domingo, 1 de febrero de 2015

Langosta Thermidor -Residencia Estadounidense

Aquí no paramos de celebrar, si no es una cosa es otra, si no es una fiesta oficial, es una fecha señada, y si no uno de nuestros mucho aniversarios. Hay que celebrar cada día :-) Esta semana ha sido nuestro aniversario de la primera boda. Hace 5 años que mi marido y yo nos pusimos guapos (pero yo llevaba un vestidito negro de raso, nada de boda) y fuimos a las cortes a casarnos por lo civil. El proceso del papeleo en Estados Unidos es largo y tedioso, y por eso hicimos varias bodas, como digo, el caso es celebrar. Os cuento el por qué:

Cuando un extranjero se casa con un ciudadano americano, como yo con mi marido naturalizado estadounidense, empieza el proceso de petición de la residencia. Por un lado el ciudadano manda su buen paquete de papeles (y cheques) donde básicamente pide que a su esposa le sea concedida la residencia, y prueba que él la podría mantener -el gobierno no quieres cargas extras. Por el otro lado, el extranjero rellena sus papeles (y sus cheques) en los que dice que se ha casado con tal ciudadano y pide su residencia. Desde que mandas los primeros papeles hasta que tienes la residencia en mano la espera media es de unos 9 meses. En esos 9 meses estás un poco en el nimbo, no puedes trabajar hasta que tienes la tarjeta del permiso de trabajo, que gracias a Dios viene unos 5 meses después, no 9, y puedes residir aquí legalmente, pero sería un rollo explicarlo si tuvieras algún lío con la ley. Puedes entrar y salir del país "sin problema" porque cuando ellos reciben tus papeles te mandan una carta diciendo que los tienen y que empieza el proceso. Con esa carta uno puede probar ese status extraño en que uno se queda esperando. Si tienes que viajar, puedes pedir un papelito de inmigración que te llevarás contigo porque a la entrada no puedes entrar como turista sencillo, ni tampoco tienes visado, ni tampoco residencia ni pasaporte de EEUU. Enseñas tu papelito de que estás en espera y listo.

Como yo trabajo en educación mi flexibilidad en cuanto a incorporación en nuevo puesto no es muy flexible. Siempre hay alguna baja, algún puesto vacante por sorpresa en medio del curso escolar... Pero lo normal es empezar a buscar en primavera para empezar el curso en Agosto en nuevo puesto. Nosotros queríamos tener un año para preparar nuestra boda, y queríamos que fuera en verano, asi que la planeábamos para Agosto sin pensar más que en lo que piensan las parejas normales. Pero cuando en invierno empecé a mirar en profundidad el tema de la residencia, y ví que tardaban 9 meses pensé "un año escolar en blanco!" no nos los podíamos permitir... ¿Qué iba a hacer yo en casa un año si era yo la única que trabajaba? Se lo dije a mi chico, y decidimos que la única manera de hacerlo era casándonos antes, pero... ¡tenía que ser ya mismo! Así que después de un par de "¿estás seguro?" "si... ¿tú?" "si..." decidimos ir el viernes siguiente antes de que cerraran el juzgado.

Y así una tarde muy fria de Enero nos casamos en las cortes como nunca había soñado casarme, pero a veces las cosas son así. Al día siguiente invitamos a todos nuestros amigos y les dimos la sorpresa "Nos hemos casado!!!" y la gente empezó a preguntar si es que estaba embarazada :-) Hubiera sido hasta más romántico... Otros preguntaban "Pero y Agosto??" y les asegurábamos que sí, que en Agosto había bodorrio. Y así fue, en Agosto, ya con mi permiso de trabajo en mano y mi contrato firmado, tuvimos una boda por todo lo alto en el hotel más elegante de Baltimore, con mi vestido blanco, mis damas de honor igualitas, los chicos a juego con ellas... Como en las películas, igualito. Pero claro, no todo el mundo pudo venir desde España... Sólo mi familia más cercana y mi mejor amigo vinieron. Así que no podía faltar una boda en España, y en Julio del año siguiente (ya hasta con la residencia en mano) celebramos otra boda por todo lo alto en Toledo, con vestido de novia nuevo, y la familia más cercana de Tim que aprovechó para pasar unas vacaciones Europeas :-)

Ya veis que el caso es celebrar.

Y para celebrar nuestro quinto aniversario de la boda civil, decidimos preparar una cena estupenda en casa en vez de salir por ahí. Tenemos la suerte de que aquí el producto local es el marisco, así que compramos unas langostas que preparé al estilo Thermidor, aquí va la receta:

Tiempo: 20 mins  Raciones: 2

Ingredientes:
2 langostas medianas
1/2 taza de mantequilla
1 cucharadita de pimentón
1/2 cucharadita de sal
1/2 cucharadita de pimienta
2 cucharadas de jerez o brandy
1 taza de nata para montar
2 yemas de huevo
(100gr de champiñones -todas las recetas Thermidor los llevan pero yo no se los puse)

1.  Cocemos las langostas vivas a plena ebullición contando 9 minutos desde que entran en el agua hirviendo. Así no se harán demasiado al cocer después en la crema. Cuando haya pasado ese tiempo, las sacamos con unas pinzas y las dejamos enfriar en la pila.

2. En una cacerola ponemos a derretir la mantequilla a fuego suave. Cuando podamos las langostas manipular les quitamos el cuerpo y cortamos la parte blanda o interior a la larga (como desde la cabeza hasta la cola) para sacar la carne entera. Cortamos la carne en trozos de bocadito.

3. Calentamos la taza de crema en el microondas u otra cacerolita hasta que esté templada/calentita. Añadimos la carne en pedacitos a la mantequilla y ponemos el pimentón, la sal y la pimienta. Lo dejamos cocinar, meneando la cacerolita durante un minuto.Añadimos ahora 1 cucharada de Jerez o Brandy y media taza de nata. Seguimos moviendo la cacerola para que se combinen bien los ingredientes. Es mejor que removerlo porque podemos deshacer la carne. Dejamos cocinar a fuego bajo 5 minutos.

4. En un cuenco batimos las yemas con 1 cucharada de Jerez o Brandy, y añadimos la otra media taza de nata removiendo constantemente para que no se hagan grumos con las yemas. Vertemos esta mezcla en la cacerola muy despacito mientras removemos con cuidado. Lo dejamos cocer un par de minutos, meneando la cacerola hasta que veamos que espesa la crema.

5. Rellenamos los cuerpos de las langostas con la mezcla y a disfrutar.


 NOTA DE PREPARACIÓN: Hay muchas presentaciones de esta receta. La más tradicional corta la langosta entera a la mitad, limpia bien la cabeza, y rellena la langosta entera con la mezcla presentando la mitad entera o las dos mitades abiertas. Para mí hubiera sido imposible cortar la cabeza también, así que la deseché. También he visto versiones donde se saca también la carne de las pinzas, se desecha todo el cascarón, y la mezcla se pone en recipientes individuales -una receta que me había gustado para hacerla ponía por encima un poco de pan rallado y lo doraba en el horno en los cuencos de cerámica individuales. Si os vais a animar a hacer algo tan especial, animaos a hacer la presentación que más os guste, vais a impresionar de todas formas.

CHAMPIÑONES: Si usais champiñones, se deben poner cortados muy finos en la mantequilla y dejarlos que se cocinen solos unos 5-7 minutos, y después, cuando el liquido se haya evaporado y estén muy blanditos, es cuando añadiríais la carne de la langosta.

Además de la langosta, mi marido hizo unos filetes estupendos a la brasa sólamente con sal y pimienta. Y yo para compañar hice unos montoncitos de patata muy resultones:

Cortamos media patata grande por comensal en láminas muy finas. En una bolsita de un solo uso, de las que se cierran por arriba, ponemos un chorrito de aceite de oliva generoso, y las hierbas que más nos gusten, yo puse romero, tomillo y orégano, además de sal. Metemos las patatas laminadas y las manipulamos a través de la bolsita para que se cubran bien. En una bandeja de horno vamos colacando pequeños montoncitos de láminas ordenaditas y las horneamos hasta que estén en su punto. Yo usé mi mini horno y estuvieron listas en 10 minutos.

De aperitivo mi marido hizo unas gambitas simplemente cocidas y luego enfriadas. Y yo preparé con el peque unos pinchitos de tomates, aguacate y queso. Esto le volvió loquito porque son sus cosas favoritas :-)



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