejil picado
Agua
4 huevos batidos
1 taza de almendras en láminas
3 cucharadas de agua de azahar (yo no tenía y rallé una cucharadita de piel de naranja en 3 cucharadas de agua... no es lo mismo pero le da un toque diferente)
1 pellizco de canela en polvo
2 cucharadas de azúcar
4 cucharadas de mantequilla derretida
1 yema de huevo batida
Sal y Pimienta
Azúcar glass y canela para decorar.
1. Precalentamos el horno a 180ºC. En una cacerola grande, freímos el pollo en el aceite de oliva, y una vez esté dorado, lo sacamos. En la misma sartén derretiremos la mantequilla y pochamos la cebolla a fuego medio hasta que esté muy blandita pero sin color. Entonces añadimos las especias: el ras al hanout, el gengibre, la canela y el azafrán. Lo doramos junto un poquito a fuego medio, unos 3-4 minutos. Añadimos el perejil y el cilantro y salpimentamos al gusto.
2. Volvemos a meter las piezas de pollo en la cacerola donde tenemos todo lo demás, y echamos agua hasta que cubra al pollo. Tapamos y cocemos a fuego medio unos 20 minutos. La salsa debe reducir bastante y el pollo estará muy tierno. Con unas pinzas lo sacaremos y dejaremos enfriar hasta que podamos manipularlo. (Si la salsa no está reducida a la mitad, debemos dejar cocer un poquito más sin tapa antes del siguiente paso). Mientras tanto añadimos a la salsa los 4 huevos batidos y removemos al fuego medio hasta que la salsa espese. Retiramos del fuego.
3. Una vez el pollo esté enfriado, vamos a sacar la carnde los cuartos traseros o muslitos, y junto con las pechugas, lo vamos a cortar en trocitos muy pequeños. Lo llevaremos de nuevo a la cacerola y lo mezclaremos con la salsa, que ahora deberá estar muy espesa.
4. Por otro lado debemos tostar las almendras, se puede hacer mientras el pollo cuece. Yo las puse en mi mini horno, con la bandeja forrada de papel de aluminio, pero se pueden meter en el horno precalentado vigilándolas de cerca no se nos vayan a quemar. Mezclamos las almendras tostadas con el azúcar, la canela y el agua de azahar, machacándolas en trocitos pequeños (ideal si tenemos un mortero, si no, lo podemos poner en un cuenco para mezclarlo con un tenedor y espachurrando las almendras)
5. Es hora de montar nuestra pastella. Preparamos 10 hojas de masa brick en una superficie lisa y limpia y las cubrimos con un trapito humedecido en agua. Usaremos un molde desmontable (idealmente, si no, en uno redondo que hayamos cubierto de papel de hornear) y lo pintaremos con mantequilla para que no se nos pegue la pastella. Con cada hoja que pongamos debemos pintarla también con mantequilla para que quede crujiente. Ponemos las hojas de la masa de manera que vayamos cubriendo todo el fondo y los bordes queden colgando por fuera de las paredes del molde (lo usaremos para cubrirlo). Vamos poniendo 6 hojas rotándolas para que quede homogéneo. Ahora ponemos el relleno de pollo, directo desde la cacerola.
6. Algunas recetas ponen la mezcla de las almendras sobre el pollo, a mí me gustó separarlo con una hoja más de masa brick. La puse sobre el pollo, remetiendo en los bordes y dejando el exceso colgando por fuera como las hojas de abajo. Sobre ella puse la mezcla de las almendras y entonces puse los bordes que colgaban sobre esta mezcla. Lo cubrí con el resto de las hojas, una por una y siempre pintándolas con mantqueilla, y pude remeter estos bordes entre las hojas de abajo y las paredes del molde. Si no, podemos
hacer moñitos con ello que quedarán muy crujientes y también he visto fotos y recetas que los hacen así (en un libro de recetas de pollo que tengo viene una cosilla parecida a la pastella, y lo que hacen es hacer rebujitos de masa y colocarlos por encima de una única hoja que recubre el pastel. Debe quedar muy crujiente además de bonito).
7. Horneamos nuestra pastella unos 30 minutos y cuando la saquemos la espolvoreamos con azúcar glass y canela haciendo algún diseño bonito.
Como veis es laborioso, pero no es difícil, es para un día especial que queramos comer algo diferente o sorprender a alguien con un plato exótico.